- 24/03/2010 01:00
PARÍS. Trenes, colegios y servicios públicos franceses se vieron afectados ayer por una serie de protestas contra la reforma de pensiones y salarios, mientras los sindicatos trataban de capitalizar la dura derrota del presidente Nicolás Sarkozy en las elecciones regionales del fin de semana.
Cinco grandes sindicatos franceses, entre éstos la CGT (mayoritario) convocaron a los trabajadores del sector público y privado en defensa “del empleo, el poder adquisitivo, las jubilaciones y las condiciones de trabajo”.
Cientos de manifestaciones se dieron en París y en las principales ciudades del país.
El domingo, los aliados de centroderecha de Sarkozy sufrieron su peor derrota electoral en más de cinco décadas, mientras los partidos de izquierda ganaron el poder en 23 de las 26 regiones francesas.
Sarkozy respondió remodelando su Gabinete, relevando a un ministro que se disponía a liderar las negociaciones sobre la reforma de las pensiones después de que obtuviera unos resultados especialmente negativos en las elecciones.
El ministro de Presupuesto, Eric Woerth, considerado una opción fiable, fue ascendido a jefe del departamento de Trabajo y se hará cargo de la negociación sobre las pensiones, mientras que Sarkozy incorporó a otras tres personas para impulsar las filas conservadoras y centristas.
Los líderes sindicales restaron importancia a la reestructuración, diciendo que ésta no contribuiría a relanzar la economía y acusaron a Sarkozy de no llegar a comprender que el estado de ánimo había cambiado en Francia.
“Desde el domingo hemos escuchado (a la centroderecha) decir “vamos a mantener nuestro rumbo”. No están escuchando y eso supone un problema real”, dijo Bernard Thibault, director del CGT, que encabezó las protestas.