La estimulación temprana es clave para el éxito en primaria

La capacidad del niño para tener una participación exitosa en el sistema escolar empieza a desarrollarse desde que se encuentra en el vientre materno.

Una adecuada estimulación temprana podría ayudar a capacitar distintas áreas del cerebro que beneficiarían al niño en el proceso de aprendizaje, explica la psicóloga clínica Geraldine Emiliani.

Desde que es concebido, el niño empieza a recibir estímulos y nutrientes de su madre y del ambiente externo, añade la psicóloga clínica, por lo que recomienda ofrecerle, desde su etapa embrionaria, música clásica.

Más adelante, se iniciaría la etapa de prepararlo para ingresar a la enseñanza preescolar, con conocimientos más formales, como por ejemplo, los colores.

Este tipo de actividades se haría hasta que el niño tenga ya edad para ingresar en maternal, que sería alrededor de los tres años de edad.

QUÉ DEBE SABER EL NIÑO

De acuerdo con Emiliani, lo primordial para un niño que ingresa a preescolar es estar preparado en lo social, emocional, físico, y en lo cognitivo (aprendizaje, razonamiento, resolución de problemas).

Debe tener capacidad en el aprendizaje lógico-matemático y de lecto-escritura, y participar en actividades de grupo, contó Emiliani.

Por su parte, Gastón Faraudo, quien cuenta con una licenciatura en Educación y preside la Unión Nacional de Centros Educativos Particulares, consideró que iniciar la estimulación a edades tempranas facilita la adquisición de habilidades de las que dependerá la formación de competencias cognitivas en las etapas posteriores de enseñanza.

‘La estimulación temprana debe hacerse de forma continuada, sistemática y ordenada’, precisó.

Faraudo agregó que en el área del lenguaje las competencias a las que se les debe dar mayor énfasis son recepción, comprensión y expresión de información.

En el ámbito de la percepción, la orientación espacial y temporal, junto con la función corporal.

‘Todos los niños tienen la capacidad cerebral para aprender un segundo idioma durante los primeros años de su vida, cuando pasan por un período sensitivo o ventajoso, de plasticidad cerebral’, señaló el educador.

ATENDER COBERTURA

El grupo Unidos por la Educación, que promueve la educación en Panamá, apunta hacia una mejor cobertura de la educación preescolar en el país. Según el Ministerio de Educación, la cobertura bruta actual es de 69.7%, una diferencia de 7.6% con respecto a 2009.

Para Gaspar García de Paredes, presidente del movimiento educativo, es un ‘tema vital’ que requiere atenderse con urgencia.

‘Hoy apenas ofrecemos cobertura a poco más de la mitad de los niños de entre 3 y 5 años, por lo que hacen falta más centros de formación preescolar’, manifestó.

‘Está más que demostrado que la formación preescolar es como la fundación de un edificio: mientras mejor se establece, más alto se puede levantar’, sostuvo.

García de Paredes consideró que se tiene que invertir más en educación, pero esto debe hacerse en paralelo a la implementación de sistemas de control y monitoreo que permitan obtener mejores resultados por cada dólar invertido.

MÁS NOMBRAMIENTOS

La Asociación de Maestros Independientes Auténticos reprochó que el 30% de los niños panameños en edad preescolar (3 a 5 años) no reciben atención estatal.

Armando Espinosa, vocero del gremio, sostiene que la educación preescolar es la base para el proceso de formación integral del niño, por lo que pide al Ministerio dotar al educador de materiales didácticos, juegos interactivos y tecnología para fortalecer la labor en el aula.

En Panamá se cubre una gran parte de la población preescolar con los programas del Centro Familiar y Comunitario de Educación Inicial (Cefacei) y el Centro de Educación Inicial Comunitaria (Ceic), todos atendidos por promotoras en áreas rurales y urbanas. Hay unos 297 Cefacei y 116 Ceic.

Pero Espinosa criticó que las promotoras comunales, que ganan $50 al mes y son escogidas por el Meduca, no cuentan con formación profesional para dictar clases.

El dirigente recomendó eliminar ambos programas, nombrar profesionales en educación preescolar y reducir los grupos hasta un tope de 20 niños por aula.