Psicología social, clave para el cambio en la educación

Actualizado
  • 06/06/2019 02:00
Creado
  • 06/06/2019 02:00
En el escenario que enfrenta Panamá se advierten grandes retos para los 3.6 millones de habitantes

Desde finales del siglo XIX, la psicología social, a través de Tardé y Le Bon, aporta elementos como Las leyes de la imitación (1890) y La psicología de masas (1895) para analizar el comportamiento social. Freud retoma estas ideas y escribe Psicología de las masas y análisis del yo (1921) y El malestar en la cultura (1930) reconociendo la importancia del comportamiento social.

Pero es hasta los trabajos de Kurt Lewin, sobre la teoría de campo donde toma auge en las ciencias aplicadas, por los resultados obtenidos a partir de la investigación como un modelo de transformación y evolución de las comunidades. Con estos antecedentes, los investigadores aportan estudios sobre el cambio de las actitudes, la persuasión, el manejo de los grupos, la influencia social, la dinámica de los grupos, el liderazgo, las habilidades sociales, la atracción interpersonal, la conformidad, la agresión, los estereotipos, la identidad y la disonancia cognitiva, entre otros.

Sin embargo, pareciera que dichos avances en el análisis del comportamiento social no han sido de interés por quienes desarrollan políticas públicas o los dirigentes sociales; peor aún, se estima que los avances en el desarrollo de la comprensión de los procesos sociales solamente han sido dedicados a la empresa privada, dejando de lado su aplicación a la sociedad civil.

En el escenario que enfrenta Panamá se advierten grandes retos para los 3.6 millones de habitantes, un desarrollo económico pujante, con una desigualdad ubicada en el lugar 10 de los peores del planeta, según datos del Banco Mundial, lo que significa que, en el 2017, el 82% de la riqueza generada en el país se quedó en manos del 1% de la población. Además, de acuerdo con el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas, Panamá tiene un índice de pobreza de 14.2 y 0.78 de desarrollo humano. ¿Qué es lo que sucede?

Una posible respuesta se vislumbra en los resultados presentados por el Ministerio de Educación, en mayo de 2019, donde se destaca que el 30% de los estudiantes de tercer y sexto grado no tienen conocimientos básicos en español ni matemáticas. Los estudiantes de las provincias con alta población indígena enfrentan mayores problemas, considerando que su lengua materna es diferente al español.

Es tarea de todos asumir responsabilidades, retomar las estrategias derivadas de la psicología social para apropiarnos de nuestra educación, de nuestra identidad como país multicultural, abierto e inclusivo, capaz de trabajar en forma conjunta para que cada colegio prepare a los estudiantes para enfrentar los retos de su entorno, para que las universidades respondan a través de la vinculación entre las entidades gubernamentales, las empresas y el sector educativo. Que se desarrolle el liderazgo necesario para tener actitudes cónsonas con el país que queremos, sin esperar a que el otro sea el que cambie, o que el gobierno diga qué hacer. Es momento de impulsar acciones desde la sociedad para ser participantes activos de las decisiones de cada comunidad.

Con este panorama, es importante reconocer que requerimos un cambio de actitud. Las actitudes tienen un componente cognitivo (lo que sabe), un componente afectivo (lo que siente) y un componente conductual (lo que hace) que interactúan entre sí; seguro es que ya tenemos el componente cognitivo, es decir, que ya todos estamos anuentes a que queremos un mejor país y que hay que cambiar; ya tenemos el componente afectivo, ya sentimos que el país debería estar mejor. Lo único que falta es el componente conductual, es decir actuar, proceder, funcionar y cumplir de acuerdo a como me gustaría que los otros actuaran, porque el cambio está en uno mismo.

DOCENTE UNIVERSITARIA DE UDELAS

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