Escuchar a la ciudad

Actualizado
  • 22/05/2020 00:00
Creado
  • 22/05/2020 00:00
En la realidad actual hay mayor silencio. Sin embargo, este es interrumpido con cierta frecuencia por camiones que suenan la bocina, vehículos de recolección, motocicletas escandalosas y música

Hablar de ciudades no solo trae a la mente imágenes, también sonidos característicos, que cambian según variantes físicas y el contexto social y cultural.

En Panamá es frecuente que los choferes de autos, motos, camiones o buses suenen las bocinas sin estar en peligro de accidente.

Es de esperarse cierto grado de bullicio con el tropel de una ciudad y esto es parte de su carácter estimulante. Pero, si se exceden ciertos niveles de ruido, este puede ser perjudicial.

Así como muchos otros aspectos de la vida en la ciudad, el sonido o ruido en ella tiene impacto sobre la salud, así como en el bienestar en condiciones físicas y subjetivas. El canto de las aves o el rumor de la calle resultan estimulantes, pero el ruido sostenido o impredecible nos puede causar tensión, perturbar el sueño, e incluso dañar nuestro sentido del oído.

Salud auditiva

Los problemas de audición son difíciles de detectar, particularmente cuando se originan en el nacimiento o la niñez. Muchas veces, aun cuando se trate de una discapacidad auditiva marcada, no se logra detectar temprano y eso suele conllevar dificultades para el aprendizaje.

A veces se presentan percepciones equivocadas sobre las capacidades de los niños. También es difícil conocer el impacto que tiene sobre nuestra salud y el paisaje de sonidos de la ciudad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1,100 millones de jóvenes en el mundo pueden estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas nocivas.

Entre estas están el uso de reproductores de música con audífonos en volumen excesivo y la exposición a altos niveles de ruido en clubes, discotecas y bares.

La pérdida de audición entre adolescentes pasó de 3.5% en 1994 a 5.3% en 2006. La pérdida de audición que nos provoca el ruido es irreversible.

El ruido se mide en decibeles y al considerar el ruido ambiental se toman en cuenta medidas como los decibeles ponderados A (dBA) que se concentran en frecuencias medias, descartando aquellas muy bajas o altas, que son menos perceptibles al oído humano.

Se considera que los ambientes con sonidos de hasta 70 dBA, son seguros, y que los ruidos por encima de 85 dBA pueden causar pérdida de audición. Para proteger a la mayoría de las personas, el nivel del sonido en balcones o terrazas exteriores no debe exceder 55 dB LAeq o decibelios de nivel equivalente continuo.

Mientras más fuerte es el nivel de ruido, más rápidamente causa daño. Según un gráfico del Instituto Nacional de Discapacidad Auditiva y otros Desórdenes de Comunicación, de Estados Unidos, cuando se excede el umbral de 85 dBA, como puede ocurrir en un cine o con una podadora de grama, se pueden producir daños en ocho horas. Sin embargo, en 14 minutos a 100 dBA, que pueden producirse en eventos deportivos, conciertos, o hasta con audífonos, también se puede llegar a lastimar los oídos.

Mientras más fuerte es el nivel de ruido, más rápidamente causa daño.

En apenas dos minutos, la sirena de una ambulancia o los fuegos artificiales también nos pueden causar pérdida de audición. Otras fuentes de ruidos altos son aviones, trenes, vehículos sin silenciador, o peor, con 'troneras'. El sonar de las bocinas o 'pitos' de autos y camiones. La pérdida de audición puede darse gradualmente, es prevenible y, como se dijo antes, es permanente.

El sonido de Panamá

En Panamá es frecuente que los choferes de autos, motos, camiones o buses suenen las bocinas sin estar en peligro de accidente.

En los grupos de asociaciones vecinales es muy frecuente escuchar quejas sobre música estridente, sea de fiesta o religiosa.

Por las calles pasan vendedores de vegetales y chatarreros anunciándose con megáfonos. Se demarcan zonas hospitalarias, escolares y residenciales con señales que exigen no sonar la bocina, y estas son ignoradas por el público en general.

Sobre los buses 'diablo rojos', los 'piratas' y las 'chivas' o transporte interurbano, se ha reportado por años que llevan música demasiado alta, condenando a quienes no tienen acceso a vehículos de transporte más formales –como el Metro o metrobús– a exponerse a molestias, tensión y hasta daños a su audición.

Se han publicado investigaciones de la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica de Panamá en los que se encuentra que en nuestro país se exceden los niveles de sonido recomendados por la OMS.

Estos altos niveles de ruido se encuentran en distintas zonas de la ciudad, aun en aquellas donde hay hospitales, universidades, escuelas, iglesias y zonas residenciales.

En la realidad actual, hay mayor silencio. Sin embargo, este es interrumpido con cierta frecuencia por camiones cuyos conductores suenan la bocina, vehículos de recolección, motocicletas ruidosas y música, entre otros.

Oír es vivir

La Fundación Oír es Vivir (FOEV) nace en Panamá en 2008 y dedica sus esfuerzos a prevenir y detectar la discapacidad auditiva, particularmente en la temprana niñez. También canaliza donaciones, recursos y coordinación para ayudar a familias por medio de exámenes de tamizaje auditivo y apoyo para diagnósticos cuando es necesario. Lo hacen con acciones de concienciación y educación. Han liderado, desde 2012, la campaña #Solo1Minuto para respaldar el Día Internacional de Conciencia Sobre el Ruido en nueve ocasiones.

Esta campaña nace del Center for Hearing and Communications hace 25 años y se conmemora haciendo un minuto de silencio de 2:15 p.m. a 2:16 p.m. de la hora local en cada lugar, el último miércoles de abril cada año. La edición más reciente fue el pasado 29 de abril. Por dos años han realizado con mucho éxito una subasta de arte, con obras de distinguidos artistas nacionales. Este año la harán por medio de una plataforma digital.

Tuve una reunión virtual con Giovanna Troncoso y Milena Orfila, presidenta y tesorera de FOEV, respectivamente, quienes me orientaron y brindaron información para este escrito.

Para conocer más sobre los recursos informativos, actividades y programas de la fundación es preciso consultar su página web. Allí se puede informar sobre cómo participar en alguna de sus actividades, ya sea que usted las pueda apoyar o necesite alguna orientación o ayuda.

¿Qué hacer?

Como individuos, las principales acciones que podemos llevar a cabo para cuidar nuestra salud auditiva y la de nuestra familia son: controlar el volumen de nuestros audífonos y los de nuestros hijos; alejarnos del ruido y usar tapones de oído, u orejeras, cuando sabemos que estaremos expuestos.

Como ciudadanos, debemos apoyar para que, como en otros países, el tamizaje auditivo se realice a toda la población en la niñez temprana y sin costo.

También se debe concienciar activamente sobre la importancia de identificar los lugares donde hay ruido excesivo para evitarlos o protegerse.

Se debe estudiar y diseñar mecanismos para habilitar a las autoridades de salud a realizar monitoreos de niveles de ruido. Y se debe apoyar una agenda de investigación científica sobre niveles de ruido.

Por otra parte, es importante sensibilizar y capacitar a la fuerza policial y de tránsito de manera que conozcan las realidades del tema y puedan detectar a quienes sobrepasan con sus motores y equipos de sonido los niveles permitidos de ruido en sus vehículos privados, de transporte selectivo, colectivo y motociclistas.

En Panamá existen por ley penalidades por exceso de ruido, pero, ¿conocemos de algún caso en que se haya multado a alguien por ello?

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