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- 09/03/2024 00:00
- 08/03/2024 17:42
La guerra y sus consecuencias destructivas han acompañado a la humanidad desde siempre, según los registros históricos más antiguos. Con ella, también costumbres y leyes que buscaban un trato menos cruel a los más débiles, en su mayoría no combatientes en los conflictos armados.
Esta evolución, en tensión constante entre la guerra y la atenuación de la misma, ha transcurrido a lo largo de los siglos desde distintas culturas para sintetizarse en el derecho internacional humanitario moderno. Y durante ese proceso, la Orden de Malta ha asumido un rol como una organización militar y religiosa con vocación hospitalaria.
Oficialmente denominada Soberana y Militar Orden hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y Malta, esta organización católica fundada en el siglo XI en Jerusalén, jugó distintos roles durante las disputas coloniales en el medio oriente alrededor de la Cruzadas. Casi mil años después aún se mantiene, con un estatus de sujeto del derecho internacional, reconocimiento en 120 Estados e incluso por Naciones Unidas. Aseguran que hoy se dedican, entre otras actividades, a trabajos humanitarios en zonas de conflicto como los que tienen lugar en Ucrania, Siria, Irak y la franja de Gaza.
La Estrella de Panamá conversó con Riccardo Paternò di Montecupo, gran canciller de la Orden de Malta, quien estuvo esta semana en el país participando en un encuentro de la organización y sus representaciones de otras partes del mundo, para discutir los proyectos humanitarios que impulsan en la región.
“La orden está haciendo un enorme esfuerzo para organizar ayudar humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial; hemos estado muy activos en ayudar a la población con todo lo posible. Sobre todo con el tema de refugiados”, dijo en referencia a los proyectos que mantiene en Ucrania tras la invasión rusa, que ha dejado más de 5 millones de refugiados en Europa oriental.
Cuando se habla de zonas de guerra como lo que está ocurriendo en los territorios palestinos, particularmente la franja de Gaza, que se encuentra desde el pasado 7 de octubre bajo asedio de Israel con un saldo de más de 30.000 muertos; la actividad de la orden se centra en trabajar junto a organizaciones humanitarias de otros países para hacer llegar alimentos e insumos de primera necesidad. Paternò di Montecupo indicó que la propia operación militar no ha permitido ingresar de manera constante la ayuda a la población gazatí, que se enfrenta a una posible hambruna sin agua ni electricidad de acuerdo con reportes de Naciones Unidas.
Explicó que antes del escalamiento de la crisis en Gaza, la orden mantenía personal humanitario en la franja, sobre todo médicos y ambulancias, pero el conflicto hizo que cesara esta cooperación. Ahora están funcionando desde fuera, en otras zonas del territorio palestino. Igualmente, expresó su preocupación por la seguridad de quienes dan asistencia en la zona, esto por las denuncias de asesinatos de personal humanitario bajo el bombardeo israelí.
Paternò di Montecupo fue tajante al manifestar que el derecho internacional humanitario establece claramente mecanismos de protección para la población, incluido el personal humanitario, y que los ataques contra instalaciones hospitalarias o de ayuda -como ha ocurrido en Gaza- son considerados crímenes de guerra.
“Todo está escrito, los Estados debe respetar la ley”, enfatizó el canciller, quien lamentó el fallecimiento de voluntarios y médicos en el conflicto.
Al mismo tiempo se manifestó a favor del establecimiento de un cese el fuego en Gaza, “Por al vía diplomática, no solo la Orden de Malta, sino otros países están tratado de llegar a esto”, señaló Paternò di Montecupo.
En cuanto a la labor de la orden en Panamá, señaló que también manejan proyectos de asistencia en Darién, ante el incremento del flujo de migrantes irregulares hacia el norte de América y los graves riesgos que enfrenta esa población.
Este confirmó que han hablado con el Gobierno panameño para continuar con la cooperación en materia de ayudas para los migrantes en la frontera colombo-panameña, incluido suministro de alimento, alojamiento y transporte.
“Muchos migrantes finalmente llegan a su destino en Estados Unidos, viniendo de otras partes del mundo para pasar por Panamá. Pero algunos de estos se quedan (en Panamá) y allí vemos la necesidad de la inclusión, educación, de darle oportunidades; es algo muy importante para nosotros”, señaló.
Sobre el incremento de la xenofobia, a la par del agravamiento de la situación de los migrantes, no solamente en Darién sino también en Europa, detalló que la orden mantiene su propia agenda en relación con las ayudas y que estas no discriminan por razón de raza, religión o país de origen.
Reconoce que es un hecho que existe la xenofobia y que eso impacta el trabajo que realizan, sin embargo, recalcó que la organización no discrimina al momento de brindar las ayudas. “La Orden de Malta ha hecho cosas en muchas partes del mundo, por ejemplo en Belén, donde tenemos un importante hospital, trabajan varios médicos que no son cristianos ni católicos, ellos llevan la cruz (de la orden) en su uniforme lo que refleja su compromiso”, acotó.
Paternò di Montecupo adelantó que están haciendo esfuerzos para que la Orden de Malta amplíe su presencia en América Latina y el Caribe, no solo con proyectos temporales ligados a asistencias por conflictos o desastres naturales, sino aquellos que permitan ayuda de manera permanente con cooperación de los miembros de la orden en los países.