La demanda federal

Actualizado
  • 07/12/2011 01:00
Creado
  • 07/12/2011 01:00
Las sociedades anónimas que titularon tierras cerca de Juan Hombrón aparecen como acusadas en una demanda multimillonaria interpuesta en...

Las sociedades anónimas que titularon tierras cerca de Juan Hombrón aparecen como acusadas en una demanda multimillonaria interpuesta en septiembre pasado en Miami. La demanda, ya activa, aprovecha de leyes federales contra empresas criminales y organismos corruptos (RICO, por sus letras iniciales en el inglés), y alega múltiples actos de extorsión, estafa, fraude y abuso de los sistemas judiciales de tres países para hurtar bienes del testamento de Wilson C. Lucom.

La joya de este patrimonio, valuada en $145 millones, es la Hacienda Santa Mónica, una de las mas bellas propiedades en Centroamérica, tres mil hectáreas que se extienden desde la carretera Interamericana hasta el mar, entre el pueblo de Río Hato y la desembocadura del río Antón. Parte de este terreno se presta para la siembra de arroz y melones; otra para la cría de ganado o caballos. Todo esto ha sido objeto de admiración y envidia.

La demanda, que fue interpuesta por Richard S. Lehman, abogado de Boca Ratón, Florida, y albacea del testamento de Lucom, hace referencia a unas resoluciones de titulación emitidas por el Ministerio de Economía y Finanzas en marzo de este año. Lehman sostiene que las tierras tituladas han sido hurtadas de la Hacienda Santa Mónica.

‘Ya que conocemos los nombres de las sociedades que recibieron títulos a los terrenos robados, las vamos a incluir como demandadas’, dijo Lehman a La Estrella. ‘Si logramos saber quiénes son los dueños de las sociedades, ellos también serán incluidos’.

También se encuentran como acusados por participar en el hurto de la fortuna de Lucom, figuras prominentes del mundo legal panameño y miembros de una familia de la alta sociedad. En su testamento Lucom, quien murió en Panamá en junio del 2006, dejó a su viuda una pensión de por vida de $20 mil mensuales y un apartamento palacial en la capital valorado en $4 millones, pero destinó lo grueso de su fortuna, incluyendo a la Hacienda Santa Mónica, a una fundación cuyo único propósito es alimentar a niños necesitados en Panamá. Su viuda apeló el testamento y logró ser nombrada heredera universal.

El fallo, emitido por la Corte Suprema en agosto del año pasado, declara que ‘aún después de la muerte del causante, éste [Lucom] se preocupara por el bienestar y la posición socioeconómica de quien al momento de su muerte tenía la condición de cónyuge’. Según la demanda, sin embargo, la decisión de los magistrados no provino de comunicaciones esotéricas sino de consideraciones enteramente materiales. El fallo fue demandado por el notario que certificó el testamento, Mario Velásquez Chizmar, su ejecución ha sido congelada por orden de la Asamblea Nacional, y ninguno de los bienes de Lucom ha sido distribuido.

Al citar las leyes RICO, la demanda de Miami acusa implícitamente al sistema judicial panameño de ser corrupto. Así hace eco a un cable enviado al Departamento de Estado norteamericano, el día 22 de julio del 2005, por la embajadora de los Estados Unidos en Panamá, Linda Watts. En el cable, publicado en el portal de WikiLeaks, la embajadora justifica el retiro de la visa para visitar los Estados Unidos del Magistrado Winston Spadafora, declarando que la Corte Suprema se maneja como un ‘racket’ —palabra del argot norteamericano que significa ‘empresa criminal’—.

La demanda tiene ciertas ironías. Lehman busca recubrir daños personales tanto como daños al testamento de Lucom, y si gana podrá aprovechar las provisiones del tratado comercial celebrado recientemente entra Panamá y los Estados Unidos para cobrar a los demandados panameños. Además, Hilda Piza, la viuda de Lucom, quien falleció durante el mes de agosto de este año, nació en Puerto Rico y fue ciudadana estadounidense. Los Estados Unidos grava impuestos sobre los testamentos de sus ciudadanos sin distinción de donde residían, y el nuevo tratado facilita el cobrar tales impuestos. Así es que gran parte de la fortuna que Wilson Lucom quería emplear para alimentar a niños pobres en este país, terminará en los cofres del país más rico del mundo.

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