‘La literatura panameña está aún lejos de ser conocida y reconocida'

Actualizado
  • 28/03/2019 01:00
Creado
  • 28/03/2019 01:00
El poeta panameño Manuel Orestes Nieto conversa sobre los cambios sociales, culturales y políticos que requiere el país

Manuel Orestes Nieto enlazó con versos la historia de su país. Su obra es un canto a la diversidad, le canta al sitio donde nació y espera morir, como lo deja establecido en ‘Aquí nací y moriré', uno de sus poemas cumbre, traducido a 16 lenguas.

Orestes Nieto es una de las figuras más emblemáticas del escenario cultural nacional. Nadie mejor que este panameño para conversar sobre el dramático retraso de la institucionalidad cultural, a la que ha denominado ‘una época de desmemoria'.

En esta entrevista para ‘El Panamá que queremos', de La Estrella de Panamá , el poeta deja claro que la educación requiere una transformación. Esta es, a su juicio, la acción más trascendental que tenemos que asumir como país.

El vergonzoso abismo de la desigualdad es uno de los temas que este hombre de siete décadas anhela cambiar en su país. ‘Pobreza, desigualdad, falta de oportunidades para vivir con dignidad nos hace un país injusto', puntualiza.

¿DESDE CUÁNDO QUERÍA ESCRIBIR?

Digamos que tuve conciencia de la escritura como proyección de ideas y sentimientos muy temprano en la vida. Escribía pequeñas cartas a mis padres y hermanos, como medio de comunicarles mis afectos y temas fantásticos que se me venían a la mente. Tendría once años. Y creo que puedo decir que mi primer texto literario con rango de poesía era en realidad una carta que escribí a un poeta mayor, a José de Jesús Martínez. Por tanto, lo primero fue algo así como prosa poética, sin versificar.

¿CÓMO DEFINE SU TRABAJO POÉTICO?

En un largo poema titulado ‘Poeta de utilidad pública', evocativo de Pablo Neruda, hilvané una cantidad considerable de artes poéticas que son como definiciones del oficio o de la poesía. Entre otras cosas, afirmo allí que la poesía no la escoges, ella te escoge. Que ayuda a vivir con las vidas, que es capaz de trazar tu corazón.

¿QUÉ INTENTA PLASMAR A TRAVÉS DE SUS POESÍAS?

‘LAS TRANSFORMACIONES QUE TENDRÁN QUE OCURRIR TIENEN QUE RESOLVER EL VERGONZOSO ABISMO DE LA DESIGUALDAD. LA BRECHA ES COLOSAL, COMO SI VIVIÉRAMOS EN PAÍSES DISTINTOS'.

Una parte importante de mi trabajo poético estos cincuenta años ha sido la relación de literatura e historia, anclada en mi país y en los hechos aquí vividos. Y, en particular, el siglo XX, cuando fuimos un país partido en dos y ocupado hasta la epopeya de su libertad y el fin del colonialismo.

La poesía es vasta y siempre intenta más y más, en el ámbito humano y las infinitas posibilidades de sentimientos, afectos y miradas sobre el mundo, el tiempo que se vive, lo que nunca vas a alcanzar pero lo anhelas. Todo se convierte en posibilidades de la poesía y de la escritura, del testimonio y de la canción.

¿QUÉ LO MUEVE A CONVERTIR EN POEMAS SU AMOR POR LA PATRIA Y EL MAR?

Panamá es un país marítimo; sus océanos adyacentes y el centro territorial donde está situado el Canal son las aguas dulcificadas y también lo es la lluvia de su cielo. La geografía exacta de esa poética es este lugar amado, donde nací, donde voy a morir.

Es un acto de amor ciertamente, de modo que patria, mares, abrazos, nostalgias, despedidas, encuentros, constituyen el paisaje exterior e interior de una exploración poética, donde las navegaciones, puertos y olores a salitre y mar constituyen la piel y los tambores de un acto literario. Créeme, ha sido la maravilla misma tener el privilegio de oficiar la poesía.

¿QUÉ TAN DIFÍCIL ES SER POETA EN PANAMÁ?

Tan fácil como la persistencia, tan solemne como un saludo a tu bandera, tan agradecido como las semillas que germinan en tu tierra. El oficio de escritor es, primero, un asunto contigo mismo; y donde escribes y con qué dificultad, es otro tema. Los tiempos de recriminar estímulos institucionales que no hubo terminan cuando concluyes que tu literatura ha sido posible escribirla y está allí íntegra y de pie. Siempre habrá un lector y se disipará. De vez en cuando ocurren textos que tienen la dicha de ser la eternidad misma en salmuera. Te quedas mudo cuando esa rara alquimia ocurre.

¿CÓMO CREE QUE ESTÁ EL OFICIO DE LA ESCRITURA EN SU PAÍS?

Hay una redacción periodística de apreciable calidad en Panamá. A veces me sorprenden crónicas periodísticas talladas, insólitas y conmovedoras, en la prensa nacional. Cuando periodismo y escritura periodística creativa coinciden, un texto de amplia lectura está logrado.

