Immanuel Wallerstein y el Moderno Sistema-Mundo

Actualizado
  • 08/09/2019 02:00
Creado
  • 08/09/2019 02:00
‘Estamos en un momento de transformación. Pero no estamos en un mundo recién globalizado y con reglas claras. Más bien nos situamos en una época de transición'

H a fallecido Immanuel Wallerstein. Científico social —sociólogo, historiador y economista— norteamericano, quien dedicó su vida académica e intelectual a desentrañar las lógicas y desenvolvimientos de lo que él denominó ‘sistema-mundo'. Esta perspectiva de carácter totalizante de la historia y de la sociedad aborda el estudio del ‘capitalismo histórico', recuperando tradiciones del pensamiento analítico y crítico: desde las obras de Carlos Marx (filósofo y economista), Fernand Braudel (historiador), hasta Ilya Prigogine (Premio Nobel de Química). Del primero rescata la importancia del análisis integrado; del segundo, los ciclos temporales como categorías analíticas; y de Prigogine, la concepción de la incertidumbre y el caos en los sistemas complejos.

Fue honrado en vida con innumerables distinciones: Distinguished Professor de Sociología de la State University de Nueva York (SUNY) en Binghamton (1976–1999). Director Asociado de Estudios de L'École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Fue Presidente de la Asociación Internacional de Sociología, AIS (1994–1998) y de la Comisión Internacional Gulbenkian para la Reestructuración de las Ciencias Sociales (1993–1995). También fue fundador y director del Fernand Braudel Center for the Study of Economies, Historical Systems and Civilizations (1976). Entre las múltiples distinciones y prestigiosos desempeños.

Wallerstein en Panamá

Wallerstein visitó nuestro país en septiembre de 2002, participó cerca de seis días en diversas actividades académicas. La invitación se hizo en el marco de las acciones conmemorativas del Centenario de la República, y la institución gestora fue el Instituto de Estudios Nacionales (IDEN) de la Universidad de Panamá. A las autoridades de ese momento, Juan Moreno (Director del IDEN) y el Rector de la Universidad de Panamá, Julio Vallarino, les correspondió hacer la invitación. Para honrar a tan prestigiosa visita, se publicó un libro con una selección de artículos representativos de su pensamiento.

La crisis sistémica

En Incertidumbre y creatividad , Wallerstein manifiesta que la primera mitad del siglo XXI será más problemático y caótico. Sin embargo, será también el más abierto en términos sistémicos —esto es en salidas—, en comparación a lo que hemos conocido durante todo el siglo XX. Para tal aseveración, Wallerstein se basa en tres premisas:

La primera tiene que ver con la naturaleza de los sistemas-mundo como sistemas históricos, estos nacen, se desarrollan y mueren. Interesa destacar en la argumentación de esta premisa, que la crisis surge cuando la tendencia en los sistemas históricos es al desplome, cuando ‘se alejan del equilibrio y alcanzan puntos de bifurcación'.

La segunda premisa plantea que en esos puntos de ‘bifurcación' surgen dos nuevas características: ‘pequeños inputs provocan grandes outputs (mientras que durante el desarrollo normal se produce lo contrario: grandes inputs provocan pequeños outputs ) y el resultado de tales bifurcaciones es intrínsecamente indeterminado'. Pequeños acontecimientos producen grandes alteraciones sistémicas, y no hay salidas predeterminadas de antemano.

En la tercera premisa, Wallerstein postula que el moderno sistema-mundo como sistema histórico ha ingresado a una fase de crisis terminal y que no resulta creíble que éste pueda existir tal cual lo conocemos dentro de los próximos 50 años. Textualmente manifiesta: ‘ya que el resultado es incierto, no sabemos si el sistema (o los sistemas) resultante será mejor o peor que el actual, pero sí sabemos que el período de transición será una terrible etapa llena de turbulencias ya que los riesgos de la transición son muy altos, los resultados inciertos y muy grande la capacidad de pequeños inputs para influir sobre dichos resultados'.

Los seis vectores

En el análisis del desempeño de seis vectores significativos dentro de la evolución del sistema-mundo en el período 1945-1990, es donde descansa el análisis de Wallerstein:

1. El sistema interestatal

2. La producción mundial

3. La fuerza de trabajo mundial

4. El bienestar mundial de los hombres

5. La cohesión social de los estados y

6. Las estructuras del conocimiento.

Del análisis de estos seis vectores, Wallerstein extrae tres conclusiones:

La primera, una clara evidencia de que el período expresa todas las características clásicas de un ciclo Kondratieff en descenso.

