El debate en la comunicación política

Actualizado
  • 24/03/2019 01:00
Creado
  • 24/03/2019 01:00
La ausencia de distancias político ideológicas hace que las diferencias se centren, en cuestiones procedimentales, técnicas o administrativas

La publicidad electoral sería simple, si su objetivo fuese sólo la de informar sobre los candidatos y sus propuestas, y servir de puente entre la oferta electoral y el elector consumidor. Lo cierto es que desde el descomunal despliegue de publicidad, lo que se ofrece en imágenes y retórica es otra cosa: Es algo más que persuasión, es la de colonizar las mentes del electorado con el potencial de orientar o reorientar su preferencia electoral. El debate electoral no es ajeno a este esquema. Esquema que se despliega bajo el concepto de Comunicación Total: la institucional (se centra en la construcción y mantenimiento de la credibilidad del candidato); la mercadotécnica (busca en el elector una respuesta observable); la organizacional (busca lealtad e eficiencia en los equipos de apoyo).

El debate presidencial es parte de un complejo proceso comunicacional. Está básicamente orientado a persuadir al votante. Por tanto, pareciera que en este hecho de comunicación, vale tanto la palabra como la imagen. Sin embargo, en el escenario de los debates televisivos, hay que subrayar, es tan importante lo que se dice como lo que no se dice. Claro está, será la naturaleza del discurso lo que determinará la forma del vocabulario escogido. El discurso polémico o didáctico son variantes del tono que puede asumir el debate. Pero, ¿qué particularidad tiene el debate o qué se espera de un debate?

SUSTANCIA O BANALIDAD

En la cultura política, el debate solo se entiende en el marco de controversias o confrontación de posturas frente a diversos temas de la agenda nacional: esto significa proponer diversas visiones sobre los temas más significativos para el conjunto de la sociedad en el contexto de una oposición dialéctica, de negación y de superación de propuestas. No obstante, la confrontación sobre temas como salud, educación, empleo, pobreza, impuestos etc. solo es posible en lo sustantivo, si hay distancia ideológica política que se exprese de manera esencial a nivel programático. Si esto no es así, las discrepancias si las hay, derivarán en cuestiones procedimentales, técnicas o administrativas.

Por supuesto, que cuando hay varios productos de un mismo objeto, el proceso comunicador mediado por la publicidad, tiene que apelar a diferencias en la personalidad, en la historia pública (propaganda negativa) o en el equipo propuesto (papel del vicepresidente). Pero la comunicación que coloniza va mas allá, habla de la felicidad y de la posible estabilidad que el candidato y su partido traen detrás. Es un tema casi de salvación y de glorificación social a través del mesiánico mensaje del candidato, por ejemplo, ‘lo bueno vuelve'.

EL OBJETIVO

Si algo tienen los debates presidenciales en el proceso comunicativo total, es que no se dirigen a un grupo social específico (altos, medios o bajos), sino a sectores productivos, etarios (grupos de edad), a necesidades generales (alimentos, seguridad, trabajo, etc.). Se asume que si hay bienestar a nivel de la sociedad, es el de la suma de los bienestares individuales. Desde esta perspectiva de marketing, todos los electores consumidores son iguales ante el candidato presidente, ya que todos los individuos por su naturaleza tienen más o menos las mismas necesidades.

‘En la comunicación electoral no hay desigualdades sociales o regionales, por eso no hay referencias a la estructura socio ocupacional cuyo efecto material en nuestro país, es la de generar fuertes desigualdades y marginación social'.

La publicidad electoral, siguiendo la del marketing, se dirige al individuo despojado de su condición social o de su condición histórica. En ese sentido, en la comunicación electoral no hay desigualdades sociales o regionales, por eso no hay referencias a la estructura socio ocupacional cuyo efecto material en nuestro país, es la de generar fuertes desigualdades y marginación social. Razón estratégica del marketing local para enfocarse en temas de coyuntura y soslayar los de la estructura. Sin embargo, es solo en las explicaciones de fondo donde educamos en política y elevamos la conciencia ciudadana.

