Así lo confirmó el viceminsitro de Finanzas, Fausto Fernández, a La Estrella de Panamá
- 12/10/2009 02:00
En el año 1990 cuando Guillermo Márquez Amado fungía como magistrado del Tribunal Electoral hizo un viaje a la Costa Arriba de Colón que en aquel momento lo enamoró, pero que ahora le ha resultado en un tremendo dolor de cabeza.
En aquel poblado costeño, situado más allá de Portobelo y llamado Viento Frío, Márquez compró un “pedacito de tierra” a pocos metros de la playa donde construyó un rancho para descansar, sin embargo, él mismo dice que podría quedar sin nada si los diputados aprueban el proyecto de ley entregado a inicios de este mes por el ministro de Economía y Finanzas, Alberto Vallarino.
Se trata de un proyecto que eliminaría la Ley 23 de islas y costas recién aprobada en el mes de abril y por la cual ha resurgido la polémica por las tierras. Márquez conversó con La Estrella sobre su situación, pero asegura que hay muchísima más gente que está en la misma situación de preocupación que vive él.
Es que en este documento se dice cosas inadecuadas y totalmente fuera de la Constitución.
Es que lo único que es inadjuficable son playas y riberas del mar. Y el proyecto pretende extender a 47 metros lo que no es ribera de mar sino que es una servidumbre costanera de uso público. Va a volver inadjudicable lo que de acuerdo con la Constitución en su artículo 258, sí es adjudicable. Y es inadecuada porque al establecer esas servidumbres imponen a todos los demás predios que están a menos de 47 metros la ogligación de permitir el libre tránsito. Por ejemplo, si usted tiene una casa a 50 metros de la playa tiene que permitir que a tres metros de su casa las personas puedan transitar.
Bueno, esa ley tiene puntos positivos, porque fue aprobada después de un consenso, pero ya está aprobada qué puedo decir. Yo no estoy de acuerdo con toda la ley, no me parece que haya que pagar por los derechos posesorios si el Estado somos todos.
Sí, ese es otro punto. Pero ahora este gobierno ya está derogando la ley y mire que estas son las cosas que están dando elementos de inseguridad jurídica.
Dice que podrán titular a la gente con derechos posesorios. Lo malo es que la cantidad de metros desde la playa cambia. Por ejemplo, cuando yo compré era a 10 metros de la playa que se podía tener el terreno ahora con esta ley no, sino que se reconocería los terrenos hasta 47 metros de ancho desde la marea alta hasta la tierra firme. Entonces yo sería dueño de nada y es allí donde está el problema porque no sé que harían con la gente.
El Estado te puede lanzar, te pueden demoler tu ranchito, esto es muy serio. Si el Estado somos todos y uno que está actuando como funcionario público decide por la gente, entonces a ¿dónde van a vivir los panameños?...Hay personas que viven en esas tierras.
Uuuuy. Yo no le puedo decir con precisión, son miles.
Es la situación de gente de Chinina, Farallón, Santa Clara, Montijo, Cébaco, Bahía Honda y la gente que vive en las costas de Azuero.
Como no.. Y es que tampoco me explico cómo alguien dice que la Ley 23 es mala, y mientras, hace otra ley y no arregla la vieja.. ¿qué es eso? Y la población ¿que aguante el rejo? eso no puede ser.
Estamos en un limbo. Ya, yo había dicho que se iba a formar una rebatiña y es lo que está pasando.
Hay gente metiéndose donde familias en esos lugares para tener los derechos posesorios y el gobierno sigue sin titular a quienes lo merecen.
Bueno, en 1990 fui a Viento Frío en la Costa Arriba de Colón. Esa primera vez fui en helicóptero porque como magistrado del Tribunal Electoral la idea era ir a decirle a la gente que íbamos a hacer las cosas bien, después de un pasado vergonzoso. Estoy hablando de 1990 cuando fuimos allá para decirles que no íbamos a permitir que pasara lo mismo. Yo me enamoré del lugar. Un tiempo después me las ingenié para ir en carro, no había puentes y había que cruzar por los ríos, pero llegué. Fui con mi familia hicimos un “camping” y de repente llegó un señor montado en un caballo y nos dijo ¿Ustedes qué hacen allí? Nosotros le dijimos que de visita, pero él nos dijo que era dueño de eso.
Entonces quise comprar y él me vendió derechos posesorios. No había otra forma de comprar.
El derecho posesorio es la forma más primitiva de la propiedad. El derecho romano dice que es el ejercicio de actos con mando de señor y dueño. En esos momentos no había registros y la comunidad respetaba los terrenos.
Esto va a ser nocivo, por decir lo menos.
Toda la gente que toda su vida ha estado a 30 metros de las costas sin oportunidades de titular por razones económicas y además porque el Estado es lento en otorgar títulos se quedarían sin nada. En el quinquenio pasado sólo otorgaron como 12 y quizás selectivos.