Las causas del aumento de la delincuencia juvenil

Actualizado
  • 22/09/2014 02:00
Creado
  • 22/09/2014 02:00
Algunos señalan la falta de oportunidades de trabajo como una de las causas que llevan a los jóvenes a la delincuencia

En momentos en que Panamá se sumerge en una espiral de violencia juvenil, la sociedad intenta comprender qué lleva a los jóvenes a delinquir.

Mientras algunos buscan explicaciones en la falta de castigo, sociólogos y trabajadores sociales piensan que las verdaderas razones son otras.

ES LA ECONOMÍA...

Para René Quevedo, analista empresarial, el aumento de los actos delictivos guarda relación con la limitada participación juvenil en el mercado de trabajo.

De hecho, según datos de la Contraloría General de la República, el 64% de las personas que buscan empleo están entre los 15 y los 29 años. Y solo uno de cada 28 de estos jóvenes han encontrado o mantenido un empleo durante los últimos cinco años.

‘Plazas de trabajo hay, lo que no hay es un empleo sostenido. Y esta es precisamente la razón por la que los jóvenes cometen actos delictivos. Lo que buscan es ‘resolver’, asegura Quevedo.

El analista cita el IV Informe de Seguridad Ciudadana, patrocinado por la Cámara de Comercio de Panamá, que ‘muestra que cada año hay más tolerancia al delito’.

La encuesta realizada por la Cámara revela que en 2013, 38% más personas que en la encuesta anterior estarían dispuestas a delinquir para ‘resolver’. Además, 65% más ciudadanos estarían dispuestos a cometer un delito si sienten que hay impunidad.

Un 43% más usaría violencia para obtener beneficios económicos.

DÉFICIT DE PERSONAL

¿Pero qué esperanzas hay para el futuro próximo? Con tanto crecimiento económico, los jóvenes tendrán más oportunidades para encontrar empleo, ¿no? La respuesta es ‘depende’.

De acuerdo con un informe comisionado por la Autoridad del Canal de Panamá a la firma norteamericana Nathan Associates en 2012, hasta el 45% de los nuevos empleos generados por la economía panameña entre el 2013 y 2025 requerirán la importación de mano de obra calificada.

Es decir, hay empleos para personas con estudios y experiencia.

Para los jóvenes de clase media y clase alta, esto no es un problema.

Un informe del Banco Mundial sobre las expectativas de empleo para Panamá reveló que el 64% de los jóvenes de clase alta y media que culminan la secundaria ingresan a la universidad antes de cumplir los 25 años.

Sin embargo, sólo el 5% de los jóvenes de estratos bajos logra hacerlo.

‘Gran parte de las veces, los jóvenes deben dejar la escuela para ayudar a sostener a su familia, una familia que muchas veces es disfuncional’, dice la socióloga panameña Briseida Allard.

Y el 83% de los jóvenes de los barrios rojos siente que sus perspectivas laborales no han mejorado con el crecimiento económico del país.

‘No poder encontrar un empleo genera frustración entre los jóvenes’, valoró la socióloga.

‘Es necesario que el gobierno establezca programas bien estructurados que ayuden a los jóvenes a encontrar un empleo. No solo eso, lo que ganan debería ser lo suficiente para que no tengan que buscar en las pandillas el sustento’, indicó Allard.

TODO NACE EN LA FAMILIA

Tanto Allard como Quevedo coinciden en que la formación técnica y teórica es fundamental para reducir los niveles delictivos, así como mantener a los jóvenes enfocados en tareas productivas.

Pero para Rogelio Justiniani, presidente de la Fundación San Miguelito, esto no es suficiente. Para él, el problema básico se encuentra en el núcleo familiar.

‘La escuela es importante, pero los valores no se enseñan allí, sino en el hogar’, expresó Justiniani.

Él asegura que el problema delincuencial panameño radica en la falta de afecto familiar.

‘Los lazos de amistad que encuentran en las pandillas envuelven de una manera inimaginable a los jóvenes provenientes de familias disfuncionales. Las pandillas les dan lo que ellos están buscando y sienten que necesitan’, relató Justiniani, que también ve con preocupación el aumento de la delincuencia en el país.

ESFUERZO DEL GOBIERNO

La administración del presidente Juan Carlos Varela parece haberle dado un giro a la política criminal para enfocarse en la reinserción social de los jóvenes , enfocando especialmente que ellos decidan voluntariamente abandonar los grupos delictivos a los que pertenecen.

‘Vamos a mantenernos disciplinados y firmes con el programa Barrios Seguros’, manifestó el ministro de seguridad Pública, Rodolfo Aguilera.

‘Vamos a darle a nuestros jóvenes la oportunidad de cambiar y tomar por el camino correcto’, expresó.

Con este plan se está capacitando a los jóvenes para que abandonen las bandas y pandillas, al tiempo que le otorgan una bonificación de 50 dólares mensuales por su participación.

Los sitios donde ha iniciado este proyecto son los lugares donde más bandas juveniles operan; es decir, Panamá Oeste, Metro, Este, Colón y la ciudad de David, en la provincia de Chiriquí.

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