La respuesta estricta a la pregunta es la siguiente: desde el punto de vista del periodismo y de la noticia, puede afirmarse que la literatura panameña está aún lejos de ser conocida y reconocida; lo que hemos hecho los escritores, este ejército de escribanos con tinta y sangre, aún no lo compartimos con nuestro pueblo. Algunos textos, algunos versos, pero estamos lejos. Es un eslabón perdido que tenemos que encontrar en la educación, en la enseñanza e inscribirnos en la lectura desde el aula escolar. Esa sí que será, tal vez, una gran historia de primera plana sobre un logro de una nación que decidió ser educada y culta.

¿QUE LE GUSTARÍA CAMBIAR DE SU PAÍS?

Las transformaciones que tendrán que ocurrir tienen que resolver el vergonzoso abismo de la desigualdad. La brecha es colosal, como si viviéramos en países distintos. Unos comen y otros se indigestan. Pobreza, desigualdad, falta de oportunidades para vivir con dignidad nos hace un país injusto.

EN PANAMÁ, HAY UNA BAJA IMPORTANTE EN EL TEMA EDUCATIVO, ¿A QUÉ SE DEBE?

No es una importante baja, es un colapso del sistema y como tal debe ser tratado, para solucionarlo. Es revolucionando, transformando. Crear un sistema nuevo, una nueva educación. Es, con seguridad, la acción más trascendental que tenemos todos la obligación de acometer.

PERFIL DEL ENTREVISTADO

Fue embajador de Panamá en Cuba y en la República Argentina.

Nombre completo: Manuel Orestes Nieto

Nacimiento: Panamá, 1951

Ocupación: Escritor

Resumen de su carrera: Licenciado en Filosofía e Historia por la Universidad Santa María La Antigua. Premio Nacional de Literatura ‘Ricardo Miró' de poesía en cinco ocasiones: 1972, 1983, 1996, 2002 y 2012. Entre sus libros están ‘Reconstrucción de los Hechos', ‘Panamá en la Memoria de los Mares', ‘El Mar de los Sargazos', ‘Nadie llegará mañana' y ‘El deslumbrante mar que nos hizo'. Premio Casa de las Américas 1975 de poesía con ‘Dar la Cara'. Alta Mención Honorífica del Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán, poesía, 1999, con su poemario ‘Este lugar oscuro del planeta'. Premio Extraordinario de Literatura ‘Pedro Correa', 2000, a la excelencia literaria por el conjunto de su obra publicada. Premio José Lezama Lima en poesía 2010, de Casa de las Américas, por su obra reunida de cuarenta años de sostenida creación poética: ‘El cristal entre la luz'.

La educación acudirá a acortar el cierre de la brecha que señalo, a que cada panameño pueda construir vida y familia con sus propios esfuerzos, talentos y capacidades; es la inaplazable opción que tenemos para crecer y desarrollarnos.

Sociedad, gobierno, actores, padres, docentes, empresas, todos tenemos que involucrarnos en ese cambio. Ello es posible. De ello depende el futuro mismo del país porque el presente ya está comprometido. Sería irresponsable y una catástrofe si no se hace nada. Ya no estira más dilatarlo y los daños de este estancamiento son demasiados.

SI SE LE DIERA LA OPORTUNIDAD DE OCUPAR UN CARGO PÚBLICO, ¿LO ACEPTARÍA?

En la década de los setenta tuve la oportunidad de participar de la creación del Instituto Nacional de Cultura (Inac). Yo fui su primer director editorial. Hice un equipo cultural muy bien reconocido. Esos fueron años muy fructíferos para la cultura nacional.

Ahora voy a cumplir 70 años. Lo que anhelo es que haya una correcta dirección en las instituciones, que permitan darle un impulso al sector cultural que está caracterizado por un dramático retraso. No se trata de un asunto personal, sino de que se instrumenten políticas de Estado correctas. Creo que existe un consenso: el Inac debe cesar para darle paso a una nueva institucionalidad, un ministerio cultural. Yo tengo esa esperanza, de que eso se cristalice próximamente.

¿QUÉ NOS HA LLEVADO A ESE DRAMÁTICO RETRASO DE LA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL?

El tema está combinado con la crisis de la educación. El colapso del sistema educativo también lleva aparejado un debilitamiento paulatino de la institucionalidad de la cultura. Se ha producido una acumulación de inacción que llevó a la institución a desengancharse de sus funciones básicas y originales. Se ha deslindado completamente de la conexión con el pueblo de Panamá... Es una época de desmemoria, que fragmentó o desfragmentó el esfuerzo nacional, institucional, social.

¿QUÉ OPINIÓN LE MERECE UN CAMBIO CONSTITUCIONAL?

Los cambios constitucionales tienen que darse. Los desequilibrios del poder saltan a la luz. También las intromisiones, los usos, los abusos, las planillas, las impunidades y los nombramientos de a dedo, que ocultan blindaje. Yo no creo que el próximo gobierno tenga ninguna otra opción que proceder a una reforma constitucional... Hay que trazar un camino, hay que hacerlo al principio del próximo gobierno.

¿QUÉ HACER PARA ALCANZAR EL GRADO DE DESARROLLO?

Nosotros tenemos que poner una cuota, tenemos que ponernos a nosotros mismos. El motor por sí mismo no es nada sin los seres humanos. Y eso significa una educación general, sin exclusiones, sin analfabetismo, con doctorados, con posgrados, con especialidades, con profesores, con docentes, con un sistema educativo nuevo. Tenemos que construir el arma de la educación; si lo hacemos, avanzaremos...

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