Muere joven herida en tiroteo en El Chorrillo tras cinco días de lucha

Una de las víctimas del tiroteo de la semana pasada en El Chorrillo falleció ayer después de cinco días de luchar por su vida.

La joven, cuya muerte fue confirmada por la Policía Nacional, era una menor de edad, de 17 años, y recibió impactos de bala en la espalda, el cuello y el pómulo derecho.

Tras el ataque armado que ocurrió en el barrio popular de El Chorrillo y causó la muerte inmediata de otra niña de 13 años, la joven y otros tres heridos fueron llevados al Hospital Santo Tomás de la capital.

Según los reportes policiales, aparentemente el hecho se ordenó desde una de las cárceles del país, por lo cual se motivó el traslado de cuatro reos a la cárcel de máxima seguridad Punta Coco, donde se les aísla para evitar que comanden delitos desde su reclusión.

Los trasladados a esa prisión fueron identificados como Jorge Camargo, Azael Ramos, Carlos Mosquera y Héctor Moisés Murillo, por la defensa de este último, un narcotraficante detenido a principios de mes en una operación en la que Colombia colaboró con información y se decomisaron cuatro toneladas de cocaína.

"Es una decisión tomada. Esa cárcel se construyó durante mi gestión de gobierno y se va a mantener. Y aquellos que atenten contra el Estado, contra la seguridad del país, ese será su destino, Punta Coco", sostuvo el mandatario.

"A Panamá nadie la va a devolver la vida de esa niña (...) Y aquellos que desafían a la autoridad con sus grupos delincuenciales, y que desde la cárcel quieren seguir dirigiendo su tráfico de drogas y la ejecución de gente inocente, créanme que van a ir a una cárcel de máxima seguridad", añadió.

En marzo, el Gobierno sacó de Punta Coco a seis reos de máxima peligrosidad porque las características de la cárcel insular fueron objetadas por la CIDH, que pidió acabar con el aislamiento en el que vivían los detenidos.

En 2015, un grupo de expertos de la ONU pidió al Gobierno que cesara el traslado de reos a esa prisión por sus condiciones extremadamente duras.

Mala ventilación, ingesta de agua salobre y lo remoto de la isla estuvieron dentro de esas consideraciones, algunas de las cuales el Gobierno atendió para mejorar la situación de los reos que estuvieron ahí hasta su desalojo.