Dos años marcados por una crisis sanitaria, deuda y desigualdad

La gestión del presidente Laurentino Cortizo ha tenido que enfrentar la peor de inestabilidad social y económica desde la transición a la democracia

En los dos primeros años, el presidente Laurentino Cortizo ha enfrentado las condiciones más adversas que le ha tocado a un gobierno desde la transición a la democracia en la década de 1990: una inesperada pandemia que ha sepultado a decenas de panameños, dejado miles de desempleados y destruido una de las economías más pujantes de la última década.

Al mandatario de 68 años le restan tres años en el máximo poder político de Panamá.

Un año y tres meses después de la aparición del primer caso de la covid-19, Panamá continúa sumergida en una inédita crisis económica y social que unos analistas consultados por La Estrella de Panamá atribuyen a la emergencia sanitaria y otros a la idiosincrasia política.

Las cifras no desvirtúan la crisis: el desempleo se disparó en un 18,5% y la economía experimentó una estrepitosa caída de -17,9% en diciembre de 2020. La pobreza aumentó en dos puntos porcentuales y la deuda pública en casi 20 puntos porcentuales para sostener la estructura gubernamental y la pandemia. Panamá enfrenta el desafío de reactivar el crecimiento económico y la reducción de pobreza mientras equilibra sus cuentas fiscales.

El politólogo del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps) Harry Brown considera que las condiciones estructurales de desigualdad, empleo informal, evasión fiscal, centralismo, opacidad y servicios públicos débiles han hecho especialmente difícil afrontar la pandemia.

Samuel Prado Franco, profesor e investigador en filosofía y ciencias políticas, reconoce que no se esperaba una crisis sanitaria de la índole y profundidad de la covid-19. Pero, a su juicio, el Gobierno panameño debió responder de manera más efectiva, técnica y científica, y no como otras administraciones en donde ha primado el amiguismo y el clientelismo.

El gobierno carece de liderazgo, destaca Prado Franco, a pesar de que el Partido Revolucionario Democrático (PRD), que postuló a Cortizo a la Presidencia, tiene la mayoría en el legislativo, porque ambos poderes han convivido en fricción y desacuerdo, lo que en muchas ocasiones ha frustrado los intentos del presidente de avanzar en su agenda.

“Yo diría que el gobierno ha tenido una falta de liderazgo a nivel político y de las instituciones. No solo frente al tema de la pandemia, sino de otros temas, como el caso de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Seniaf), de la corrupción, el manejo de los recursos para enfrentar la pandemia y denota que no hay un trabajo en equipo, sino improvisación generalizada”, explica Prado Franco.

La pandemia

En lo referente a la pandemia, Panamá con 4 millones de habitantes tiene 400 mil casos en 15 meses y más de 6,500 defunciones; es el segundo país con más alta incidencia acumulada de la enfermedad, solo superado por Estados Unidos, Israel y Francia, de acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo que ha afectado sectores clave como el transporte aéreo, la construcción y el turismo.

El auxilio económico a la población que en un principio era de $80, luego de $100 y por último de $120 generó protestas en la población. Y ni referirse al escándalo de abusos a menores en los albergues, que desató la ira ciudadana.

Para refrescar la imagen de su gobierno, en el marco de su primer año, el presidente Cortizo hizo cambios en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot) y Ministerio de Salud (Minsa), que también le representaron duros cuestionamientos. Y todo parece apuntar a que realizará nuevos cambios en el marco de su segundo año.

Para Harry Brown, los cambios de Gabinete en cualquier gobierno son una oportunidad de establecer nuevas alianzas con sectores de la sociedad o partidos y consolidar las alianzas existentes.

“Son normales y no necesariamente son una señal de crisis”, apunta el politólogo del CIEPS.

Por su parte, Samuel Prado Franco considera que existen ministros que han sido invisibles y otros que han hecho una pésima gestión. Por ejemplo, en Seguridad no hay política, ha habido mucha improvisación, subraya. Mientras, que en Educación se debió ser más previsor en el tema tecnológico y no haber esperado la pandemia para obligar a tomar una decisión de última hora, como las clases virtuales. En el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social, Prado Franco no ve un mecanismo para devolver los empleos a las personas que lo han perdido. Y en Salud, ha habido una respuesta con las vacunas, pero deja mucho que desear que se haya priorizado en personas que no eran vulnerables al virus que produce la enfermedad de la covid-19, como ocurrió en la Asamblea Nacional.

En otro escenario la logística de vacunación del país ha sido considerada como la mejor de la región. A la fecha se han aplicado 1,193,198 dosis de la vacuna farmacéutica Pfizer y 324,851 de AstraZeneca para un porcentaje del 31% de la población inmunizada.

Sobre los avances de la vacunación, va a buen ritmo, según Leonardo Labrado, médico y jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud. Y se espera que para finales del último trimestre del año se alcance a vacunar entre el 70% u 80% de la población panameña, para lograr la anhelada inmunidad de rebaño.

En un informe de abril, la OPS incluyó que Panamá es el tercer país de América y el noveno del mundo con mayor proporción de población inmunizada.

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