Conexión Tiflis-Kiev: el Maidán, Saakashvili, la Legión y la guerra

Actualizado
  • 13/03/2023 09:26
Creado
  • 13/03/2023 09:26
Miles de personas salieron a la calle en la capital georgiana la semana pasada para exigir la retirada de una ley parecida a la aprobada en Rusia

El ejemplo de los ucranianos que en 2014 derribaron con una movilización callejera de meses al último presidente pro-ruso del país, Víktor Yanukóvich, es fuente de inspiración para quienes estos días se han manifestado en Georgia contra un Gobierno al que consideran sometido al Kremlin.

“Los ucranianos seguimos de cerca lo que pasa en Tiflis y apoyamos las aspiraciones del pueblo georgiano de forjarse un futuro democrático y europeo”, declaró la líder del partido del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, Olena Shuliak.

Miles de personas salieron a la calle en la capital georgiana la semana pasada para exigir la retirada de una ley parecida a la aprobada en Rusia en 2012 que prohíbe a medios y oenegés recibir más de un 20 % de su financiación del extranjero. El partido de Gobierno retiró la ley el viernes ante la presión.

Muchos de los manifestantes georgianos ondeaban banderas azules y amarillas de Ucrania y cantaron el himno nacional ucraniano.

“Ucrania ya pasó por esta fase”

“Ucrania ya pasó por esa fase y deseamos que también lo consigan nuestros amigos, aunque a un precio menor”, agregó Shuialk, en referencia al centenar de personas que murieron a manos de las fuerzas del orden durante las protestas en la plaza del Maidán de Kiev que sellaron hace 9 años el rumbo pro-occidental del país.

Zelenski también ha expresado su apoyo a las aspiraciones de los georgianos que protestan, lo que ha provocado las quejas de Tiflis. “Ocupaos de vuestro país que nosotros nos ocuparemos del nuestro”, dijo el domingo el primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili.

“Save Misha”

La líder del partido de Zelenski mostró su solidaridad con los opositores georgianos en la presentación en Kiev de la iniciativa “Save Misha”, que exige la liberación urgente del expresidente georgiano Mijaíl Saakashvili, encarcelado en su país desde 2021 por supuestos abusos de poder.

Saakashvili lleva meses gravemente enfermo y ayer dijo en una entrevista a una televisión británica que ha perdido la mitad de los 120 kilos con los que entró en prisión y está “cerca de la muerte”.

Médicos de su equipo legal aseguran que fue envenenado con arsénico y polonio, sustancias utilizadas por agentes del Kremlin para acabar con varios disidentes.

“Lo están matando lentamente”

“Lo están matando lentamente”, ha dicho Zelenski, que el 1 de febrero mostró unas fotografías en las que se ve la extrema delgadez de un Saakashvili al que se le marcan las costillas y ha perdido el color. Ucrania ha ofrecido tratarlo en una de sus clínicas.

Saakashvili, que ahora tiene 55 años, llegó al poder en Georgia en 2004, después de una ola de protestas que obligaron a dimitir al exjefe de la diplomacia soviética y hombre fuerte del país Eduard Shevardnadze.

En sus casi nueve años en el poder llevó a cabo una expeditiva reforma del Estado centrada en la lucha contra la corrupción y la liberalización económica que transformó Georgia y fue alabada por la Unión Europea, Estados Unidos y las organizaciones internacionales.

Gobernador de Odesa

Saakashvili es ciudadano ucraniano desde 2015, cuando fue nombrado Gobernador de Odesa. La tradición de nombrar personalidades extranjeras como gobernadores de este puerto ucraniano del Mar Negro se remonta a principios del siglo XIX, cuando el zar Alejandro I de Rusia designó para el cargo al conde de Richelieu.

Las conexiones entre Ucrania y Georgia no terminan ahí. Con argumentos parecidos a los que utiliza sobre el Donbás ucraniano, Putin invadió en 2008 las regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur para reconocerlas después como Estados independientes.

Víctimas de Putín

“No deja de ser simbólico que Georgia fuera en su día víctima de la agresión de Putin”, dijo el exministro del Interior de Saakashvili en la presentación de la iniciativa “Save Misha” en Kiev, en el que se refirió a su antiguo jefe como “el prisionero personal de Putin” y de los supuestos aliados de éste en Georgia.

Centenares de voluntarios georgianos luchan hoy contra las fuerzas invasoras rusas en Ucrania con la Legión Georgiana. “Estamos aquí porque este es el frente de la libertad y de la independencia de Ucrania y Georgia”, se dice en la página web de la Legión.

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