EU tras el golpe contra Arnulfo

Actualizado
  • 01/09/2011 02:00
Creado
  • 01/09/2011 02:00
Adolfo Benedetti juzga que el colapso de Arnulfo Arias, como resultado del ‘golpe de Estado’, de 1941, obedece a ‘la respuesta armada de...

Adolfo Benedetti juzga que el colapso de Arnulfo Arias, como resultado del ‘golpe de Estado’, de 1941, obedece a ‘la respuesta armada de los sectores afectados por la implantación de la doctrina panameñista.’

¿Cómo profesó Arias su nacionalismo? Sin duda, con sobredosis de provocación y desafío. Ramón Fábrega, por ejemplo, cuenta que ‘cuando Arnulfo iba para el interior no hacía fila para coger el Ferri; preguntaba por qué tenía que hacer fila el presidente de la República; se iba adelante buscando problema con los gringos’. Pero más allá de esas provocaciones que parecen anecdóticas, otras debieron alarmar más. El 2 de octubre de 1941 ‘empiezan a circular en las ciudades de Panamá y Colón los billetes de la nueva moneda panameña en denominaciones de B/. 1.00, B/. 5.00, B/. 10.00 y B/ 20.00. […] Hasta el momento no son aceptados en la Zona del Canal’, dice un historiador.

Poseído por el predominio de un robusto nacionalismo, Arias vino a romper esquemas. Los sectores tradicionales, lo sintieron y lo resintieron. Muchos debieron arquear las cejas en señal de sorpresa, cuando vieron la memorable fotografía de los carnavales celebrados en 1941, donde se captó un hecho sin precedentes en la historia de Panamá. Arnulfo Arias, junto con sus Ministros de Estado, festejó esos Carnavales en el exclusivo Club Unión, ataviados con vistosos y panameñísimos montunos ocueños. Ellos fueron acompañados por sus esposas que también lucieron hermosas polleras. Arias se esforzaba por ‘acrecentar y fomentar el orgullo de ser panameños’, según sus propias palabras.

Benedetti considera que ‘si la aspiración máxima del Dr. Arnulfo Arias había sido convertir la doctrina panameñista en un instrumento de carácter nacional que permitiera el acceso gradual de los panameños capaces al manejo de la cosa pública y al desarrollo orgánico de nuestra economía sin discriminaciones sociales de ningún género, este objetivo no podía menos que chocar frontalmente con las reservas y temores de los sectores consientes de su incapacidad congénita para dirigir el país. Las modificaciones radicales introducidas por el Presidente de la República, estaban llamadas a cancelar progresivamente el dominio monolítico que, en el terreno económico, ejercían las familias tradicionales y sustituir dicho control por una mayor injerencia en las actividades económicas de la nación, de los sectores humanos que habían sido agentes de las clases propietarias y terratenientes. […] Estos grupos humanos conscientes de que el país apoyaba fervientemente las medidas adoptadas por el doctor Arnulfo Arias, conocedores de que este respaldo iría enraizándose en el corazón de las masas populares a medida que se palparan frutos concretos de la ampliación del programa, utilizaron oblicuamente las diferencias surgidas entre Panamá y los EU de Norteamérica con motivo del artillamiento de los barcos mercantes panameños y montaron el golpe de Estado que fructificó el 9 de octubre de 1941 con la anuencia de factores externos e internos’.

Holger Meding, historiador de la Universidad de Colonia, Alemania, fue citado hace 15 años, por La Prensa, ilustrando sobre el famoso viaje del Presidente a Cuba: ‘Arias habría hablado con el embajador estadounidense, Edwin Wilson, antes del viaje y le habría comentado que debido a que se sentía muy cansado tras la celebración de su primer aniversario en el poder, se ausentaría toda una semana. Sin pérdida de tiempo, Wilson informó al Departamento de Estado sobre la situación. Según Meding, los norteamericanos sabían de los planes del viaje a Cuba de Arnulfo con casi una semana de anticipación ya tenían información del vuelo en el que Arnulfo iba a salir. […] La información así recabada, fue suministrada al círculo de enemigos de Arias a quienes se les sugiere que este es el momento oportuno de hacer algo. […] El 7 de octubre en la noche, el cap itán McIntyre, jefe del Departamento de Inteligencia de la Zona del Canal de Panamá, informó secretamente al Ministro Ricardo Adolfo de la Guardia que el presidente panameño había abandonado el país. De La Guardia, presionado por el Coronel Rogelio Fábrega, tomó la determinación de convertirse en jefe del golpe. […] Existe un reporte que Meding asegura haber visto en Washington, de un agente del servicio secreto, quien informa que habló ‘con ellos [los enemigos de Arnulfo] para terminar con Arias, pero tenían miedo y tuve que hablar mucho para convencerlos de que actuaran. Al final lo hicieron’.

Según German Alfaro el 20 de octubre de 1941, el gobierno del Presidente Ricardo Adolfo de la Guardia y su gabinete concedió autorización al gobierno de EU para que los barcos con bandera panameña fueran artillados. Aunque Arias se vio forzado a marchar al exilio, (quedando radicado en Argentina), su huella presidencial no dejó de ser tema de interés para las publicaciones norteamericanas. En la ‘Revista Selecciones’ (diciembre de 1941) se reseñó un fajo de quejas contra lo que llamaron política de ‘alfilerazos’ contra EU. Según el articulista, cada vez que un funcionario norteamericano distinguido asistía a un acto oficial, en el gobierno de Arias, podía contar con que se le iba a asignar uno de los últimos puestos. El articulista deploraba que Arnulfo Arias, graduado en la Universidad de Chicago y de Harvard, y por ende, buen interlocutor del inglés, obligaba al funcionario norteamericano que lo visitara, a hablar en español.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus