Naciones Unidas, urgente reforma y democratización

  • 17/09/2017 02:05
Inaugurada la nueva sesión de la Asamblea General, la ONU enfrenta nuevamente el postergado debate sobre una urgente renovación del organismo multilateral más importante del los últimos setenta años

En octubre de 1945, La Estrella de Panamá publicaba íntegramente en tres entregas la Carta de las Naciones Unidas (ONU), el tratado internacional que fundaba la organización.

Su importancia, el inicio de la más relevante y duradera institución del nuevo orden global surgido tras dos catastróficas guerras mundiales.

La ONU, con algunos éxitos y escandalosos fracasos, enfrenta un urgente llamado a reformarse en un mundo cuyas necesidades desbordan al organismo.

En su prólogo, la Carta de la ONU colocó como horizontes las banderas del progreso social, el derecho a la dignidad del ser humano, la igualdad entre las naciones y, ante todo, la defensa de la paz.

Más de siete décadas después de que se hubieran proclamado, al menos en el papel, tan nobles ideales, la ONU, con algunos éxitos y escandalosos fracasos, enfrenta un urgente llamado a reformarse en un mundo cuyas necesidades desbordan desesperadamente a un organismo que pretendía viabilizar las garantías de un futuro sin guerras.

PODER, SOLO EN CINCO

El martes pasado, un día antes de que arrancara la 72ª sesión de la Asamblea General, que la próxima semana recibirá a centenares de gobernantes del mundo, el secretario general del organismo, Antonio Guterres, retomó la discusión de los posibles cambios en el Sistema de Naciones Unidas.

‘Todos estamos de acuerdo en que las Naciones Unidas deben hacer aún más para adaptarse y cumplir. Esa es la meta de las propuestas de reforma que esta Asamblea va a considerar', aseguró Guterres, en declaraciones recogidas por EFE .

Aunque las solicitudes de renovación acompañan al organismo desde su fundación, la transformación del Consejo de Seguridad es, sin duda, un punto clave para articular algún cambio en la ONU.

Conformado hoy por quince naciones, el Consejo de Seguridad se subordina a tan solo cinco países (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia), miembros permanentes, con poder de veto y la última palabra a la hora de definir asuntos de seguridad y paz.

En un artículo publicado en el diario británico Newstatesman , titulado ‘Cómo deberían responder las Naciones Unidas en la era de la disidencia global', tres altos exfuncionarios del organismo —Hans Von Sponeck, oficial de la ONU por 32 años y exsubsecretario General; Richard Falk, relator especial de la organización (2008-2014) y Denis Halliday, con 34 años en la ONU, exsubsecretario General y coordinador humanitario para Irak— advierten de los peligros sobre este tipo de unilateralismo, principalmente impulsados desde Estados Unidos.

‘Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad ‘andan libremente' sin respeto por el derecho internacional ni por la autoridad que representa la ONU, persiguiendo, una vez más, sus respectivas agendas ... sin pretensión alguna de rendir cuentas. Estos países que son también los principales consumidores y exportadores de material armamentístico, son quienes favorecen tanto el militarismo como a quienes ‘comercian con la muerte”, señalan los autores.

DEUDAS PENDIENTES

El recién fallecido expresidente de la Asamblea General Miguel d'Escoto apuntaba en una autocrítica que la ONU no ha cumplido lo que llamó sus ‘dos objetivos esenciales', la paz y la erradicación de la pobreza.

El excanciller nicaragüense subrayaba entonces que esas razones ‘que llevaron a la suscripción de la Carta de la ONU y a la creación de las Instituciones de Breton Woods, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en vez de propiciar la superación de la pobreza en el mundo, han ayudado a profundizarla más'.

D'Escoto remarca además la pérdida de poder de la Asamblea General (órgano principal y más representativo de la ONU, donde tienen voz y voto los 197 países miembros).

Dicho espacio, explicaba el exdiplomático, ha sido socavado producto de la introducción de normas de procedimiento que han mellado su margen de decisión, que aunque no vinculante, es el ‘centro neurálgico' del sistema de Naciones Unidas.

La invasión de Irak en 2003 terminó por hacer aún más visibles las fisuras, no solo en la institucionalidad de la ONU, que asistió incapaz de frenar la invasión norteamericana.

DEMOCRATIZACIÓN

A pesar de la difícil realidad para el organismo, D'Escoto consideraba la ONU como una ‘organización indispensable para la salvación del mundo' pese al ‘poco éxito que ha tenido en todo el tiempo de su existencia', siendo la Asamblea General el punto de inicio para empujar los cambios que permitan una verdadera democratización del organismo.

Cambios que podrían mostrar avances, en la medida que despunte, aunque lentamente, un nuevo orden multipolar.

Lo Nuevo