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- 22/07/2025 08:34
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha redoblado sus esfuerzos para obtener el Premio Nobel de la Paz, con respaldo reciente de líderes de África, Asia y Europa del Este, a pesar de que sus supuestos méritos generan fuertes dudas en el ámbito diplomático. En su último paso por la Casa Blanca, mandatarios como Benjamín Netanyahu —quien abogó por la entrega del Nobel en plena negociación del alto el fuego en Gaza— y presidentes africanos sugirieron públicamente que Trump merece el galardón. “Trump es un tipo chapado a la antigua... le fascina la grandiosidad”, afirmó el columnista Jay Nordlinger, autor de un libro sobre la historia del Nobel.
La escena más reveladora ocurrió durante una reunión con líderes africanos, donde una periodista preguntó si apoyarían la candidatura de Trump al Nobel. El presidente, que había comenzado el encuentro con prisa, dejó hablar libremente a sus invitados, sonriendo ante las muestras de apoyo. Según medios estadounidenses, también han expresado respaldo los gobiernos de Pakistán y Bielorrusia, así como miembros republicanos del Congreso y altos funcionarios de su gabinete.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump asegura haber puesto fin a varios conflictos: la escalada entre India y Pakistán, la “guerra de los 12 días” entre Israel e Irán, y la disputa de décadas entre Ruanda y República Democrática del Congo. Incluso afirmó haber evitado una guerra entre Serbia y Kosovo. No obstante, expertos cuestionan estas afirmaciones. “No puedo imaginar que sean ciertos esos logros”, dijo Nordlinger, quien también apuntó que su principal mérito sigue siendo la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020.
Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, fue más crítico: “Si hubiera un logro real, lo tomarán en serio... pero hasta ahora, no lo hay”. Añadió que el comité del Nobel ha premiado en años recientes a activistas y movimientos sociales más que a líderes de gobierno. Smith advierte también que, aunque Trump logró una breve tregua en Gaza, ha respaldado acciones militares de Israel que podrían calificarse de crímenes de guerra por parte de la opinión pública internacional.
La fascinación de Trump por el Nobel responde, según analistas, tanto a su ego como a su deseo de ser comparado con figuras como la Madre Teresa o Barack Obama. Precisamente, la elección del expresidente demócrata como ganador del Nobel en 2009 sigue siendo una espina para Trump. “¿Por qué se lo mereció Obama, que aún no había hecho gran cosa por merecerlo, y no él?”, expresó Jeff Le, exfuncionario de la Casa Blanca.
Jay Nordlinger añade que el comité otorgó el Nobel a Obama como “una señal de alivio” tras la era Bush. Por eso, Trump insiste en presionar para obtener su propio reconocimiento. Jeff especula que Trump no desistirá, sobre todo en un año cargado de eventos internacionales como el 250° aniversario de la independencia de Estados Unidos, el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos de 2028.
Actualmente, Trump figura como segundo favorito al Nobel, con un 25% de probabilidades según Oddspedia. La viuda de Alexéi Navalni, Yulia Navalnaya, lidera las predicciones con 40%, seguida por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien aún espera que Trump cumpla su promesa de “detener la guerra con Rusia en un solo día”.