Los peligros de la niñez migrante, otra arista de las fronteras panameñas

Actualizado
  • 23/03/2023 00:00
Creado
  • 23/03/2023 00:00
La Defensoría del Pueblo y organismos multilaterales exponen las vivencias de niños y adolescentes que recorren Panamá en busca de una mejor vida en el extranjero
Eduardo Leblanc González, defensor del Pueblo

Los números no se equivocan: la migración va en aumento y la cantidad de personas que cruzan Darién aumenta cada año. Solo en el último lustro las cifras presentan un cambio drástico y de apenas 9.000 migrantes que se atrevían a cruzar el tapón en 2018, en 2022 la cantidad subió a 248,284, casi triplicándose.

El número de niños y adolescentes que migran también va en aumento, de hecho, según los datos del Servicio Nacional de Migración (SNM), entre los meses de enero y febrero más de 9.000 niños han pasado por Darién, esta es una cifra siete veces mayor a la del año pasado en el mismo periodo.

Además, el año pasado 40.438 niños y adolescentes migraron y cruzaron las fronteras de Panamá; de estos, 1.119 cruzaron sin compañía o separados de sus familias, expuestos a múltiples peligros como el trabajo infantil, la mendicidad, la violencia sexual y la trata y tráfico infantil.

Lo que agrava esta situación es que gran parte de niños que cruzan las fronteras ni siquiera llega a edad escolar, el 50% de la niñez migrante tiene edades entre cero y cinco años y son aún más propensos a ser víctimas de los peligros de la migración.

El informe habla de los peligros a los que son expuestos niños y adolescentes que cruzan Panamá en camino a su país de destino.

Con esta visión en mente, la Defensoría del Pueblo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos (Oacnudh) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) elaboraron el “Informe defensorial sobre la situación de derechos humanos de la niñez y adolescencia en movilidad humana y en zonas de frontera de Panamá”.

En este estudio se profundizó en las vivencias de niños y adolescentes mientras intentan llegar a su país de destino, y a su vez se pide la colaboración de diferentes organismos multilaterales e instituciones gubernamentales con base en recomendaciones de lo observado en los ocho meses que tomó la realización del informe.

¿Qué dice el informe?

“Cuando le preguntamos a un gran porcentaje de personas adultas si tuvieran que pasar por Darién con tal de superar lo que está pasando en su país, su respuesta es sí, mientras que la respuesta de los niños es no”, destacó el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc González durante su ponencia en la presentación del documento.

El número de niños migrantes sigue en aumento, al igual que los riesgos de los que pueden ser víctimas.

Según Leblanc, esto demuestra el poco conocimiento que tiene la niñez y la adolescencia que migra de los desafíos y peligros que conlleva cruzar las fronteras antes de viajar junto a sus familias. También deja en evidencia la honestidad sobre los problemas a los que se enfrentan durante el camino a su país de destino.

El estudio recopila diferentes perfiles de protección de la población infantil en el contexto de la migración y la movilidad que abarca a niños y adolescentes sobrevivientes de la violencia sexual debido a los casos anuales de niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual. El año pasado, 20 menores de edad entre 9 y 17 que pasaron por territorio panameño fueron víctimas de abuso, mientras que en años anteriores –como en 2021– se reportaron 36 casos en este mismo sector de la población migrante, de acuerdo con las cifras presentadas en el informe.

Los niños y adolescentes no acompañados o que han sido separados de sus padres también forman parte de estos perfiles. Solo el año pasado el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) identificó a más de 900 niños viajando sin sus familias; de estos, 272 fueron remitidos a entidades de protección infantil.

“Con la casa de protección en Darién, que hoy está siendo regentada por Unicef, buscamos la reunificación familiar. Hay algunas nacionalidades con las que es mucho más difícil, pero para nosotros es importante que el programa no pierda validez y que continúe”, dijo Eduardo Leblanc.

Los niños y adolescentes en riesgo de trabajo infantil, en condiciones de mendicidad infantil y en riesgo de trata y tráfico, son otros de los perfiles que la Defensoría del Pueblo desea proteger, sin embargo, las principales dificultades que encuentran las autoridades al solventar la situación son la falta de especialistas en materia de niños y adolescencia, la barrera idiomática entre niños y adolescentes y las autoridades, la falta de recurso humano y equipos técnicos en las instituciones, y la ausencia de un enfoque y abordaje sensible a la multiculturalidad.

Para resolver estas carencias, dentro del informe se hacen recomendaciones a todas las instituciones que tienen intervención durante el tránsito de niños y adolescentes migrantes por Panamá, como el Senafront, el Ministerio Público, la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), el Ministerio de Educación (Meduca), el Ministerio de la Mujer, entre otros, que incluyen las familias y sociedades.

En estas recomendaciones se hace hincapié en la protección de niños y adolescentes, el redoble de esfuerzos en cuanto al tema de supervisión en las fronteras y la realización de más estudios a profundidad para brindar soluciones eficaces a las problemáticas presentadas en el informe.

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