Danilo Pérez, decidido a cambiar el mundo a través de la música

Actualizado
  • 29/01/2016 01:00
Creado
  • 29/01/2016 01:00
Ha publicado más de ocho álbumes y ha sido nominado para los premios Grammy y Latin Grammy

Las luces se apagan. Se desmonta el escenario. La música calla. Como si fuera una historia del ‘país de las maravillas', la semana del Panama Jazz Festival llega a su fin. El público vuelve a su rutina, a entretenerse con sus propias realidades. No sucede así con Danilo Pérez, fundador del festival, quien continúa buscando fórmulas para seguir contando ‘esa maravillosa historia' de una semana, ‘los 365 días del año'.

‘Papi, papi, ven, quiero mostrarte algo', lo recibe, en el apartamento familiar de la ciudad de Panamá, su hijo Danilo, de unos 5 años, mientras se trepa sobre sus rodillas en el sofá de la sala. La familia se prepara para regresar al día siguiente a Boston, donde mantiene su residencia permanente. Danilo hijo estaba ansioso por volver a integrar a su padre a la vida familiar, pero todavía no ha llegado el momento. Hay un par de compromisos más. Entre ellos, una entrevista con La Estrella de Panamá .

Con toda la paciencia del mundo, Danilo padre invita a su hijo, que se resiste, a continuar jugando con su hermana ‘un ratito más'.

Danilo ‘El Cholo' Pérez ha conquistado el mundo con su piano, pero está allí, sentado en el sofá de su sala, sin zapatos (una regla que busca evitar la alteración de la ‘buena vibra'), soñando con formar una generación nueva de panameños, como la que ha visto en el festival, gente disciplinada, pacífica, capaz de escuchar a los demás con atención, capaz de trabajar en equipo, sin tolerancia a la corrupción.

La meta es ambiciosa, pero él cuenta con un arma secreta: la música.

‘¿Viste?', repite varias veces, a medida que va explicando su visión, mostrándose al mismo tiempo amable, sencillo, cándido y profundo en sus planteamientos.

‘Mi padre (músico también) lo descubrió cuando enseñaba en una escuela pública de Colón. Tenía problemas para que los niños asimilaran el material y empezó a utilizar melodías para ayudarlos a memorizar las tablas de multiplicar y las poesías', relata.

Cuando él nació, utilizaron el mismo método. ‘Así crecí. Lo encontré siempre normal', dice, relatando que creció con la rutina de ir en la mañana a clases y en las tardes y noches, a jugar con la música y acompañar a su progenitor a sus ‘toques'.

Al parecer, su madre no estaba muy convencida de que fuera lo correcto. En su mundo, la idea de vivir de la música era totalmente ajena, y así se lo advertía a su hijo.

Pero Danilo fue ganándose su espacio, al obtener notas sobresalientes (‘¿Viste?', dice de nuevo) que le permitieron ganar, tras graduarse con un bachillerato en electrónica del Artes y Oficios, una beca Fulbright para hacer estudios universitarios en Estados Unidos.

Unos veinte años después, con su diploma del Berklee College of Music, varias nominaciones a los premios Grammy y experiencias al lado de Jon Hendrix, Paquito D'Rivera, Dizzy Gillespie, Jack DeJohnette, Charlie Haden, Michael Brecker, Joe Lovano, Tito Puente, John Patitucci, Danilo ha podido mostrar a su madre que sí se puede vivir de la música.

Ahora la meta es más amplia: quiere salvar el mundo con ella.

‘Cuando me fui hice una promesa, de que todo lo iba a compartir', dice. Y así lo ha hecho. Comenzó colaborando, en los años de 1980, con el Jamboree Juventud de Panamá. En el 2004 abrió la Fundación Danilo Pérez, que organiza el Panama Jazz Festival, canaliza becas internacionales y mantiene un centro de formación juvenil en el barrio de San Felipe, Casco Viejo, y gestiona la colaboración de músicos internacionales, con los que realiza talleres y audiciones para impulsar la carrera musical de jóvenes panameños.

DANILO, CUÉNTANOS UN POCO SOBRE LA FUNDACIÓN. ¿CUÁNTAS VIDAS HAN TOCADO CON ELLA?

En total, creo que son como unos 4 mil niños y jóvenes que han pasado por nuestras clases o acuden al centro de San Felipe. Ahora tenemos 225, muchos de ellos de un ambiente violento y con el yo lacerado. La idea es irlos ayudando a adquirir valores, a abrirse, a conectarse, a querer ser parte de algo, de una comunidad... a trabajar en equipo, adquirir disciplina, a expresarse, a ganar autoestima y comenzar un proceso de edificación personal.

¿QUÉ MÉTODO UTILIZAN PARA INCULCAR ESOS VALORES?

Mi esposa Patricia me ayudó a descubrir que el método viene de mi padre. Sus ideas las hemos ido mezclando con otras que vienen, tal vez, de Berklee y otras colaboraciones. Quien lo estructuró fue el músico colombiano Tupac Mantilla, que impartió por primera vez el programa de motivación personal con los niños.

