Ayuda llega a cuenta gotas a comunidad ngäbe de Soloy, temporal amenaza con aislarlos

Actualizado
  • 07/11/2020 12:56
Creado
  • 07/11/2020 12:56
Sobreviviendo con las ayudas que llegan de a poco, más de 500 damnificados temen quedar aislados si el temporal continúa

La comunidad indígena de El Soloy resuelve como puede entre las más de 500 personas afectadas por los efectos del huracán “Eta” en la región occidental del país.

Ubicada en el distrito de Besikó, comarca Ngäbe -Buglé, es una de los lugares más golpeados por las lluvias de estos últimos días, que junto a otros zonas repartidas entre la provincia de Chiriquí y Bocas del Toro, han sufrido deslaves, destrucción de carreteras y crecidas de ríos.

Omaira Silvera, coordinadora de Instituto Nacional de la Mujer (Inamu) en la comarca, indicó que solo en el corregimiento de El Soloy hay 508 personas que tuvieron una pérdida total o parcialmente de sus hogares. De estas, 241 se encuentran en la Escuela IPT Joaquina Herrera de Torrijos, convertida en un albergue temporal luego del desborde del río Fonseca. El resto los damnificados están en otros albergues improvisados en el templo y en la escuela Bahai de Besikó.

Los ríos desbordados arrastraron kilómetros de carreteras y todo lo que encontraron a su paso, dejando las comunidades chiricanas incomunicadas vía terrestre.

Silvera indicó que por el momento hay seis personas desaparecidas, estos últimos están bajo búsqueda del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), aunque extraoficialmente se habla de dos fallecidos.

“Ahora uno de los principales problemas acá no es solo la necesidad de ayuda sino la situación de los caminos para ingresar, con la calle dañada estamos quedando aislados. Cuesta mucho ingresar alimentos y otras cosas de primera necesidad”, precisó Silvera.

Los caminos de accesos a El Soloy están deteriorados, con porciones de camino totalmente destruido y solo transitables con camiones 4x4. La posibilidad de quedar desconectados del exterior es una preocupación que comparte el médico y director del Centro de Salud del área, Deciderio Castillo.

Para el galeno, si bien cuentan por ahora con algo de comida para unos días, enfrentan problemas con los utensilios básicos de aseo, lo que podrían complicar la situación sanitaria.

“Hasta ahora solo se ha detectado un caso de covid-19, que fue aislado en el Centro de Salud de El Soloy, el resto de las personas se les ha hecho pruebas con resultados negativos”, subrayó el Castillo.

Ubicados como pueden entre los salones de clases del colegio, para procurar no romper la “burbuja familiar” y evitar los contagios, niños y bebés se mantiene durmiendo sobre los pocos colchones donados que hay en el albergue. De momento, la comunidad trata de encontrar soluciones recibiendo donaciones de organizaciones juveniles, universitarias y en menor medida del gobierno central.

“El panorama es duro para la mayoría de las familias, la mayoría de estas, en condiciones de pobreza y pobreza extrema mucho antes del desastre”, cuenta José Fitzgerald, sacerdote de la parroquia de El Soloy. 

Según explica, la gente sobrevive a penas con sus cosechas o de la venta de artesanías; por lo que las inundaciones amenazan con empujar a la población a una situación de hambre si no son atendidas a tiempo.

Fitgerald señaló además, que hay comunidades como Boca de Balsa y Boca Remedios permanecen totalmente aisladas por las lluvias.

El Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) ha intentado llegar a la zona por vía área, pero las condiciones climáticas lo han imposibilitado.

“Hay zonas que solo se puede llegar caminado unas diez o doce horas, ni si quiera los caballos pueden entrar allá (…) el difícil acceso aquí ya era un problema que existía antes pero después de tantos días de lluvia seguidos, todo se vuelto aún más complicado”, dijo el sacerdote.

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