Esta ratificación reforma los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Carta Magna salvadoreña, que también anula la segunda vuelta electoral y alarga el...

- 01/08/2025 08:11
En un giro histórico que consolida el poder de Nayib Bukele, el Congreso de El Salvador aprobó por mayoría abrumadora una reforma constitucional que autoriza la reelección presidencial indefinida, extiende el mandato presidencial de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. Esta medida, que redefine por completo las reglas del juego político en el país centroamericano, fue respaldada por 57 de los 60 diputados, en su mayoría del oficialista partido Nuevas Ideas.
El nuevo marco legal permite que Bukele, quien inició su segundo mandato en 2024 tras una polémica reelección con el 82.8% de los votos, pueda aspirar a permanecer indefinidamente en la presidencia. La reforma también estipula que su actual periodo, originalmente programado hasta 2029, finalizará anticipadamente en junio de 2027, cuando se celebrarán elecciones generales concurrentes (presidenciales, legislativas y locales).
Para la diputada oficialista Ana Figueroa, el objetivo de la reforma es “darle el poder total al pueblo salvadoreño”, alineando la figura presidencial con otras autoridades de elección popular. Justificó la extensión del mandato con argumentos de “estabilidad” y “reducción de costos”.
No todos piensan igual. La diputada opositora Marcela Villatoro levantó en plena sesión un cartel con la frase “este día murió la democracia”, denunciando que la reforma fue aprobada “sin consulta, de forma burda y cínica”. Su colega Claudia Ortiz advirtió que estas reformas solo buscan “perpetuar a un pequeño grupo en el poder”.
Grupos de derechos humanos han levantado fuertes críticas. Juanita Goebertus, directora para las Américas de Human Rights Watch, alertó: “Están recorriendo el mismo camino que Venezuela. Empieza con un líder que usa su popularidad para concentrar poder, y termina en dictadura”.
Noah Bullock, de la organización Cristosal, afirmó: “El día antes de las vacaciones, sin debate, sin informar a la ciudadanía, en una sola votación legislativa, cambiaron el sistema político para permitir que el presidente se perpetúe en el poder indefinidamente”.
Desde 2019, Bukele ha impulsado su liderazgo con una política de mano dura contra las pandillas, que ha reducido drásticamente los homicidios y convertido a El Salvador en uno de los países más seguros del continente. No obstante, sus métodos han sido duramente criticados por organizaciones nacionales e internacionales que acusan al gobierno de detenciones masivas sin pruebas, juicios injustos y abusos en centros penitenciarios como el CECOT.
A pesar de las denuncias, Bukele defiende su modelo con firmeza. “¿Sabe qué? Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”, declaró en enero durante un discurso oficial.