Mural del 9 de enero: cuando la historia se toma las paredes

Actualizado
  • 09/01/2015 01:00
Creado
  • 09/01/2015 01:00
Tras hacerle frente al MOP y a la policía, ‘El Kolectivo’ rescató, a través del arte, la memoria de una gesta patriótica.

Son pasadas las 9:00 p.m. del 8 de enero del 2014. En la Casa Roja, un reducto del Partido del Pueblo ubicado en un viejo caserón de Perejil, un grupo de jóvenes repasan, entre pinta y pinta, el plan a seguir. Mañana, 9 de enero, será un día decisivo. Luego de meses de confrontaciones con la administración de Ricardo Martinelli, los integrantes de ‘El Kolectivo’ —asociación que realiza protestas sociales a través del arte público— tendrán otra oportunidad para pintar un mural alusivo a la gesta patriótica de 1964.

El poeta Alfredo Belda y sus compañeros discuten diversas líneas de acción. Alguien sugiere la idea de formar un ‘anillo humano’ alrededor del mural para evitar la intervención de la policía. Anteriormente, las cuadrillas del Ministerio de Obras Públicas, amparadas en una ley que prohibía ‘ensuciar o destruir la ciudad’, habían borrado los murales.

A pesar de que las acciones de ‘El Kolectivo’ fueron validadas finalmente por la Corte Suprema de Justicia, la víspera del 9 de enero del 2014 unidades de la policía custodiaban las inmediaciones del mural, en la Avenida de los Mártires. El escenario estaba a punto para la confrontación final entre ‘El Kolectivo’ y las fuerzas del orden, dispuestas a imponer los designios de Martinelli, empeñado en evitar que la historia cobrara vida en las calles.

Como se esperaba, la mañana del 9 de enero hubo forcejeos entre los uniformados y los artistas. Pero entonces pasó algo que no estaba en los planes de Belda ni en los de la poetisa Lucy Chau, también integrante de la asociación. ‘Los estudiantes del 64, que estaban ahí participando en su marcha, como todos los años, agarraron pinturas y brochas y comenzaron a pintar el mural’, recuerda Chau. ‘Se nos fue completamente de las manos. Más gente se acercaba a pintar solo para joder a Martinelli’, comenta Belda.

Ante la espontaneidad creativa de los egresados del ‘Nido de Águilas’, los miembros de ‘El Kolectivo’ no tuvieron más remedio que archivar los bocetos que previamente habían trabajado y que hacían alusión a diversos personajes y episodios históricos como La tajada de sandía, la Operación Soberanía y el Movimiento Inquilinario.

FRENTE A LA MISMA PARED

Este 9 de enero del 2015 encuentra nuevamente a los miembros de ‘El Kolectivo’ deslizando sus brochas sobre la misma pared. Solo que, en esta oportunidad, no hay policías ‘cuidando’ a los artistas callejeros —o grafiteros, como llegó a llamarlos Martinelli—. Solo algunos periodistas siguen los trabajos que realiza un grupo de estudiantes de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad de Panamá.

Otra diferencia notable con respecto al año pasado es que ahora ‘El Kolectivo’ ha salido a la calle con apoyo oficial: patrocinados por el Instituto Nacional de Cultura (INAC), que les ha provisto de materiales, y con el aval de la Alcaldía de Panamá.

En el pasado, los jóvenes activistas organizaban colectas para recabar materiales con los que acometer sus proyectos muralísticos.

La situación es inédita para ‘El Kolectivo’, acostumbrados a que el Gobierno borre —como sucedió en tres ocasiones entre 2013 y 2014— el trabajo que habían realizado en la Avenida de los Mártires. Según Belda, su objetivo no es el de ir siempre a contracorriente, sino contribuir a la ‘construcción de una ciudadanía participativa, para que el arte se apodere de las calles’.

De acuerdo con Chau, los trabajos para la versión definitiva del mural —que no pudieron concretarse en el 2014 por la efusividad con la que fueron celebrados los 50 años del 9 de enero de 1964— se iniciaron la noche del lunes pasado. Siguiendo con el plan original, los jóvenes artistas colocaron telas con bocetos sobre el mural previamente pintado de blanco.

Después de borrar el mural por cuarta y última vez, procedieron a implementar su visión de convertir la Avenida de los Mártires en un ‘gran libro de historia abierto’, como señalara el artista de origen kuna Ologwadi en una entrevista publicada en Facetas en diciembre del 2014.

Luego de cinco días de trabajo, con los estudiantes pintando entre las pausas de sus clases, la obra será culminada hoy, con bocetos nuevos y otros que fueron elaborados en el 2014.

IDENTIDAD RESCATADA

Hace 51 años los estudiantes del Instituto Nacional se enfrentaron a las fuerzas zoneítas dispuestas a evitar a toda costa la izada del pabellón panameño en la Balboa High School, en territorio estadounidense. Durante la conmemoración de hoy ‘El Kolectivo’ ha vuelto a poner el tema de la expresión de la nacionalidad en la palestra, o mejor dicho, sobre los espacios públicos. ‘El mural del 9 de enero es emblemático. En la Alcaldía estamos a favor de la utilización de los espacios públicos para cualquier forma de expresión artística que contribuya a la democratización de la cultura, y que también sirva como plataforma para recuperar la memoria histórica’, precisa Alexandra Schejedelrup, de la Subsecretaría de Cultura de la Alcaldía de Panamá.

Por su parte, el profesor Ricardo Arturo Ríos Torres, del Movimiento por la Identidad y Memoria Histórica, celebró que ‘los artistas nacionales puedan pintar en la Avenida de los Mártires los murales que enaltecen esa fecha patriótica’ sin la represión de la Policía Nacional. ‘La ciudadanía militante se toma con dignidad esos lugares de la ‘Patria Sagrada’, mancillados ayer por un gobierno con mentalidad de protectorado’, afirmó el docente.

‘Nosotros buscamos hacer arte con cultura, arte contra el olvido’, subraya Belda. Es una cruzada que si bien actualmente goza del apoyo oficial, no por esto significa que no cuenta con sus opositores. Este es el caso de un grupo de grafiteros locales que recientemente amenazaron con atentar contra el mural. Los artistas callejeros cuestionaban el derecho de ‘El Kolectivo’ de reclamar este espacio para su visión artística.

‘Lo que sucedió el año pasado respondía a una toma de espacio público. Proporciones guardadas, fue como lo que sucedió con el Muro de Berlín’, plantea Chau.

Belda cataloga al grafiti como una forma de expresión cuyo mensaje es, por lo general, estilístico y no social, al contrario del muralismo. ‘El uso del espacio público tiene que estar vinculado a un mensaje colectivo, sino solo compites con la Coca-Cola y los políticos’, sentencia Belda. En las calles la lucha por recuperar la memoria histórica continúa...

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