Interculturalidad religiosa por la Semana Mayor

Actualizado
  • 16/04/2017 02:00
Creado
  • 16/04/2017 02:00
Producto del choque de varias culturas que se registró en territorio panameño, muchas de las prácticas religiosas fueron adoptadas

Todos los pueblos tienen una manera particular de celebrar, y participar en los eventos que le otorgan contenido a su vida cotidiana.

Como construcción cultural, los pueblos interpretan, recrean y transmiten de generación en generación sus formas de pensar, sentir y creer, produciendo como resultado un acervo de tradiciones y pasiones que consolidan, lo real e imaginario de nuestra memoria histórica.

Las creencias religiosas como expresión de la espiritualidad de los pueblos, tienen en casi todas las sociedades un lugar especial, porque encierran, parte de la cosmovisión de los pueblos sobre su origen, significado y su destino.

Esto significa que la espiritualidad habrá de tener matices y contenido diverso, atendiendo a la naturaleza social y cultural de los pueblos, pero también a los significados que van siendo añadidos a la vida de los pueblos, como consecuencia de su evolución en el tiempo.

Es probable, que en el fondo la espiritualidad como condición inherente a los seres humanos, sea en realidad una sola, sin embargo, su contenido y expresión varía entre los pueblos, el tiempo y las culturas.

La interculturalidad, es el concepto que permite valorar esa espiritualidad en la diversidad de su expresión y contenido.

Sin embargo, el hecho de definir socialmente, el lugar que ocupan los pueblos dentro de nuestra civilización, no solamente ha estratificado o dividido a los pueblos y naciones del mundo, sino que los ha jerarquizado en todas las dimensiones de la vida social.

La imposición de la cultura de los pueblos hegemónicos, es la que ha impedido la valorización correcta de los aportes de la cultura de los pueblos históricamente subordinados. Esto explica la construcción de identidades culturales nacionales, excluyentes, que imponen como representativa la visión de los sectores dominantes.

Esto se realiza además, de manera institucional, para preservar, sublimizar y garantizar la hegemonía de una visión particular dentro de la gran riqueza de opciones que coexisten dentro de la diversidad de pueblos y culturas.

La Semana Mayor, algunas variantes en el tiempo. En Panamá, la construcción de nuestra identidad cultural ha estado matizado por una visión etnocéntrica de orientación europea.

UNA SOCIEDAD PARTICULAR

Esa extraña y desafortunada manera de construir nuestra sociedad, ha permitido el rápido olvido de la manera en que el tiempo y las circunstancias han ido borrando otras maneras de celebrar la Semana Mayor en las ciudades terminales de Panamá y Colón.

La Semana Santa siempre fue una época de recogimiento, de tregua espiritual, cuando se hacía un alto en las rutinas cotidianas: la ciudad se volvía un espacio silencioso. Sin ruidos, ni algarabías. En las calles, solo las Procesiones... el compás de los pasos, el olor a incienso, los rostros alumbrados con la luz de las velas, y el murmullo de los rezos y las plegarias, acompanando la imagen de Cristo.

La radio hacia un alto en su programación regular de comentarios políticos, farándula, música salsa, bolero, soul, balada y combos nacionales para tocar música clásica y canciones religiosas y compartir con los oyentes, las versiones radiales de la Pasión de Cristo .

El cine también se unía a la tradición espiritual, y en casi todos como Bella Vista, Central, El Encanto, El Apolo, Lux, Cecilia, Teatro Río, El Roxy y el Tropical, las carteleras anunciaban películas como: El Manto Sagrado, La Pasión de Cristo, Rey de Reyes, El Mártir del Calvario entre otros. Después cuando la televisión llego al país, también se unía a esa programación de fe durante la Semana Mayor.

ALGUNOS MITOS Y LEYENDAS

Para garantizar un poco, el comportamiento de los niños y jóvenes, dentro de esta semana de solemnidad los padres imponían algunas prohibiciones: no bañarse en el río y la playa, so pena de convertirse en un pez.

Cortar a la tres de la tarde, la corteza de un árbol, para poder recoger en un trapo la sangre que brota de ella.

Colocar un huevo en un vaso de agua, a las doce del día para descifrar las figuras que se van formando en el vaso.