Este comienzan con ejercicios individuales o de grupo, usando la voz y el cuerpo como instrumento. Después viene la parte del aprendizaje de un instrumento. Los rotamos para que adquieran experiencia con varios de ellos. Cuando ya tienen la motivación, eligen ellos mismos qué quieren tocar y reciben clases en el centro de San Felipe, que está abierto todos los días.

¿NOS PUEDES CONTAR ALGUNA HISTORIA QUE NOS MUESTRE CÓMO REACCIONAN LOS NIÑOS ANTE ESTAS EXPERIENCIAS?

Hay muchas historias, pero, casualmente ayer, presencié un hecho que me hizo pensar en uno de los muchachos, al que todo el mundo conoce como Meracho. Él y su grupo de amigos, Luis Ángel, Pablo, Cholito y Oscarín, empezaron a ir a la Fundación cuando tenían como entre 7 y 8 años. Ahora tienen entre 14 y 16. Meracho era un niño rebelde que se peleaba con cualquiera. Con los años, lo vimos transformarse. Un día incluso lloró al ganarse el primer lugar en un concurso de confeccionar una caja musical. Por primera vez se sintió valorado, había salido de ese mundo donde nadie le prestaba atención y estaba orgulloso de quién era.

Hoy en día, estos muchachos han canalizado todas esas vivezas del ‘juegavivo' y las han puesto en el grupo musical que han formado. Su sueño es llegar a ser alguien, pero juntos, a tal punto que este año que pasó se ganaron una beca para ir a Berklee durante el verano. Ahora son los héroes del barrio.

En días pasados fui testigo de cuando un adulto le quería pegar a Meracho. Él, en vez de agarrarlo a puños, tuvo la disciplina para pararlo y salir de allí... Después me dijo, ‘maestro, si no fuera por usted, porque estoy en la fundación, yo le pego...'.

Cuando fue a Berklee lo hospedamos en la casa, pero si hubiera sido hace unos cuatro años, no me habría atrevido a tenerlo allí...

Creo que Meracho, aunque no llegue a ser un artista de renombre mundial, puede hacer otras cosas, lo que él decida, y estoy seguro de que lo hará maravillosamente.

¿HAS CONSIDERADO CÓMO REPLICAR LAS EXPERIENCIAS POSITIVAS EN OTRAS PARTES DEL PAÍS?

Para mí sería muy práctico y concreto hablar del programa de San Felipe, que hemos trabajado en equipo con otras fundaciones, y con el que hemos podido ver un cambio radical. La economía ha mejorado. La violencia ha disminuido... Este tipo de estructuras podríamos llevarlas a Colón... por ejemplo...

Pero, te voy a decir, yo veo un problema de sistema muy fuerte en cuanto a lo cultural. No es culpa del gobierno, no es culpa del pueblo, pero sí es una responsabilidad de todos trabajarlo. La cultura no es un show mediático, no es en sí una expresión como la música clásica, la pollera o el carnaval... la cultura no es un adorno.

Si cambiamos el término cultura y le ponemos conducta, tal vez se entendería mejor... la cultura de un pueblo se debe medir con parámetros como el cuidado que le da al patrimonio, la cooperación, el entendimiento de la historia . La gente dice que el problema del país es de educación, pero yo creo que es un problema de actitud, de conducta, de valores... Es algo de lo que no se ha hablado lo suficiente en Panamá... La cultura debe ser considerada un monitor de la educación y no al revés, como sucede aquí a nivel de gobierno. Tenemos la responsabilidad de estructurar una visión del tipo de panameño que queremos, de las conductas que queremos. Y la educación debe implementar los parámetros en esa dirección y esa visión que hemos establecido. Es lo que hemos hecho con muchachos como Meracho. Queríamos que no fuera violento, que pueda trabajar en grupo, que escuche, que pueda hablar de su vida, y hemos diseñado un sistema educativo para poder alcanzar esa meta. ¿Viste?

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‘La cultura no es un ‘show' mediático ni una expresión como la música clásica, la pollera o una fiesta como los carnavales... la cultura no es un adorno',

DANILO PÉREZ

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EMBAJADOR CULTURAL DE PANAMÁ

Danilo Pérez es un activista reconocido por su trabajo social

Nacimiento: 1965

Ocupación: Músico, compositor, profesor, Embajador Cultural de Panamá y Artista de la Paz de Unesco

Estudios: Composición de jazz en el Berklee College of Music

Resumen de su carrera: Ha publicado más de ocho álbumes y ha sido nominado para los premios Grammy y Latin Grammy. Entre sus álbumes se encuentran Central Avenue (1989), Motherland (2000), Across The Crystal Sea (2008), Panamonk (considerado por la revista DownBeat como uno de los más importantes álbumes de jazz en la historia), Providencia y Panama 500.

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