Una independencia todavía en tela de duda

PANAMÁ. Aunque los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y los diputados de la Asamblea Nacional aseguran ser independientes, para...

PANAMÁ. Aunque los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y los diputados de la Asamblea Nacional aseguran ser independientes, para el 50% de la población eso no es más que una utopía.

La encuesta de Dichter & Neira para el mes de octubre reveló que el 52.1% de los panameños no cree que exista una independencia entre el Órgano Legislativo y el Ejecutivo, frente a un 33.7% que sí lo considera.

Igual ocurre con el Judicial, donde el 51.7% no ve una separación entre las decisiones de los magistrados y las del Ejecutivo, en comparación con un 33.6% que opina todo lo contrario.

La poca credibilidad en este asunto no es un tema exclusivo de este gobierno; de hecho, ha sido una queja constante en 20 años post- invasión.

La causa principal radica en el presidencialismo, un mal que aqueja a casi todos los países de América Latina, donde el peso del Ejecutivo es tres veces mayor comparado con el del Legislativo y el Judicial.

¿DEMOCRACIA A MEDIAS?

El catedrático y secretario general de la Universidad de Panamá, Miguel Ángel Candanedo, asegura que en Panamá no hay duda de que existe una marcada influencia del Ejecutivo sobre los otros Órganos del Estado. ‘Esto lo que nos demuestra es que aún no ha logrado asentarse completamente la democracia en Panamá’, dijo Candanedo haciendo una comparación con el sistema democrático existente en los Estados Unidos, donde el Poder Legislativo, representado por dos cámaras, y el Judicial son totalmente independientes de las decisiones del presidente Barack Obama.

Con el catedrático coincide la directora ejecutiva de la Alianza Ciudadana Pro Justicia, Magaly Castillo.

Castillo, crítica del sistema judicial panameño, afirma que en el tema de la Corte Suprema de Justicia se debe a que los magistrados son electos por el presidente. Según Castillo, la forma de darle un giro al asunto sería cambiando la forma de elección de los magistrados, ya que es precisamente ahí donde nace la desconfianza de la población respecto a las decisiones que adopta la Corte.

En cuanto al tema de los diputados de la Asamblea, la dirigente de la sociedad civil sostiene que se debe al excesivo poder que concentra el presidente, repitiendo lo mismo que los otros gobiernos. ‘Ese es un mal del sistema presidencialista’.

Para ella, la solución partiría de reformas a la Constitución Política, aunque advirtió que primero debe crearse el escenario propicio para dar inicio a discusiones sobre la Carta Magna. ‘Se necesita hacer un debate amplio sobre la nueva constitución que el país necesita’, explicó, al tiempo que hizo un llamado a los grupos organizados a ser más beligerantes para poder iniciar las conversaciones con miras a reformar la Constitución.

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