Prohibido decir ‘palabras sucias' durante la semana ni en español ni en inglés.

Los tocadiscos debían permanecer callados nada de música popular.

ALGO DE TRADICIÓN AFROANTILLANA

Uno de los cultos religiosos más celebrados en las ciudades de Panamá y Colón, era el de los Jumpy Jumpy. Un culto religioso traído del Caribe con los inmigrantes antillanos, y que consistía en una forma de sincretismo religioso producto de la fusión de las religiones africanas con las iglesias protestantes, y que en Jamaica, aún existe como Pocomania y Kumina. También los esclavos lograron preservar hasta hoy algunos cultos religiosos africanos originales como el Vodoo en Haití, y la Religión Orisha en Trinidad y otras islas del Caribe.

Los culto Jumpy-Jumpy, se realizaron en Panamá hasta la década de los setenta, cuando se prohibió su celebración en exteriores.

Lo normal era que los miembros de estas iglesias, construyeran en las afueras de la ciudad, (Río Abajo, Pueblo Nuevo, Juan Díaz, la Transístmica) altares en los permanecían por cuarenta días y cuarenta noches, rezando y rindiéndole culto a Dios, en medio de plegarias, cantos y sonido de tambores en las voces de los fieles, capturados en trance.

CUMBRE DE CELEBRACIÓN

El Jueves Santo era el evento culminante de esta celebración religiosa..... la comunidad se iba a los lugares de culto para amanecer allí, como espectadores frente a una enorme cruz, hecha de tallo de árbol, pintado de blanco, repleto con velas, y protegido por un círculo de flores y frutas en el piso.

Hermosos cantos y voces graves con plegarias profundas, llenaban el silencio de la noche, y los cuerpos cubiertos con mantos y turbantes que no dejaban de moverse ritmicamente con la energía de fe que inundaba el ambiente.

Todos, niños y adultos íbamos a los famosos ‘wilderness', y aprendimos el nombre de las líderesas espirituales más famosos de esas iglesias.

Lo curioso es que en Panamá al igual que en otros países del Caribe, estos cultos fueron satanizados y prohibidos. Fue en la década de los noventa que en Trinidad y Tobago, el culto fue elevado a la categoría de iglesia oficial y se le otorgaron reconocimientos como un día cívico en la Isla, el día de los ‘Shouting Baptist'.

EL BON SI FUE ACEPTADO

Mientras que los Jumpy Jumpy, fueron confinados a celebrar sus cultos entre cuatro paredes, el Bon o Pan de Muertos recorría el paladar de los sectores populares y las familias poderosas del país, para instalarse en el gusto del panameño, e incorporarse como un símbolo cultural dentro de las tradiciones de la Semana Mayor, en nuestro país.

No tuvo igual suerte el Pescado Frito y el Coo-Coo, plato típico de Barbados, y que fue detalle culinario en la mesa familiar afroantillanas en la Semana Santa, junto con el Bacalao con Ackee.

DOMINGO DE PASCUA O EASTER SUNDAY

Para la segunda , tercera y cuarta generación de afroantillanos en Panamá, la Semana Mayor culminaba de manera elegante y resplandeciente con el Domingo de Pascua. Eventos culturales en las iglesias, espectáculos artísticos en salas y teatros, y el baile con orquesta en el Jardín Viña del Mar ubicado en San Francisco, permitían a los jóvenes y adultos, lucir vestidos de saco y corbata, y las mujeres sus hermosos trajes diseñados por modistas expertas, con sus guantes y sombreros vistosos.

Después de recorrer en una especie de retreta las aceras de la Central entre Casino y Plaza 5 de Mayo, culminaban ese gran domingo en algunos de los eventos arriba señalado.

Esas imágenes como los puestos de venta de Bon debajo de la Casa Miller, forman parte de los recuerdos que todavía quedan en la memoria de muchos, sobre la manera en que un sector de panameños vivimos y costumbres que todavía se mantienen de la conmemoración de la Semana Mayor en nuestro país y los factores o elementos socio-culturales que formaron parte de este celebración que sigue siendo parte de las costumbres culturales y religiosas de los panameños y el aporte de los afrocaribeños.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

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