El 4% de los alumnos usa Whatsapp para estudiar

Actualizado
  • 25/08/2020 00:00
Creado
  • 25/08/2020 00:00
Una reciente encuesta del Ministerio de Educación revela que la aplicación es uno de los métodos preferidos para aprender; el problema es que está rompiendo el bolsillo de profesores y familias que tienen que alimentar la data con tarjetas para estar conectados

De los 827,583 estudiantes que empezaron el año escolar, 524,719 se han conectado a través de las diferentes ofertas del Ministerio de Educación (Meduca), ya sea guías de aprendizaje, para premedia y media, cuadernos de trabajo sobre las cuatro asignaturas fundamentales (matemática, español, ciencias naturales y estudios sociales) para la educación primaria, y fascículos de lectura y escritura para los niños de primer grado.

El 4% de los alumnos usa Whatsapp para estudiar

Esto indica que 302,864 estudiantes están fuera del sistema educativo debido a la pandemia de covid-19, entre otras razones. La cifra representa casi un 37% del total de los alumnos que se inscribieron en marzo en el ciclo escolar. El asunto es que el Meduca aún no tiene claro quiénes son estos estudiantes. A través de una red de prevención y retención en cada una de las escuelas, intentan contactarlos para que se sumen a las propuestas educativas en tiempos de pandemia.

“Estamos terminando de dar forma al programa, para que los profesores de orientación de cada una de las escuelas puedan –a través del internet o boca a boca– localizar a los estudiantes. Los docentes tienen empeño en que la mayoría de los estudiantes deben sumarse a las propuestas. Para quienes no tienen radio ni televisión, se les entregan cuadernos de trabajo, especialmente en las comarcas y las provincias con zonas apartadas”, manifestó Victoria Tello, subdirectora general de Educación Técnico-Docente del Meduca.

Clases por Whatsapp

Los profesores y maestros están haciendo malabares para poder dar clases a quienes siguen las ofertas del Meduca. La mayor parte lo hace a través del móvil mediante la aplicación de Whatsapp, que utiliza aproximadamente el 84% de los colegiales para conectarse con su maestro. Los estudiantes tienen que gastar en tarjetas de teléfono para acceder a la clase, y en muchas familias compuestas por tres o cuatro hijos, con padres sin trabajo, no se cuenta con la misma cantidad de teléfonos. Ni hablar de los recursos económicos para poder estar a tono con las materias que imparte el profesor. No pueden estudiar por falta de data, a tal grado que bajar una imagen, ver un video o abrir los archivos en Word, se hace prácticamente imposible, explicó un profesor del sistema. En muchos casos, los docentes han optado por enviar notas de voz cortas, de uno o dos minutos, para explicar a los alumnos y dar oportunidad de hacer contacto con el material de clases de alguna forma.

Datos del Ministerio de Educación, proporcionados por Tello, reflejan estadísticas suministradas por los directores de las escuelas en todo el país: De los 3,111 planteles reportados, 2,616 usan Whatsapp como principal método para recibir clases. Esto representa el 84% de las escuelas. No obstante, la data está rompiendo el bolsillo de profesores y familias de los alumnos.

De acuerdo con resultados obtenidos entre el 3 y el 6 de agosto, el medio de mayor utilización para la comunicación reportado por los directores de centros educativos a distancia, a nivel oficial para premedia, indicaba que un 10% reportó usar mucho plataformas como Esther, Microsoft Teams; un 42% dijo usar más Whatsapp; un 18% prefiere los cuadernos de trabajo, y un 30% dijo emplear las guías que proporciona el Meduca.

“Se les ha entregado una guía de autoaprendizaje a los estudiantes de premedia y media, y a los de primaria se les repartieron cuadernos de trabajo para estar conectados al aprendizaje”, manifestó Tello como parte de las alternativas.

Por la misma vía, los alumnos entregan sus tareas o trabajos a los profesores. Quienes tienen tablets, por ejemplo, les es más fácil enviar sus tareas por Word, pero requieren de igual forma energía eléctrica y acceso a internet.

En estas circunstancias, evaluar el desempeño del alumno es otro desafío. En cuanto a la calidad educativa, el primer trimestre terminará la primera semana de octubre, momento en que el Meduca piensa hacer un alto para revisar lo bueno, lo malo y lo feo, y así valorar una mejor oferta al estudiante. Lo que han intentado es no recargar demasiado a los estudiantes y no llenarlos de nuevos contenidos. En cambio, seguir la experiencia de otros países en los que se ha aprovechado el tiempo de pandemia para reforzar conocimientos previos.

