‘Coger almejas era mi hobby’

PANAMÁ. Rosario Arias de Galindo nació en 1916 y vivió su infancia en el pintoresco barrio de Bella Vista. Recuerda esos días y con ellos su fascinación primera: el mar, la playa. Cuando no se había perdido.

Doña Rosario dice que su niñera la llevaba a la bahía. Se ponían a coger almejas y cangrejos. “Ese era mi hobby ”, dice, en el balcón de su casa en Paitilla. “Ya en la adolescencia no veía la hora de salir de la escuela para deshacerme del uniforme e ir a nadar un poco en el mar”. No le costaba nada. Solo tenía que cruzar el Parque Urracá y la playa —parecida a la de Coronado— se abría toda para ella. Por eso le gustaban más los días de semana que los sábados, cuando la playa se llenaba de gente.

Rosario recuerda a carcajadas que lo más divertido era cuando las vacas llegaban a la capital. Las traían apiñadas en un barco, pues aún no existía el Puente de las Américas.

Cuando las vacas arribaban a la playa un grupo de vaqueros se acercaban a la orilla para encaminar los animales hacia un corral, pero de vez en cuando, una vaca se escapaba, se volvía loca y corría por toda la ciudad. Los mosaicos y acabados de la urbe en desarrollo hacían que los cascos del animal se deslizaran cual patín en el hielo. “Era un espectáculo: la gente huía despavorida y muchas veces terminaban metidas en mi casa, pues era la más cercana a la playa” se divierte la señora, hija del ex presidente Harmodio Arias. Doña Rosario escribió un libro llamado: “El camino recorrido” donde cuenta sus anécdotas en Panamá, cuando esta ciudad sí tenía mar.

Ahora vive en Punta Paitilla y se siente privilegiada. Mira el mar desde su ventana. Extraña la costa pero no se hace tanto problema. Se asoma por la ventana y lo que ve es el área social del edificio de al lado de su casa, se queda distraída un rato y luego concluye: “como me duele, allí donde está esa piscina era donde quedaba “La Playita”.