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- 07/01/2012 01:00
- 07/01/2012 01:00
ROMA.. En diciembre, en una audiencia con Benedicto XVI, monseñor Gabino Zavala, obispo auxiliar de Los Ángeles, confirmó al Papa algo que él ya sabía: es padre de dos hijos adolescentes, que viven con la madre en otro estado de EEUU. Le dijo, también, que quería renunciar al sacerdocio.
Como es usual, el sumo pontífice se tomó su tiempo y el Vaticano mantuvo esa información en un cofre bajo siete llaves. Ahora, sin más remedio, aceptó la renuncia de Zavala y ya nombró al reemplazante. Algo que, además, notificó formalmente al mundo entero mediante un comunicado.
El obispo, uno de los más influyentes entre los latinos en Estados Unidos que llevaba hacía mucho tiempo una doble vida, vino a alimentar las complicaciones de la Iglesia Católica con su falta al celibato —una imposición para todos los sacerdotes de ese credo—. Aunque de un tenor menor que los escándalos que se suceden desde 2002 por abusos sexuales, la noticia no deja de ser una mancha para la institución.
LUCHADOR DE DERECHOS
Gabino Zavala nació hace 60 años en Guerrero, México. Pero creció en Los Ángeles, donde también se ordenó en 1977. Todos los reconocen como un luchador incansable de los derechos civiles y un referente indiscutido entre los sacerdotes latinos en EEUU.
Presidente de Pax Christie, una organización de la Iglesia dedicada a la promoción de la paz en el mundo, encabezó campañas por el reconocimiento y garantía de los inmigrantes, los homosexuales y contra la pena de muerte.
Pero había un derecho que él no tenía como sacerdote: las relaciones sexuales. Algo que no sólo no cumplió, sino que permaneció con una doble vida, con mujer y dos hijos. El Papa aceptó la renuncia de Zavala en base al artículo 401/2 del Código de Derecho Canónico, por el que se invita a presentar la renuncia al cargo al ‘obispo diocesano que, por enfermedad u otra causa grave, no resultara idóneo para cumplir su cometido’. Permiten también la dimisión de un episcopal antes de cumplir la edad del retiro, de 75 años.
La Santa Sede informó, además, que ya puso a un sucesor en su cargo. ‘La archidiócesis se ha puesto en contacto con la madre y los niños para ofrecerles atención espiritual, así como financiación para ayudar a los niños con los costes de su educación’, indicó el arzobispo de Los Ángeles, también mexicano de origen, José Gómez.