Debate presidencial 1984

Actualizado
  • 23/02/2019 01:00
Creado
  • 23/02/2019 01:00
Palabras del Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia ‘El Patriota', en su primera participación improvisada en el patio de la facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, el 11 de abril de 1984

Señor Rector de la Universidad de Panamá, distinguidos candidatos a la Presidencia de la República jóvenes estudiantes.

No puedo ocultar mi profundo sentimiento patriótico al estar presente en esta gran fiesta de la democracia universitaria.

En los tiempos en que yo era profesor y en los días en que disputaba la rectoría de la Universidad, el gobierno militar me cortó las raíces que me unían a la Universidad y el mismo día del cierre de la Universidad fui alojado en la Cárcel Modelo por tres meses. Hoy regreso aquí en contacto con esta extraordinaria juventud universitaria. Al fin y al cabo son los hombres como ustedes y las mujeres como las que están aquí presentes y en su mayoría jóvenes, los que van a decidir el destino inmediato de la nación panameña; porque el sesenta y dos por ciento de la población de este país es menor de treinta y cuatro años, que nunca ha votado para Presidente de la República.

En una ocasión el político colombiano Jorge Eliécer Gaitán, definía dos tipos de países: el país nacional y el país político. Y decía que el país nacional era aquel país profundo, el país de los grandes conceptos, de las grandes definiciones, el país que se debía ver con una visión de estadista y en función de las futuras generaciones. Pero que igualmente había un país político, el país en pijama, íntimo, el país de la cosa menuda, pero por cosa menuda, muchas veces es lo que traba el caminar de las cosas correctas.

Y yo digo, aquí hemos escuchado a todos los candidatos hablar del país nacional. En materia de señalamiento de los problemas del país todo está dicho. Hay abundante argumentación y la literatura no falta en nuestro medio, pero en la fase actual hay que hablar del país político, no del país profundo y nacional. De lo que es materia o la moneda de curso corriente en la política panameña.

Y yo vengo aquí a decirles a los universitarios, que este país nacional y profundo, el país de la democracia, de la alternabilidad de los cargos públicos, el país de la asamblea representativa, del respeto a las minorías, el país que todos anhelamos, en el que las mayorías determinan, con su voluntad, el destino de la Nación, ese país lo está torpedeando de una manera sistemática y desde 1968 de modo caracterizado, la Guardia Nacional.

Es el problema que nos debe reunir aquí en esta Casa de Estudios, porque lo demás, como decía el Doctor Moscote, es puras tortas y pan pintado. Frente al problema fundamental de la república, que es la intervención de la fuerza pública en la vida nacional, que hace que aquí no se logre asentar un proceso democrático, porque hay que hablar con la claridad meridiana para que se vea cuál es la argumentación que dejan los dirigentes políticos y cuál es el andar de las juventudes, para que esta juventud de hoy no tenga los vericuetos de los que ayer fuimos jóvenes y teníamos el mismo vía crucis en el caminar por el logro de una democracia plena.

El que les habla fue presidente de la Federación de Estudiantes en 1947, cuando el rechazo del convenio de bases. Existe la circunstancia de que es el primer expresidente de la FEP candidato a presidente de la República. Este hecho me lleva a decirles a ustedes que tengo recuerdo y memoria histórica y de que he visto a lo largo de mi vida que todo el proceso democrático de este país, siempre ha sido entorpecido por las acciones militares, por la vida militar dentro de la vida civil, por la creación de un Estado dentro de otro Estad, situación que se perfeccionó, que se hizo más patente, que se despojó de la máscara, el 11 de octubre de 1968.

Aquí se habla de un proceso electoral, se habla de la pureza del sufragio como fundamento de la democracia profunda, del país profundo, pero no se habla del país político que está significado por una candidatura oficial; una candidatura que tiene el respaldo de la fuerza pública y que nació en el cuartel.

Se habla de la pureza del sufragio, pero esa pureza no puede existir y todo se traduce entonces en una farsa, si los fondos del Estado, si los servidores públicos, están en función del interés político-electoral del mismo gobierno y del patrocinio de la fuerza pública. No se puede hablar de Tribunal Electoral imparcial si ese Tribunal Electoral está socavado por los actos tendientes a la consumación de un fraude, porque el fraude no únicamente es la alteración del voto.

El fraude no sólo es la alteración del voto, el fraude es algo más profundo que la alteración del voto. Es la eliminación de la voluntad del hombre. El fraude es la eliminación del poder decisorio del hombre, cuando hay una coacción moral como la que existe sobre los empleados públicos que cuando los obligan a concurrir a las manifestaciones portátiles que hace el gobierno nacional, se está iniciando la consumación del fraude.

La coacción moral que es el destino que han tenido todas las generaciones universitarias. El destino de las generaciones universitarias, los 35,000 universitarios que andan regados por toda la geografía de la República, los que no han mantenido su independencia profesional, están cobijados bajo la burocracia y allí pierden su personalidad cuando son víctimas de la coacción (...).

