Los embarazos adolescentes aumentan un 8% en medio de la pandemia

Actualizado
  • 08/09/2021 00:00
Creado
  • 08/09/2021 00:00
Las estadísticas indican que 1 de cada 4 embarazadas durante el primer año de la pandemia era una niña o adolescente
El embarazo adolescente contribuye a perpeturar los ciclos de pobreza y salud precaria.

En Panamá, 27 niñas y adolescentes quedan embarazadas todos los días. Durante el confinamiento, el problema de salud pública se agudizó. Solo en el primer semestre del año pasado, cuando se establecieron estrictas medidas de cuarentena, cuando se supone que las menores estaban bajo el cuidado y protección de los tutores, se dieron 4,970 embarazos.

De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa), el año pasado se reportaron 36,053 embarazos, es decir, 1,844 más que en 2019. Y, 9,724 eran de niñas y adolescentes en edades entre los 10 y 19 años. Esta última cifra representó un aumento de 696 casos más de adolescentes embarazadas con relación al 2019.

“Pero, es aún más preocupante que en ese periodo el país se encontraba en confinamiento, es decir, que las menores estaban bajo el cuidado de sus padres y tutores”, explicó Johana Garay, filosofa y docente universitaria, que realizó el estudio La pandemia de la covid-19: La realidad de las mujeres, con una beca que la Red Conose que es parte de la Facultad Latinoaméricana de Ciencias Sociales (Flacso).

La investigadora concluye que las estadísticas del confinamiento demuestran que no necesariamente los embarazos adolescentes se producen fuera del círculo familiar, lo que es realmente preocupante.

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“Una educación sexual, integral, responsable podría garantizar a largo plazo que este tipo de situaciones vaya disminuyendo porque las niñas y adolescentes pueden entender cuando es un tema de abuso o de violación”, agregó Garay.

Las provincias con mayor número de embarazos en adolescentes son Panamá con 903 casos; seguido de la comarca Ngäbe Buglé con 805 y, posteriormente, Panamá Oeste con 439. Con 296 casos está Bocas del Toro. Mientras que Chiriquí reportó 272, Coclé 260, Veraguas 220 y Colón 143 adolescentes embarazadas.

Las provincias que reportan números de embarazos por debajo de los 100 casos son Herrera con 79 y Darién con 67. La que tiene el índice más bajo de embarazo en adolescentes es Los Santos con 34 embarazos adolescentes.

Las tres provincias con la mayor cantidad de embarazos también tienen un alto índice de problemas sociales. “Donde se presentan el mayor número de embarazos en niñas y adolescentes existen enormes disparidades sociales. La educación, el acceso a los recursos y a la información hace que estos casos se incrementen”, indicó Garay.

En la mayoría de los casos, la maternidad en la adolescencia tiene consecuencias negativas e irreversibles. El proyecto de vida del adolescente cambia. La dependencia económica se incrementa, oportunidades educativas y laborales se complican y, por último, el embarazo en niñas u adolescentes contribuye a perpetuar los ciclos generaciones de pobreza y salud precaria.

“Son niñas criando niños. No están en condiciones ni psíquicas ni psicológicamente formada… (El número de embarazos en niñas y adolescentes) es uno de los elementos que tiene como consecuencia que estas provincias tengan el mayor índice de deserción escolar y más jóvenes inmersos en las drogas”, continúo la filósofa.

En su gran mayoría, las niñas y adolescentes embarazadas viven en situación de pobreza y con un limitado acceso a servicios sociales básicos. Aunque, los casos pueden darse en todos los estratos sociales.

“Es más evidente en las clases sociales empobrecidas del país porque el Estado no les garantiza las herramientas necesarias para poder enfrentar y mitigar la realidad”, concluyó Garay.

La covid-19

La reseña técnica “El embarazo en la adolescencia en América Latina y el Caribe”, de la Organización Mundial de la Salud (Organización Mundial de la Salud), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, establece que la pandemia de la covid-19 impactó los servicios de salud de la población adolescente.

El personal de salud estaba ocupado en la respuesta al virus. Además, las restricciones de movilidad impidieron acudir a los centros de salud, e incluso el temor al contagio. Como resultado de las interrupciones de los programas de prevención, además del impacto en la situación económica de los hogares, podrían registrarse 13 millones de matrimonios infantiles, reveló el documento.

La educación, el arma

Un anteproyecto de Ley presentado por el diputado Gabriel Silva proponía reducir los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual y los abusos de menores con educación. Pero, al momento se desconoce el estatus del anteproyecto.

En los últimos años se han presentado algunos proyectos para incluir la educación sexual en las escuelas de Panamá, pero han generado debate y afrontado gran oposición de parte de grupos religiosos y que se autodenomina "profamilia", que han impedido su aprobación.

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