ALGUNOS PROBLEMAS DE FONDO

En el conjunto de la estructura socio-ocupacional, las condiciones de ocupación de muy baja calificación—portadores de competencias educativas elementales—, totalizan casi el 61% de la ‘fuerza laboral' del país (PEA 1,905.332).

En los próximos 10 años, 3 de 5 trabajadores desempeñarán actividades en el sector informal de la economía—cuenta propia, trabajos familiares y servicios en el hogar—, cuya característica fundamental será la de configurar un segmento de ocupaciones con baja educación, escasa tecnología, bajos salarios y elevada precarización de las relaciones laborales (Rodríguez).

En Panamá entre el año 2007 y el 2017, la productividad del trabajo se elevó en 45.8%, mientras que el salario medio real solo lo hizo en 27.1% y el salario mínimo en 24.3%. Durante el mismo período la participación de los salarios en el PIB se redujo de 32.8% en el 2007 a 24.9% en el 2016 (Jované).

Entre el 2007 y el 2017 el PIB agropecuario— en medio del ‘boom' económico del país— creció escasamente 1.03%, mientras que la población lo hizo en 22.73%. A su vez, entre el 2007 y el 2016 las importaciones de bienes agropecuarios y agroindustriales se elevaron a un 62.4%, produciendo en el los últimos años, un déficit de $1,294.5 millones en el balance comercial referente a estos productos (Jované).

EL LENGUAJE EN POLÍTICA

Eludiendo los problemas de fondo— que hacen relación a causas estructurales—, los candidatos en los debates presidenciales exhibieron distintos tipos de lenguajes, con el propósito de trasmitir un valor esencial de la comunicación política, la credibilidad. En algunos casos se utilizó un ‘lenguaje técnico o especializado': tecnología, planificación, plan de desarrollo, reforma judicial, proceso constituyente, etc.

En otros casos fue la ‘ambigüedad o la imprecisión': desigualdad, corrupción, despolitizar, cambiar el sistema educativo, farmacias populares, deficiencia institucional, etc. También se hicieron ‘afirmaciones ideológicas' cuya veracidad no es demostrada o no fue acompañada con elementos de veracidad de naturaleza empírica: no hay que causar traumas, la crisis no es un tema de presupuesto, la irresponsabilidad de los gobernantes, sistema público quebrado.

Algunos candidatos intentaron establecer una ‘conexión emocional' buscando ganar adhesión y confianza a través de testimonios ejemplares de origen o comportamiento: yo soy productor, yo sí sé, mi origen es humilde. Finalmente, la ‘conexión racional' fue escasa ya que esta descansa en el manejo de conocimientos, información o datos empíricos sobre aspectos de la realidad social del país para fundamentar políticas públicas: datos PISA, pobreza multidimensional, 6% en educación.

LA MENTIRA EN POLÍTICA

Toda mentira, toda propuesta demagógica, toda manipulación basada en necesidades sentidas (reales o imaginadas) atenta contra ese espacio que nos conecta y que constituye el gran encuentro de lo público por medio de la condición ciudadana. La mentira no sólo contribuye a deslegitimar el orden político; degrada a una transacción utilitaria lo único que permite ser soporte de convivencia en sociedad: la política. Con todo, hemos tenido en los últimos años en acumulación creciente, mentiras y promesas incumplidas que han puesto en duda la propia institucionalidad que legitima la relación entre gobernantes y gobernados.

COROLARIO

Es política de la mentira en el espacio público, toda acción orientada a esconder, falsear o arruinar la convivencia social a través de noticias o información cuyo propósito es modificar la realidad para favorecer un interés particular. En este sentido, la razón última de los debates y de la comunicación política reside en que el elector ciudadano esté en posesión de información y conocimiento con capacidad de evaluar situaciones, develar falsedades y tomar decisiones razonadas.

MISIÓN Y VISIÓN

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.

Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

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