“Estudiantes y profesores aprendieron a la fuerza muchas cosas del tema tecnológico por la pandemia. En este tiempo estamos pagando lo que no se hizo en 40 años en materia de salud, nutrición, calidad de educación y tecnología. Estamos pagando el costo de no haber tomado las decisiones correctas a tiempo en materia tecnológica”, manifestó el sindicalista Antonio Castillo, quien también forma parte del cuerpo consultivo y asesor del Meduca, Copeme.

La calidad de la educación es un asunto multifactorial, es económico, social, cultural, y de destreza en los equipos tecnológicos.

Cobertura, un reto

Ante el dilema de usar el dinero para la data del celular para estudiar o para comida, por ejemplo, la Autoridad de Innovación Gubernamental (AIG) empezó conversaciones con los operadores de telefonía celular. El avance ahora lo lidera el Ejecutivo, que intenta llegar a una negociación para que los estudiantes puedan acceder a las plataformas de teleducación y a las páginas relacionadas al Meduca sin consumo de data. En adición se conversa con las empresas para otorgar una capacidad de data disponible para acceso a videos.

“Las operadoras han mostrado interés en el compromiso de aportar, y les hemos alertado que se requiere con urgencia”, indicó a La Estrella de Panamá Alkin Saucedo, ingeniero, director de telecomunicaciones de la AIG.

Pero aún con este alivio, hay otro reto enorme: la cobertura de internet. Datos de la AIG revelan que unos 700 mil panameños no están conectados a la red. Un número que la entidad busca integrar poco a poco, pero tomará varios años, al menos dos más.

La señal para celular no cubre un 100% del país, pero sí una gran parte de la población. A nivel de cantidad de personas que tienen acceso a la red es más del 90%, pero a nivel del territorio la señal cubre el 70%. Las zonas apartadas son las más desconectadas del país. Saucedo explica que la idea es llevar la red a través de tecnología de microondas terrestre, satelital y fibra óptica.

La AIG reveló que 310 mil estudiantes están registrados en la plataforma de Office 365 (Team Works, Word, Excell, Power Point) que se utiliza en la educación a distancia, la teleducación o la plataforma que ha establecido Meduca para seguir el año escolar.

Cuando no hay conectividad buscan llevar la educación a distancia o aplicaciones fuera de línea (off line), es decir, que no necesariamente tienen que estar conectados a internet. Hay otros mecanismos que Meduca implementa cuando la cobertura no es 100%.

Investigación censal

El Meduca quiere ir más allá. La idea es conocer los hogares y saber qué dispositivos hay en cada casa para aprender. Para ello, se pretende aprovechar el periodo de matrícula para hacer un cuestionario a los padres de familia. Es un proyecto de investigación censal para determinar las brechas digitales. Entre las preguntas se busca saber el número de integrantes en cada familia, cantidad y tipo de equipos que utilizan, edad escolar, cédula, grupo etáreo, si tienen o no acceso a electricidad, a internet, entre otros datos. Una vez se obtenga esta información, se cruzará con los datos del Tribunal Electoral para consolidar los números de la deserción escolar que se tendrían en firme en 2021.

Victoria Tello, subdirectora general de Educación Técnico-Docente, Meduca
El dolor de cabeza

La deserción escolar será una verdadera jaqueca para la sociedad.

“El SARS-CoV-2 aumentará la deserción escolar, agravando el preocupante incremento de adolescentes ninis (ni estudia ni trabaja) registrado en los últimos cinco años (2014-2019), período en el cual el número de ninis entre los 15 y 19 años (25,872) superó su crecimiento poblacional (23,032), producto de los altos niveles de deserción escolar (14 mil por año) y la escasas perspectivas de empleo o inclusión productiva, en un mercado laboral “hostil hacia los jóvenes”, reflexiona René Quevedo, consultor empresarial.

Las estadísticas indican que en agosto de 2019 había 91,359 ninis de 15 a 29 años, 24% de los jóvenes en ese tramo de edad. Es decir, 1 de cada 4 adolescentes panameños no estudia ni trabaja.

“Este número aumentará de manera significativa como consecuencia del incremento de la deserción escolar producto de la pandemia, lo que pasa es que ahora estamos ocupados con la cantidad de desempleados que dejará la pandemia, pero pronto nos caerá esta realidad”, zanjó Quevedo.

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