‘Bullying’, el talón de Aquiles de las escuelas panameñas

Actualizado
  • 15/02/2024 00:00
Creado
  • 09/02/2024 18:25
De acuerdo a estadísticas de la Organización Global de Prevención contra el ‘Bullying’, en el país se reportan más de 336 mil casos diarios de niños acosados por su entorno escolar

En algún punto de su vida, para Paula los comentarios maliciosos de sus compañeros sobre su cuerpo se habían convertido en parte de su día a día. Las miradas denigrantes, los comunes insultos y el aislamiento del resto de su clase era algo que consideraba normal. No es hasta ahora, en su adultez, que reconoce lo que le pasó en su etapa escolar: fue víctima de acoso.

“Yo estuve en el mismo colegio desde los tres años hasta los 16 años, pero el ‘bullying’ se volvió severo a partir de los seis años, cuando comencé la primaria. Todo empezó realmente por culpa de una profesora, porque cuando estaba en kinder tuve una época en la que no quería ir al colegio y lloraba mucho, ella decía que estaba loca y que me tenían que dejar en paz los niños, que no jugarán conmigo ni nada y luego a partir de los seis años como empecé a estar más gordita, pues se unió eso al acoso”, comenta a Mía.

En Panamá, se reportan 336,000 casos diarios de bullying y acoso en las escuelas del país, de acuerdo a la Organización Global de Prevención ante el Bullying. Al igual que Paula, los niños panameños sufren de agresiones físicas, verbales o psicológicas por parte de sus compañeros de manera repetitiva.

Esta misma entidad señala que en cada institución educativa existen mínimo dos niños que se encuentran al borde del suicidio, cifra que es alarmante, pues al año en el país mueren 200 niños, niñas y adolescentes debido a esta causa, de acuerdo a estadísticas del doctor Xavier Sáez - Llorens.

El suicidio es la tercera causa de muerte de menores de edad en el país, siendo provincias como Panamá, Chiriquí y Herrera en donde existen más casos. Según estas mismas estadísticas, por cada joven que comete suicidio hay 20 más que lo intentan.

Según la psicóloga Angie Arjona, estos patrones contínuos de violencia escolar pueden llegar a influenciar el autoestima de los niños y jóvenes, causando a la larga desconfianza con su entorno, ansiedad, depresión, pérdida de la motivación por las experiencias escolares e incluso afectar su desempeño y éxito académico.

Esto se debe a que durante la niñez y la adultez se desarrollan las habilidades académicas y las aptitudes para afrontar la vida, asimismo las experiencias que vive cada niño formarán su personalidad, lo que piensan de ellos mismos y el mundo.

“Es importante plantear que la base de lo que será nuestra experiencia de vida en la etapa de la adultez se encuentra en la niñez y adolescencia. El ‘bullying’ no solo influirá de manera negativa en el niño que es ahora, sino también en el adulto en que se convertirá. Sufrir de una experiencia como el acoso escolar puede influenciar de manera integral a un ser humano”, destaca la experta.

En el caso de Paula, admite que el acoso que recibió por parte de sus compañeros de aula durante la escuela primaria y premedia afectó sus habilidades para socializar con los demás incluso ahora en su vida adulta, diez años después de haber salido de la violencia de su entorno escolar.

“Como que no registre que me estaba pasando sino después viendo como que estaba súper poco preparada para interactuar con la gente por el miedo o no tener amigos, porque realmente tuvo un grupito [de amigas] muy pequeño y al estar tanto tiempo con ellos era más ya por inercia. Creo que más a la larga incluso ahora que soy adulta noto los efectos secundarios”, le cuenta a esta revista.

Una de las instancias de abuso que es de las más memorables para ella sucedió en el bachillerato, cuando luego de hacer un comentario sobre la comida, sus compañeros empezaron a insultarla por su peso.

La violencia hacia Paula no se detuvo en el salón de clases, pues empezaron a acosarla a través de redes sociales como Whatsapp, en las que sus compañeros la llamaban y enviaban mensajes repetidamente solo para decirle más comentarios ofensivos. En ninguno de estos casos hubo intervención de algún profesor y el bullying hacia ella ya había traspasado las barreras del ambiente escolar.

Profesor: un rol fundamental

Aunque los niños y adolescentes suelen ser los principales agresores de sus compañeros al cometer bullying, autoridades como padres y maestros pueden llegar a agravar la situación de las víctimas de no actuar ante la violencia infringida a otros niños, de hecho, de acuerdo a la Organización Global de Prevención ante el Bullying el 25% de docentes también son partícipes de las burlas.

Sin embargo, Arjona afirma que los profesores tienen un “rol fundamental” en la prevención del bullying, pues son los que están presentes y pueden actuar de manera inmediata durante estas situaciones violentas, además de ser una figura adulta en la que los niños deben hallar confianza, seguridad y cuidado dentro de la escuela.

“El profesor puede jugar un rol tanto en la intervención como la prevención del bullying. Cuando un profesor se enfoca en desarrollar un ambiente seguro en su aula de clases y enseña a sus alumnos a formar relaciones sanas a través de estructuras, rutinas y el ejemplo, moldea como estos niños aprenderán a interactuar de manera sana entre ellos”, dice la psicóloga.

Además de que son los profesores los que son capaces de generar consecuencias y dar seguimiento a los casos de acoso para reducir su frecuencia, dado que el acosador no percibirá que tiene la libertad de agredir a otros niños, en especial si esta labor se hace de manera coordinada entre los profesores, padres y administración como un grupo con un plan de acción.

“Nunca me sentí apoyada [por mis profesores] hasta el bachiller, pero también en esa época fue cuando el ‘bullying’ era más fuerte. En quinto año teníamos un profesor que era un amor de persona y no toleraba nada de acoso, pero también hubo profesores, que para mí, colaboraron a que hubiera violencia”, recuerda Paula.

¿Cómo se puede prevenir?

Una de las vías que los padres pueden utilizar para evitar que sus hijos caigan en el acoso escolar es tener una constante comunicación con las autoridades escolares como profesores y directores. Además, la comunicación con los niños es primordial para reconocer cambios en su comportamiento o actitud en cuanto a la escuela.

De acuerdo a Arjona, algunos de los síntomas físicos que pueden significar que un niño o adolescente está pasando por ‘bullying’ suelen ser: dolores de cabeza o malestar estomacal al ir o llegar del colegio; cambios en el estado de ánimo, irritabilidad e incluso signos físicos como moretones o golpes.

Esta experta recomienda a los padres con hijos que estén pasando por acoso escolar, la notificación. Si este cuenta con psicólogos o gabinetes psicopedagógicos, pueden referir a los niños para recibir la ayuda necesaria y superar esta situación.

Los niños que suelen ser agresores de sus propios compañeros también pueden mejorar esta conducta, pues usualmente suele ser indicador de problemas emocionales más severos. Según la psicóloga con terapia centrada en las habilidades sociales y el manejo emocional en conjunto a las dinámicas en casa, con seguimiento por parte del colegio.

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