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- 10/01/2020 00:00
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Los panameños no conocen sus hechos históricos tal como se dieron. Primero, la enseñanza en las escuelas, en este caso de historia, vivimos todavía bajo el concepto y método de compendio de la historia de Panamá del inicio de la República, no hemos construido un sistema educativo que estudie la historia más allá de nombres, fechas y héroes. La historia son hechos que suceden en una sociedad en la que existen clases sociales y eso no se explica en el sistema educativo porque tenemos un sistema excesivamente volcado a recordar fechas y nombres sin entender las causas y las consecuencias.
Me río. Los reconocimientos a los estudiantes, más allá de recordarlos, han sido nulos. Si evaluamos los familiares de los 21 estudiantes fallecidos nos damos cuenta de que el Estado no le ha hecho ningún reconocimiento, por ejemplo, ¿cuántos de ellos tienen una modesta residencia en el área revertida? Casi que ninguno. A esto se le suma que muchos de los heridos que aún viven no han recibido nada de los distintos gobiernos. Una residencia en el área revertida no es un regalo para esos familiares o los sobrevivientes, sino más bien un reconocimiento por su lucha para recuperar esa zona del país. Con la excepción de Ciudad del Saber y un centro escolar público, que otras zonas de las áreas revertidas están al servicio de la mayoría de los panameños. Es una zona para tener centros de enseñanza, como escuelas de pintura u otras manifestaciones artísticas para la población humilde del país. Dentro de las áreas revertidas no hay centros recreativos y de formación para los jóvenes humildes y la única escuela pública la quieren mudar de la zona.
No. El Ministerio de Educación nunca emite una resolución o alocución sobre el hecho histórico, quizás el más importante, de toda nuestra historia. Tampoco hacen una actividad o evento para recordar la gesta del 9 de enero y no nos olvidemos de que los sucesos ocurrieron en esta fecha porque el calendario escolar de esa época terminaba en febrero y al año siguiente cambiaron el año escolar para que los estudiantes no recordaran la fecha y es por eso que, ahora, el año lectivo termina en diciembre. Además, materias como Fisolofía, Lógica e Historia, que te ayudan a pensar, han sido reducidas en el currículum escolar. También recordemos que una ministra de Educación eliminó la materia de Historia de Relaciones de Panamá con los Estados Unidos.
El sector estudiantil actual está totalmente automatizado y rezagado como consecuencia de un trabajo sistemático que se ha hecho para dividir al movimiento estudiantil del país que históricamente fue una población luchadora. Las organizaciones estudiantiles no existen en los colegios actualmente, como había en décadas anteriores y el estudiante que intenta estructurar una organización es estigmatizado. Dice un refrán que los tiempos pasados fueron mejores, aunque yo no lo considero necesariamente así. Pienso que ha habido muchos distractores - como el mercantilismo banal impulsado, incluso, por algunos medios de comunicación social- que termina influyendo. Tuve el desagrado de escuchar en el programa Poveda Show una burla hacia Belisario Porras, el más grande estadista del país.
Creo que si recordáramos con mayor ahínco esta fecha seríamos mejores panameños. Hay países donde las fechas importantes, como un 9 de enero para los panameños, son valoradas como un ejemplo para la sociedad.
Para entender los hechos del 9 de enero hay que conocer la historia de Panamá, desde su concepción de ruta obligada para el trasiego de mercancía y la codicia que despierta. Si el panameño no se apropia de su historia, difícilmente comprenderá el significado de la fecha. La sucesión de hechos que dio como resultado la gesta del 9 de enero debe ser aprendida en los libros de historia, si no quedará como un recordatorio desmembrado de la historia.
Habría que entender el concepto de justicia aplicado a este hecho, si se trata de justicia histórica, es posible que el simple hecho de recordar los nombres de los mártires de la gesta sea un indicio de que la historia le ha guardado su lugar. Sus caras nos son familiares gracias al trabajo de los artistas plásticos, sus nombre nos son recordados gracias a la literatura y a la música. Esa es la única justicia que se debe esperar de esto.
El sistema educativo no aborda la fecha del 9 de enero en su justa dimensión; se conoce con precisión lo que ocurrió gracias a la iconografía impresa y registrada en los periódicos de la época. El sistema repasa tímidamente estos hechos y no le han dado la relevancia histórica que tiene. Hace falta una formación docente libre de prejuicios históricos que lleve a cabo esta labor de reconstrucción de la historia panameña.
Del sector estudiantil de la época es bueno reconocer que tenían en su norte la educación como fórmula de superación, y en esa formación que era integral, se lograba que tuvieran conciencia nacional y sentido de pertenencia a un país, la población panameña de la primera mitad del siglo XX, estuvo socialmente dividida, por eso, los grupos estudiantiles y el pueblo que se lanzaron a la calle aquel 9 de enero apostaban por un cambio radical en la estructura social, que no fue.
Para la sociedad panameña, actual, casi no representa nada. Es una fecha histórica en la que estudiantes uniformados llevaron la bandera para ser izada en la zona del canal. Fueron repelidos por los zonians y hubo muertos a los que se les llama mártires. La esencia de esa historia la desconocen, o no les interesa, como tampoco les interesan los hechos de la invasión ni las secuelas de la misma.