Censo, inteligencia territorial

Actualizado
  • 23/11/2019 00:00
Creado
  • 23/11/2019 00:00
Panamá se encuentra hoy, entre los países de nuestra región, en el grupo con mayor regularidad en sus censos y ha mejorado progresivamente en la precisión de estos, reduciendo la omisión desde 1950 en que fue del 13% a niveles actuales más cercanos al 3%

Mucho se habla de las 'ciudades inteligentes' y es un concepto con el que todos nos identificamos y ponemos parte para hacer más inteligente y funcional la nuestra.

Son muchos aspectos los que hacen a una ciudad inteligente: su diseño físico, la adecuada mezcla de usos del suelo, la eficiencia de sus sistemas de transporte, su capacidad operativa y de gestión. Recietemente se celebró el Día Mundial de las Ciudades (31 de octubre) y el tema de este año fue la “Ciudad Inteligente”, este concepto se relaciona al uso de tecnologías de la información y también de la comunicación para lograr una mejor planificación de las ciudades, implementación de los planes y gestión de las actividades de la ciudad, en la esfera privada y pública. Esto se logra, en parte con la colecta de datos que se actualizan frecuentemente a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

Cabe recordar la primera regla de la aplicación de tecnologías según Bill Gates: “cuando se aplica la automatización a una operación eficiente, se magnifica la eficiencia. Sin embargo, cuando se aplica a una operación ineficiente, se magnifica la ineficiencia”. Esto lo podemos ver a diario en Panamá, en la esfera pública y privada, en muchos casos, la automatización tropieza y se encuentra con que 'se cayó el sistema'.

Censo, inteligencia territorial

La verdadera inteligencia de ciudad es un concepto genérico y asequible por distintos medios.

Si bien, todo sistema que optimice la gestión de la ciudad es deseable, existen otros factores que son más determinantes del éxito y eficiencia de una urbe. Por ejemplo; una ciudad compacta, con usos mixtos, edificios que cumplen sus códigos y un tejido vial orientado para aprovechar el soleamiento y brisas, con buena conectividad y jerarquización; será siempre más eficiente que otra dispersa, con baja concentración de población, tejido mal conectado y sin jerarquía de vías, grandes ámbitos de vivienda informal con pocas actividades en su tejido.

En términos de la gestión de la ciudad y el territorio, hay informaciones que se colectan en distintos modos y con otras frecuencias y son indispensables para una adecuada gestión de recursos y operaciones en las ciudades y el territorio.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el ejemplo por excelencia para la información de las ciudades son los censos, “son la fuente primaria más importante y amplia de información estadística.”

Estas informaciones son invaluables, tanto para las instituciones, como para las empresas y toda investigación académica o aplicada, para todas las ciencias sociales y de la salud. Para la gobernanza, la estadística censal también es esencial, como insumo para dirigir las políticas públicas.

El 24 de mayo de 2020 el Instituto Nacional de Estadística y Censo, de la Contraloría General de la República, realizará en Panamá el XIII Censo de Población y VII de Vivienda, continuando una tradición que data de 1911 (primer censo de población en Panamá) y que se ha realizado en los años múltiplos de diez. En sus primeras ediciones los censos se hicieron en modalidad 'de derecho' y tomaban varios meses. Desde 1940 se hicieron 'de hecho' realizando el conteo de población en un solo día. Ese año también se incorporó el uso de la cartografía, mientras que en las ediciones anteriores, se limitaba al uso de la división política-administrativa.

Censo, inteligencia territorial

Desde entonces, los censos han sido un insumo indispensable para la cartografía de los lugares poblados del país y progresivamente, para la geografía, demografía, las políticas de vivienda y ordenamiento territorial.

El censo de 1950 incluyó por primera vez la vivienda. Desde 1960, Panamá se adscribió al Programa del Censo de las Américas (COTA). La mayoría de los países de América Latina, no han realizado un censo en el ciclo que corresponde a 2010. Panamá se encuentra hoy, entre los países de nuestra región, en el grupo con mayor regularidad en sus censos y ha mejorado progresivamente en la precisión de estos, reduciendo la omisión desde 1950 en que fue del 13% a niveles actuales cercanos al 3%.

Se deben reconocer significativos avances, como el hecho de que en meses recientes, el Instituto Geográfico Nacional “Tommy” Guardia (IGNTG) publicó los productos de la Nueva Cartografía Nacional, que actualiza los mapas anteriores del territorio, basados en fotografías aéreas que databan de las décadas de 1970 y 1980. De manera paralela, la Infraestructura Panameña de Datos Espaciales (IPDE), ente inter-institucional adscrito al y coordinado por el IGNTG, ha publicado una serie de capas y geoservicios con importante información geoespacial. Ambos recursos están disponible en línea a cualquier usuario. Sin embargo, según el estudio 'La omisión censal en América Latina, 1950 - 2000' (CEPAL, 2006) “el usuario de la información se ha vuelto cada vez más exigente y esto significa un desafío para las instituciones de estadísticas”.

Según un documento reciente del Banco Mundial, la toma de decisiones informada, requiere de evidencias oportunas y relevantes. Por lo tanto, el IGNTG, la IPDE y nuestras instituciones en general deben tener apoyo para seguir superándose y convertirse en productores y usuarios de alto logro de información estadística y geoespacial.

Para el próximo censo se requieren unos 170 mil encuestadores y no podrá implementarse la toma de datos a partir de tecnologías móviles en esta ronda de 2020.

Sin embargo, estamos más que a tiempo para diseñar una solución eficiente con miras al censo siguiente. Otras optimizaciones incluyen mejorar los siguientes puntos de la encuesta: incluir un rango amplio de identidades étnicas y mejorar las preguntas sobre afrodescendientes y grupos indígenas; preguntar específicamente por los equipos móviles y acceso a planes de datos; mejorar la selección y capacitación de encuestadores para lograr mejor calidad y consistencia en datos sobre propiedad del inmueble, infraestructura y servicios básicos.

¿Pueden las ciudades que han crecido en el desorden y dispersión, sin conectividad adecuada en sus tejidos, llegar a ser inteligentes como París? No, aunque implementen el cómputo cuántico, la 'internet de las cosas' y los vehículos autónomos. Pero cada una debe mejorar en lo que está a su alcance. En el caso de Panamá, es asequible una mejora significativa en nuestra inteligencia territorial.

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