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- 29/09/2016 02:00
El Partido Socialista, clave para la formación de un nuevo Gobierno en España, vive hoy una guerra abierta después de que casi la mitad de los miembros de su comisión ejecutiva hayan dimitido para forzar la caída del secretario general, Pedro Sánchez.
Ayer, miércoles 28 de septiembre, se recordará como el día en que se produjo la implosión del PSOE, la histórica fuerza política (1879) que ha gobernado en España 21 de los casi 40 años que han pasado desde que España recuperó la democracia.
Aunque la crisis viene de lejos, la catarsis se produjo esta lunes, cuando, para ganar tiempo e intentar mantenerse al frente del PSOE, Sánchez anunció la convocatoria de unas primarias para renovar su mandato el 23 de octubre y un congreso federal a primeros de diciembre.
La polémica iniciativa podría desembocar en unas terceras elecciones generales, fenómeno sin precedentes que los líderes políticos españoles, incluido el propio Sánchez, se comprometieron a evitar en su último debate televisivo, el pasado 26 de junio.
Sin embargo, el actual secretario general del PSOE ha mantenido, hasta el día de ayer, que cerrará el paso a Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, después de que a éste le faltaran apenas seis votos para conseguir los 176 que requiere la mayoría absoluta en el Parlamento.
En la propia comisión ejecutiva del PSOE, que dirige Sánchez y que responde ante el órgano de dirección del partido --el llamado comité federal--, surgieron dirigentes dispuestos a dimitir.
Conocedor de esta posible maniobra, Sánchez los retó: ‘Si no se sienten parte de este proyecto, que no esperan a ser la mitad más uno; yo, en su lugar, dimitiría hoy mismo".
Su voz fue escuchada. A última hora de ayer en horas de la tarde dimitieron 17 miembros de la comisión ejecutiva --varios "barones" entre ellos--, que podrían ser suficientes como para forzar la salida del secretario general.
‘LOS 17 MIEMBROS DE LA DIRECCIÓN HAN PRESENTADO SU DIMISIÓN CON EL FIN DE FORZAR EL CESE DEL SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO, PEDRO SÁNCHEZ',
CÉSAR LUENA
ORGANIZACIÓN DEL PSOE
El movimiento pretendía tumbar a Sánchez al traer consigo la disolución del organismo de dirección, pero el líder socialista volvió a exhibir su capacidad de resistencia, aferrándose al cargo mientras los suyos argumentaban que las bajas, por muy "graves" que fueran, no tenían ningún efecto sobre su autoridad.
El PSOE se adentra en la dimensión desconocida. El secretario general dice que continúa siendo secretario general, pero los críticos contestan que solo es un militante más.
La ejecutiva, o lo que queda de ella (dimitieron 17 de sus 35 integrantes) se reunirá hoy jueves, mientras los enfrentados a Sánchez argumentan que no podrá tomar ninguna decisión porque ya no existe esa ejecutiva.
A sus ojos, el partido debería quedar en manos de una gestora, algo a lo que se oponen Sánchez y los suyos. Ambos bandos incluso difieren sobre dónde se debe solucionar este choque.
Los primeros creen que hay que acudir a la comisión de garantías del PSOE, donde los críticos tienen una mayoría de tres a dos. Los segundos sopesan ir a los tribunales.
CRISIS HACE CATARSIS
El PSOE ha entrado en una guerra interna en una España sin gobierno
La polémica se originó este lunes con una propuesta del presidente del partido, Pedro Sánchez
Ahora, la (quizá última) apuesta de Sánchez es formar un gobierno contando con el tercero y el cuarto partidos del país, la coalición izquierdista Podemos y los liberales del partido de centro Ciudadanos.
Esta posibilidad tiene, no obstante, muy pocas posibilidades de prosperar toda vez que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, no quiere ni oír hablar de Podemos, cuyo máximo responsable, Pablo Iglesias, ha dicho que sólo accedería si se formara un Gobierno de coalición.
Complica más esta situación el hecho de que la suma de votos del PSOE y de Podemos no llegaría a la mayoría absoluta sin el apoyo de los partidos nacionalistas o separatistas presentes en la Cámara, algo para lo que Sánchez no cuenta con el apoyo de la dirección de su partido.
Muy dividida, la dirección del PSOE, el comité federal, tiene previsto reunirse este sábado en Madrid con objeto de analizar los resultados de las elecciones regionales celebradas el pasado domingo --desastrosos para los socialistas en Galicia y en el País Vasco-- y decidir qué hacer en lo que a la gobernación de España se refiere. El congreso que propone Sánchez el 1 de diciembre supone rebasar el plazo para la formación de Gobierno, que acaba el 31 de octubre por imperativo constitucional.
En la hipótesis de que Sánchez se viera forzado a abandonar el cargo, la líder del feudo socialista de Andalucía y presidenta de esta región, Susana Díaz, ha dado a entender que podría dar un paso al frente.
Pero en ese cruce frenético de declaraciones que ha caracterizado la implosión del partido, también a ella contestó Sánchez: ‘Que aclare en qué bando está"; que diga, en fin, si apoya la abstención a Rajoy.