En una década, 449 niños fallecieron por desnutrición en Panamá

Actualizado
  • 16/02/2020 00:00
Creado
  • 16/02/2020 00:00
Los menores que fallecieron por desnutrición representan el 36% de las defunciones de los panameños por desnutrición, que en la década llega a las 1,247 personas muertas por una mala alimentación. ¿Cómo está la región? ¿Qué se puede hacer?
En una década, 449 niños fallecieron por desnutrición en Panamá

En la última década en Panamá fallecieron 449 niños, con menos de cinco años de edad, por desnutrición.

Esa realidad que vive Panamá se ve reflejada en los datos publicados por la Contraloría General de la República, a través del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).

La muerte de estos niños representa el 36% de las defunciones de los panameños por desnutrición, que en la década llega a 1,247 personas fallecidas.

La desnutrición es el resultado de una ingesta nutricional deficiente en cantidad o calidad, o de la absorción o uso biológico deficientes de los nutrientes consumidos como resultado de casos repetidos de enfermedades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) incluye en desnutrición la insuficiencia ponderal en relación con la edad, la estatura demasiado baja para la edad (retraso del crecimiento), la delgadez peligrosa en relación con la estatura (emaciación) y el déficit de vitaminas y minerales (malnutrición por carencia de micronutrientes).

La erradicación de la malnutrición infantil forma parte de los compromisos internacionales de la agenda 2030 de desarrollo sostenible. La meta comprende tres indicadores que monitorean las distintas formas de malnutrición de niñas y niños menores de cinco años: el retraso en el crecimiento, la emaciación (desnutrición aguda o bajo peso para la estatura) y el sobrepeso (exceso de peso para la estatura).

La vulnerabilidad a la que se enfrentan los más pequeños del hogar debe ser abordada. Se relaciona con la alimentación, la cual constituye un pilar fundamental para su adecuado desarrollo.

Un informe de la FAO ubica a Panamá con una tasa de desnutrición infantil de 19.1% en 2018. Es decir, 68,000 niños y niñas menores de cinco años, quedando en cuarto lugar después de Guatemala, Ecuador y Honduras.

Las áreas de las comarcas son las más afectadas.

De acuerdo con el VII censo de la talla escolar de primer grado de las escuelas oficiales de Panamá de 2013, la prevalencia de desnutrición crónica (baja talla nacional) fue de 15.9%, registrándose las mayores tasas en las comarcas (Guna Yala, 61.%; Ngäbe Buglé, 53% y Emberá Wounan, 31%). En referencia, un informe de Análisis de Salud del Minsa señala que en 2016 está la desnutrición entre las principales causas de mortalidad de niños de uno a cuatro años.

Los índices de defunción por desnutrición en Panamá son variables. En 2008, fecha en que se inició el conteo, la cifra es de 65 niños. Solo en 2018, el último año en que se tiene registro por parte de la Contraloría, fue de 48 niños fallecidos por desnutrición. Hay que recordar que solo se tomaron los niños menores de cinco años.

Juan Jované, economista, asegura que el hecho de que en Panamá se reporten muertes infantiles es una “paradoja, porque Panamá ha sido declarado por el Banco Mundial como un país de alto ingreso”.

“El sistema económico que tenemos es muy concentrante. Que se mueran en este país 449 niños por desnutrición significa que los descuidamos, no hay otra explicación. No estamos cumpliendo con un derecho humano fundamental”, reclama Jované.

¿Qué hacer?

La OMS y la Unicef resaltan la lactancia materna como una fuente de nutrición vital para los niños, que contribuye a mejorar los resultados de salud para las madres y sus hijos. Las recomendaciones de la OMS y de Unicef sobre la lactancia materna apuntan a tres prácticas óptimas: inicio de la lactancia materna durante la primera hora después del nacimiento; lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y lactancia materna hasta los dos años o más, junto con una alimentación complementaria segura, nutricionalmente adecuada y apropiada para la edad a partir del sexto mes.

Estos organismos estiman que con unas prácticas óptimas de lactancia materna en todo el mundo, podrían prevenirse 823,000 muertes infantiles anuales de menores de cinco años y 20,000 muertes anuales de mujeres a causa de cáncer de mama.

Recomendaciones

La FAO, en su último informe 2019, concluye que América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de proveer una alimentación sana, diversificada y suficiente para su población. En primer lugar, la región debe encontrar la solución para alimentar a los 42.5 millones de personas que aún padecen hambre. En segundo lugar, es fundamental abordar el problema creciente de sobrepeso y obesidad que aqueja a todos los grupos de edad y que ya suma a más de 300 millones de personas.

Cifras oficiales en Panamá detallan que más de 77,000 panameños están atrapados en la pobreza.

Para el economista Jované, Panamá debe tener una política cero hambre, porque hay recursos suficientes para eso. Además, destaca Jované, se debe empezar con las madres para evitar que tengan anemias.

Frente a esta realidad nace el plan colmena “Panamá libre de pobreza y desigualdad, la sexta frontera”, como una iniciativa del presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, cuyo objetivo es organizar territorialmente la implementación integral de la política pública a través de la oferta multisectorial articulada que garantice a la población el derecho al desarrollo.

La implementación se realizará por medio de las gobernaciones y juntas técnicas provinciales, las cuales estarán encargadas de alinear, focalizar y dar prioridad a las necesidades básicas de las comunidades; esto se alcanzará fortaleciendo las instituciones, gobiernos locales y sociedad civil, brindándoles capacitaciones, ejecutando la oferta institucional y dando seguimiento a las actividades realizadas en la localidad en pro de satisfacer estas necesidades.

La identificación de los 300 corregimientos se realizó a través de un proceso metodológico bastante riguroso, basado en un enfoque de pobreza multidimensional, complementado por la medición de ingreso y otras técnicas cualitativas.

La iniciativa contará con una fase piloto de implementación en dos escuelas de la comarca Ngäbe Buglé y una del distrito de San Miguelito.

A partir de los resultados de la fase piloto, el Ministerio de Educación realizará los cálculos financieros para la compra de alimentos a productores locales.

La FAO establece que es necesario promover patrones alimentarios saludables. Dietas inadecuadas aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y, con ello, la probabilidad de muerte prematura.

Actualmente se estima que una de cada seis muertes en la región tiene su origen en hábitos de consumo inadecuados que conducen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes.

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