Senafront y la historia de una muerte en la frontera

Actualizado
  • 11/10/2011 02:00
Creado
  • 11/10/2011 02:00
PANAMÁ. Cada 20 de agosto la comunidad de Narganá, en la comarca Kuna Yala, se viste de fiesta recordando al líder indígena Charles Robi...

PANAMÁ. Cada 20 de agosto la comunidad de Narganá, en la comarca Kuna Yala, se viste de fiesta recordando al líder indígena Charles Robinson. Durante dos días los kunas se congregan para celebrar con ritos tradicionales la memoria del líder muerto. Este año la fiesta se convirtió en tragedia.

Benigno González llegó a Narganá desde Colón. Preparado para el jolgorio del fin de semana, inició el ‘viernazo’ sin imaginar que su propia muerte empañaría los ritos de Charles Robinson y su comunidad cambiaría la tradicional procesión al cementerio por el repudio de su muerte. La comunidad, enardecida y enojada, estaba dispuesta a luchar por sus derechos pero el sáhila llamó a la calma. Ese mismo día las autoridades kunas se reunieron y la Organización de Resistencia Guna (ORGUN) envió un comunicado denunciando el asesinato del muchacho a manos de unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront). Cuatro policías fueron detenidos en ese momento.

VERSIONES ENCONTRADAS

La muerte de Benigno se originó por una riña. Todas las versiones coinciden en ello. Frank Ábrego, director de Senafront, tratando de recordar el caso, confirma: ‘se originó por una riña y las autoridades intervinieron’, pero ‘mis hombres no golpearon al muchacho, sino que por los procedimientos de la institución, lo arrestaron y después lo llevaron al hospital’. Hasta el momento no hay denuncias oficiales que informen sobre golpes, agresiones ni nada. Por eso el director concluye su relato diciendo que la historia de la muerte de Benigno en manos de unidades de Senafront ‘está en el morbo de la gente que habla y en quienes la reproducen sin estar allí’.

Pero para los activistas de ORGUN se trata de una realidad cotidiana de las comunidades, que poco a poco han perdido su autonomía política. Y si no hay denuncias, es porque la gente tiene miedo.

‘El cuartel queda allí, adentro de la comunidad, en una cercanía que es temeraria, cuando diariamente ves cuatro o cinco hombres armados paseándose de lado a lado como si estuviéramos en Iraq’, relatan Mani e Inatoy, miembros de ORGUN.

Esta historia que empezó mal estaba destinada a terminar en tragedia.

CRÓNICA DE UNA MUERTE FRONTERIZA

Beningno celebraba el ‘viernazo’ como casi todos los moradores de Narganá. Al ritmo del típico y la salud de la chicha homenajeaba a Charles Robinson cuando, de repente, escuchó un rumor sobre su esposa. Los celos y el alcohol se mezclaron en su cabeza y la alegría se convirtió en violencia de género.

La riña se complicó, los gritos aumentaron y los policías intervinieron, Benigno se resistió al arresto, los policías lo esposaron. Benigno seguía resistiéndose. De repente cayó. En el suelo, no hubo más resistencia, data en el comunicado del Congreso Kuna que allí recibió golpes. Los policías lo levantaron, tomándolo de las esposas. Los brazos del muchacho no resistieron más. Su voluntad y su cuerpo estaban ahora quebrantados. Benigno pagó por violentar a su mujer. Y debía hacerlo. Pero hay métodos judiciales para ello. Haydee Méndez, doctora en Género y Derechos Humanos que hace parte de la organización Fundagénero, explica que ‘aunque definitivamente a Benigno lo tenían que llevar preso, de ninguna manera se justifica el abuso. El delito de violencia de género se traspoló al delito de brutalidad policial’.

Con sus brazos rotos, Benigno fue llevado al cuartel. Se quejaba tanto del dolor que los policías lo trasladaron al centro de salud. La doctora le aplicó un calmante. El muchacho sufría del corazón y su cuerpo no resistió más. Murió de un paro cardíaco.

Uno de los sáhailas tuvo acceso al informe forense, donde data que habían hematomas en su cabeza. Independientemente de las causas de la muerte, para Mani está claro que ‘si Senafront hubiera intervenido pensando en los derechos y no como fuerza militar, el muchacho no muere y el conflicto se resuelve de manera diferente’.

SEGURIDAD VS. AUTONOMÍA

La historia de la muerte de Benigno es sólo otra de las cotidianidades invisibilizadas de la tierra del olvido de Panamá. Según los miembros de ORGUN y del Congreso Kuna, ‘no es la primera vez que sucede un abuso’. Por eso las autoridades comarcales han solicitado la retirada de la presencia de la fuerza pública en sus territorios, pidiendo al gobierno que repliegue las unidades y cuarteles hacia las fronteras, porque su presencia ‘provoca tensión’, dice Inatoy.

De acuerdo a la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, aprobada el 13 de septiembre de 2007, ellos tienen la potestad de hacerlo. Porque son autónomos de decidir de acuerdo con sus necesidades e intereses. ‘El gobierno está ignorando la declaración’, dice Mani.

El comisionado Ábrego sigue afirmando que ‘los que se quejan no son los pobladores’, según su versión ‘ellos están tranquilos con la presencia de Senafront’. Y cuando se le pregunta por el caso de Benigno, dice que aún está en investigación.

Los cuatro policías involucrados en el incidente fueron trasladados de base. Las autoridades comarcales no saben de su paradero.

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