La nave oficial que nadie quiere

Actualizado
  • 24/02/2012 01:00
Creado
  • 24/02/2012 01:00
PANAMÁ. ¿Qué hace el antiguo avión presidencial —el HP-1A, marca Gulfstream II— en el hangar presidencial en el aeropuerto Marcos A. Gel...

PANAMÁ. ¿Qué hace el antiguo avión presidencial —el HP-1A, marca Gulfstream II— en el hangar presidencial en el aeropuerto Marcos A. Gelabert, de Albrook, como si fuera parte del patrimonio estatal?

La polémica nave que el presidente Ricardo Martinelli no quiso utilizar por tratarse de un avión ‘viejo e inseguro’, permanece en la plataforma del aeropuerto de Albrook, ahora con la matrícula panameña HP 1691.

Desde que se ordenó su remate, luego de la llegada de su reemplazo fabricado en Brasil y pagado con fondos donados por el Gobierno de Taiwán, el viejo Gulfstream II ha permanecido varado en las cercanías del llamado hangar presidencial (controlado por la Autoridad de Aeronáutica Civil) a merced de las inclemencias del tiempo.

Consultado al respecto, Rafael Bárcenas, director de Aeronáutica Civil, responde no saber nada. El funcionario dijo que desconoce cuál es el paradero del viejo aparato, ya que, legalmente, fue entregado a Aviones y Partes Panamá, S. A., la empresa que finalmente fue la única interesada en él.

‘Es el Ministerio de Economía y Finanzas que debe saber cuál es el estatus del avión; en Aeronáutica Civil no se sabe nada de él’, reiteró Bárcenas.

La aeronave, fabricada en Estados Unidos en 1969, fue sacada de circulación —según la versión oficial— por ser de alto consumo de combustible y por tener demasiados años de uso.

LA TERCERA ES LA VENCIDA

El que en su momento fue el HP-1A, comprado durante la administración de Ernesto Pérez Balladares en 1995, tuvo un costo de $7.3 millones. Fue utilizado por los mandatarios Mireya Moscoso y Martín Torrijos. Con la llegada de Martinelli, el Gulfstream II tenía sus días contados.

El nuevo gobernante panameño públicamente declaró que utilizaría su propio avión, luego (por causas aún desconocidas) varió su opinión y ordenó gestionar la compra del moderno jet ejecutivo Embraer Legacy 600 a un costo de $22 millones.

En medio de esto, el Ministerio de Economía y Finanzas declaró desierta la subasta del avión presidencial, cuyo precio base era de $300 mil.

Ante la falta de ponentes durante tres convocatorias distintas, el gobierno finalmente efectuó una venta directa del avión por un monto de $227 mil.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus