La estructura del clientelismo

Actualizado
  • 26/12/2008 01:00
Creado
  • 26/12/2008 01:00
Entender la estructura política panameña tendría como resultado inmediato que juzguemos con menos dureza nuestro comportamiento político...

Entender la estructura política panameña tendría como resultado inmediato que juzguemos con menos dureza nuestro comportamiento político aparentemente irresponsable y autodestructivo. A riesgo de ser considerado alcahuete de los políticos panameños, creo que este enfoque no sólo sería el más justo con nosotros, sino que nos evitaría innecesarias dosis de pesimismo.

A poco más de cinco meses para las elecciones generales de 2009, las fiestas de fin de año brindan el ambiente propicio para exacerbar el clientelismo en nuestro sistema político. La reflexión superficial usa la “cultura” como el comodín facilón con el que se pretende explicar las prácticas clientelistas —y todo lo político a lo que no se encuentra explicación—, pero las causas son otras.

La combinación de la posibilidad de reelección, las relaciones personales (no ideológicas) establecidas con los electores debido a las pequeñas dimensiones y tamaños de los circuitos electorales y el voto selectivo son los ingredientes de este coctel navideño. La resaca que nos deja es el descuido de los diputados de sus labores legislativas para atender a sus clientelas electorales con el fin de asegurarse la reelección. Sin embargo, también hay que decir que estas características de nuestro sistema pueden proveer beneficios: abrir la posibilidad de que el diputado rinda cuentas ante su electorado y acercarse a las necesidades de su comunidad.

El debate es cuáles de estos efectos tienen mayor presencia en el ámbito legislativo de la política panameña. Me temo que son los perniciosos, lo que justificaría reformas que al menos los neutralicen.

En cuanto al proselitismo navideño de las campañas presidenciales, con las encuestas midiendo la intención de voto y sin que el período de campaña esté efectivamente acotado, es de esperarse que los candidatos aprovechen para intercambiar regalos y esperanza por votos. El clientelismo no es más que el intercambio material o simbólico de favores en el que ambas partes comparten la responsabilidad y obtienen algún beneficio. Este intercambio es provocado no por el espíritu navideño, sino por las necesidades básicas de la población desatendidas por el Estado? Al final siempre volvemos a la pobreza como causa y efecto fundamental.

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