Saber cada uno de los universitarios, cuando salen egresados de esta universidad, que vienen aquí con el anhelo de perfeccionarse, de ser unos profesionales para aumentar en la escala social, en cierto modo, o para aumentar en lo que podríamos llamar sus mejores hábitos de vida y su mejor confort. Estos universitarios que vienen aquí buscando una eficiencia que les da la universidad y que luego en el país político los obligan a cambiar eficiencia por lealtad, es un crimen a la juventud.

Estos son los temas que hay que plantear en este foro. La retórica es muy bonita y se puede andar con la retórica, como quien hace un vuelo de Cóndor, pero cuando usted analiza la realidad política panameña, entonces nos damos cuenta que los que quieren volar como Cóndor en la política actúan como las gallinas, de vuelos cortos y chiquitos.

El excelente presidente del Tribunal Electoral, que ha hecho de su vida docente su propia vida, y que se ha matrimoniado exclusivamente con la cátedra, este hombre de derecho constitucional, debe advertirle a la nación panameña, a la universidad y esta misma noche que el proceso electoral no puede continuar si no hay reglas de juego limpias para todos. Los recursos del Estado, no pueden estar en manos de ningún candidato. Eso va contra la democracia profunda que queremos los del Partido Acción Popular. No es posible que sigamos jugando a la mentira (...).

FICHA

Un vencedor en el campo de los ideales de libertad:

Nombre completo: Carlos Iván Zúñiga Guardia.

Nacimiento: 1 de enero de 1926 Penonomé, Coclé.

Fallecimiento: 14 de noviembre de 2008, Ciudad de Panamá.

Ocupación: Abogado, periodista, docente y político

Creencias religiosas: Católico

Viuda: Sydia Candanedo de Zúñiga

Resumen de su carrera: En 1947 inició su vida política como un líder estudiantil que rechazó el Acuerdo de bases Filós-Hines. Ocupó los cargos de ministro, diputado, presidente del Partido Acción Popular en 1981 y dirigente de la Cruzada Civilista Nacional. Fue reconocido por sus múltiples defensas penales y por su excelente oratoria. De 1991 a 1994 fue rector de la Universidad de Panamá. Ha recibido la Orden de Manuel Amador Guerrero, la Justo Arosemena y la Orden del Sol de Perú.

Este acto de hoy, repito, debe ser un acto de profunda meditación patriótica, en el seno de la Universidad. Por eso el Partido Acción Popular cree que no puede existir mejor camino para la juventud universitaria que dentro de su programa de gobierno se establezcan de manera cierta la carrera administrativa, la carrera diplomática y todas las carreras concernientes a la profesionalización.

Si no hay carreras y si no hay un respaldo en la misma ley, nosotros no podremos avanzar en el camino de la Universidad, porque la Universidad por encima de todo, descansa en la idoneidad y la idoneidad es la actitud técnica y moral para desempeñar un cargo, y la idoneidad no puede confundirse en el país político, con el servilismo que es a lo que están obligando aquí en este país a todos los egresados de la Universidad.

Vergüenza mayor sentía yo como excatedrático de la Universidad de Panamá, cuando en las elecciones del Colegio de Abogados tenían los abogados que irse a afiliar al gobierno para que su voto a favor del candidato oficialista del Colegio, tuviera como pago un cargo público. Esa ausencia de ética, a la que se ha faltado en el país, es la que hay que plantear en estos momentos para que el país político de una vez sea liquidado por el país profundo, qué es lo que todos ustedes están postulando en su conciencia.

Jóvenes universitarios yo pienso, como mensaje a ustedes, que lo que ocurre en el país, por otra parte, es que no hay, como he dicho antes, memoria histórica. Cuando un hombre deja de tener memoria, deja de ser hombre para convertirse en un vegetal. Y cuando un pueblo deja de tener memoria, deja de ser un pueblo para convertirse en una masa informe, amorfa. Aquí no habrá memoria si buscamos como solución la alternativa de la continuidad del proceso, que está representada por el candidato oficial, o el retorno a las prácticas del pasado, que están representados por el candidato de la llamada Alianza de Oposición, uno y otro simbolizan la arbitrariedad como representación, uno y otro simbolizan el desprecio desde el punto de vista de la responsabilidad histórica, con el Estado de Derecho, porque este país nuestro ha tenido 16 años de oprobio, y ha tenido toda una historia también de oprobio.

Con memoria, recordaremos a los hombres y sus sombras. Con memoria podremos avanzar hacia un futuro generoso para la juventud. El problema fundamental de la juventud panameña es que se encuentra sin horizontes generosos y nosotros consideramos que la única manera para que la juventud tenga horizontes generosos es que no se definan por un pasado que rompió los horizontes que dio inseguridad.

Jóvenes, el 6 de mayo son ustedes los que van a definir el destino de la nación panameña. Los programas están todos dados. Vamos a la gran controversia para buscar para todos los hombres y mujeres panameños un país nacional. Y que cuando se descienda al país político, el país político esté tan lleno de costumbres democráticas, tan saneados en sus costumbres, que no exista mayor orgullo que el decir que uno es panameño, porque en este país las reglas de juego son democráticas y no estamos jugando a la mentira.

Por lo demás, si no tocamos aquí esta noche, el problema fundamental del país, que es la ubicación en su propio terreno, de la Guardia Nacional, estaremos siempre nosotros sometidos a la férula de la incertidumbre.

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