El enigma tras los cambios de directiva en Globovisión

PANAMÁ. Nuevamente las alarmas por la libertad de expresión retumban en Venezuela. Periodistas, analistas, gremios, políticos y la opini...

PANAMÁ. Nuevamente las alarmas por la libertad de expresión retumban en Venezuela. Periodistas, analistas, gremios, políticos y la opinión pública se han manifestado en el país caribeño tras la incorporación de la nueva junta directiva que ha asumido Globovisión, el único canal de televisión —privado— que mantenía una línea crítica contra el gobierno central, regional y local.

Desde el 13 de mayo, cuando fue concretada la venta del canal a Juan Domingo Cordero, Gustavo Perdomo y Raúl Gorrín, tres empresarios sin experiencia en medios, la nueva línea editorial del canal con más de 18 años al aire en dos de los estados más poblados del país, ha causado preocupación.

Y es que el canal —cuya concesión estatal está por culminar en el año 2015— que regularmente transmitía las alocuciones del excandidato presidencial y líder opositor, Henrique Capriles, tuvo un giro de timón en lo que respecta a la transmisión de las apariciones públicas de quien también insiste en la ilegitimidad del presidente, Nicolás Maduro.

SE CONCRETAN LOS CAMBIOS

‘Gracias a todo ese gran equipo de trabajadores de Globovisión. Fui informado que la nueva directiva ordenó que no salga más en vivo’, había anunciado Capriles a los más de 3 millones de seguidores que tiene en su cuenta de Twitter. Luego de la declaración le siguieron, aparte de reacciones acaloradas, el despido del diputado Ismael García, quien copresentaba un programa de opinión crítica y con este, el despido seguido de Francisco ‘‘Kiko’’ Bautista, periodista y conductor de otro programa de opinión humorística.

‘Fui despedido por haber expresado mi solidaridad con Ismael García y haber dado un resumen de la intervención de Henrique Capriles en el estado Lara’, dijo Bautista el 26 de mayo en rueda de prensa en Caracas. A él le siguieron los pasos en modo de apoyo Carla Angola y Pedro Luis Flores, reconocidas anclas y experimentados periodistas de ese país, y Lina de Amincis, gerente de programación del canal de noticias.

Coinciden las reuniones que sostuvo Nicolás Maduro junto a Ernesto Villegas, ministro de Comunicación e Información, con las directivas de varios medios televisivos, entre ellos Venevisión (que se comprometió a realizar campañas a favor de la tolerancia y la ‘cero violencia’) y Globovisión, con quienes conversaron en términos cordiales, de acuerdo con la página web de ese mismo canal.

Tras estas reuniones que generaron suspicacia en la opinión pública, el secretario de Asuntos Profesionales del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela (CNP), Johan Merchan, sostuvo una reunión el 27 de mayo con la directiva del canal en cuestión y señaló a través de su cuenta en Twitter que estos mantienen un ‘interés y motivación de impulsar una línea editorial equilibrada, donde se den a conocer problemas de los venezolanos’.

Agregó que en la reunión le explicaron que ‘no hay veto contra persona alguna, en especial contra Capriles’ y aclaró que ‘cesarán transmisiones de hechos no noticiosos’.

Faltaba la opinión del principal ancla de esta cadena televisiva y miembro de la junta directiva, Leopoldo Castillo. Dijo el pasado lunes: ‘Sé que en el país hay un desbalance informativo y los medios públicos se han convertido en propaganda y descalificación, pero no puede ser Globovisión la trinchera que sostenga o mantenga los mismos vicios que tenemos enfrente. El país nos exige algo diferente en esta oportunidad’. Añadió el presentador de ‘Aló Ciudadano’ —quien no hizo mención alguna de los despidos de sus colegas—: ‘Haré todo lo posible por mantener a Globovisión unida y, de no poder hacerlo, simplemente me voy’.

Saltaron las reacciones. A su paso surgió la de Nitu Pérez Osuna, presentadora del programa ‘Yo Prometo’ del mismo canal: ‘No me gustó lo que dijo el ‘ciudadano’ (Castillo) él tuvo que decir algo de Kiko (Bautista). Uno puede tener todas las diferencias del mundo, pero no se puede negar que él es un gran periodista defensor de la libertad de expresión y del gremio’. Luego agregó haciendo un atisbo a la línea editorial del canal: ‘Que el ciudadano (Castillo) diga que una cosa es la censura eventual, que parece que él la acepta, y otra la censura sistemática. Perdón pero yo no acepto ninguna. Así empiezan todas las dictaduras’.

REPASO DE ATROPELLOS

Aparte de las incontables amenazas que sufrió Globovisión y multas millonarias ante decisiones arbitrarias, principalmente durante el gobierno del difunto Hugo Chávez, esta no es la primera de las arremetidas contra un medio de comunicación venezolano. Ya en 2006 Chávez había tomado una decisión que no tuvo freno alguno, aunque sí oposición a nivel mundial: ‘Así que es mejor que vayan preparando sus maletas para que vaya viendo qué van a hacer a partir de marzo (2007). No va a haber nueva concesión para ese canal golpista de televisión que se llamó RCTV’, vociferó Chávez ese nefasto jueves 28 de diciembre frente a un sinnúmero de militares visiblemente nerviosos.

El canal que, a diferencia de Globovisión, se caractarizaba por tener una programación de entretenimiento, mantenía puntuales programas de opinión crítica contra la gestión del presidente que cursaba su octavo año de gobierno. Su espacio en el espectro fue ocupado por TVes, uno de los 6 canales que maneja el estado venezolano a nivel nacional y en señal abierta.

Le siguió el caso del semanario Sexto Poder. Aquí, Dinorah Girón fue apresada por orden de un juzgado de la capital por haber publicado un fotomontaje en el que aparecían varias de las mujeres en el poder del gobierno de Chávez, sobre esbeltos cuerpos de bailarinas de cabaret. Girón fue liberada dos días después condicionalmente luego de culparla por instigación al odio, vilipendio y ofensa al género. El artículo al que hacía referencia el fotomontaje titulaba ‘Las poderosas de la revolución’. Aparte habían ordenado el cierre por decreto de ese diario, pese a que no llegó a suceder.

Ante la situación actual que se vive en Venezuela, Sergio Monsalve, periodista, crítico y documentalista, señaló que Nicolás (Maduro, con la política comunicacional) proporciona el escenario definitivo de un golpe de estado informativo, donde o corres o te encaramas. Una solución harto negativa y en retroceso, con dirección a la era de las cavernas’.

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