Una segunda conclusión en la cual se plantea que pese a que Estados Unidos sigue en muchos sentidos siendo el Estado más fuerte del sistema-mundo, su ciclo de hegemonía parece haber culminado en el período analizado y que los años 70 y 80 son los inicios de una fase inexorable de su descenso.

Y la tercera, quizás la conclusión más complicada a su juicio, en la cual se advierten tres tendencias que pueden conducir a choques más profundos para el sistema-mundo, que lo han debilitado de manera seria, y a su vez, lo han vuelto políticamente inestable:

MISIÓN Y VISIÓN

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.

Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

-Se ha reducido drásticamente la reserva mundial de mano de obra barata. Contribuye a este proceso de manera acelerada e inexorable la ‘desruralización' de la fuerza de trabajo mundial. Sin embargo, no es una fuerza de trabajo totalmente proletarizada pero lo suficientemente ‘aplanada' para presenciar una homogenización en su distribución demográfica en la cual cada vez resulta más difícil trazar dicotomías excluyentes entre lo rural y lo urbano.

-El aumento constante de demandas económico-sociales como parte a su vez de un proceso igualmente creciente de democratización en las sociedades contemporáneas ha elevado excesivamente los costos tanto para las empresas como para los estados.

-La presión ecológica que plantea un agudo problema de orden económico al sistema mundial, ya que limita tendencialmente las posibilidades de acumulación de capital, acumulación basada en la capacidad de las empresas de externalizar sus costos. Esta degradación ecológica nos coloca cruzando el umbral de tolerancia y adentrándonos en el umbral del peligro donde el problema es realmente acuciante (Wallerstein).

Esta tendencia inexorable al desequilibrio del sistema es lo que le permite a Wallerstein postular que desde aquí hacia delante (próximos cuarenta o cincuenta años), el sistema mundial se aboca a una aguda ‘crisis moral e institucional'.

Es en este contexto donde las tres grandes segmentaciones de las ciencias sociales decimonónicas, ‘pasado/presente'; ‘civilizado/otros'; y ‘Estado/ mercado/ sociedad civil', no constituyen delineadores legítimos del quehacer intelectual en la actualidad.

A manera de conclusión

Son tres las perspectivas que para Wallerstein le parecen tendencialmente posibles pero también moralmente deseables, en términos de sociología de la ciencia para el siglo XXI.

‘La reunificación epistemológica de las llamadas dos culturas, la de las ciencias y la de las humanidades;

La reunificación organizacional y renovada división de las ciencias sociales;

‘Wallerstein manifiesta que la primera mitad del siglo XXI será más problemático y caótico. Sin embargo, será también el más abierto en términos sistémicos, en comparación a lo que hemos conocido durante todo el siglo XX'.

La asunción por parte de las ciencias sociales de centralidad dentro del mundo del conocimiento' (Wallerstein)

También significa que como coordinador de la Comisión Gulbenkian para la Reestructuración de las Ciencias Sociales, podemos encontrar en Wallerstein numerosas propuestas concretas y viables para esta reunificación epistemológica de las llamadas ‘dos culturas'.

Es aquí donde el pensamiento de Wallerstein nos permite reconocer que los saberes intelectuales forman parte de ese flujo de influencia y de poder; y que como dispositivos, son estratégicos en las relaciones que a nivel de sistema-mundo conectan centro con periferia. Que las relaciones de poder en las estructuras de conocimiento pueden promover patrones de comportamiento –no siempre comprendidos –de sumisión intelectual. Como también, relaciones cosificadas no reconocidas tanto por quienes ejercen el poder como por quienes están sometidos a él.

Estas tendencias, de mantenerse, son las que refuerzan la autocomplacencia intelectual, la burocratización de las prácticas académicas y la sumisión al conocimiento importado. Quizás el reto para las ciencias sociales panameñas pasa transitoriamente por una redefinición institucional y científico de su que hacer. No obstante, mientras subsistan ámbitos configurados más como espacios corporativos que académicos, se estará propiciando estructuras de poder que legitiman en nuestro medio la mediocridad, la acriticidad, la abulia, y la inercia académica.

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