Billie Holiday: canto, conflicto y protesta

Actualizado
  • 29/01/2017 01:00
Creado
  • 29/01/2017 01:00
Previo a la Segunda Guerra Mundial 1939 en medio del discurso duro del racismo, el fascismo, exclusión y muerte, hubo seis largos años con más de 50 millones de muertos

A nivel global hoy se vive un tiempo absolutamente agitado, impredecible y violento, en gran medida asociado a las profundas transformaciones en el sistema-mundo. Hace recordar que una situación semejante caracterizó los años previos a 1939 cuando se desencadenó la II Guerra Mundial, de carácter multidimensional, en medio del discurso duro del racismo, el fascismo, la exclusión y la muerte, provocando a lo largo de seis largos años más de 50 millones de muertos y una gran destrucción mucho más allá del campo de batalla tradicional. Y es que este megaconflicto abrió el campo también a la guerra cultural de un modo como no se había visto antes.

LA BATALLA CULTURAL

Justamente en aquel ambiente enmarañado y lioso de 1939, en Estados Unidos se escuchó Strange Fruit (Fruta extraña), que si no fue la primera canción contra el racismo, sí fue la primera que impactó el mundo del espectáculo en la voz de Billie Holiday (1915-1959), conocida también como Lady Day, una de las mejores cantantes de jazz y ‘blues' de todos los tiempos.

En realidad, ‘Strange Fruit' era un breve poema escrito por Abel Meeropol, más conocido por su seudónimo Lewis Allan, un judío comunista criado en el Bronx neoyorquino. El poema fue la reacción intelectual de este escritor al ver una cruda fotografía de los cuerpos de Thomas Shipp y Abram Smith, ambos negros, colgados de un árbol (‘extraños frutos cuelgan de los álamos'). El linchamiento se produjo en Marion, Indiana, EE.UU. Ambos jóvenes fueron encarcelados hasta que la noche del 7 de agosto de 1930, una multitud entró en la cárcel y, ayudados por los hombres del sheriff, golpearon a los acusados y los colgaron de un árbol.

Meeropol incluso escribió una sencilla melodía para el poema. Si bien la canción había sido interpretada en reuniones de amigos y familiares, e incluso Laura Duncan la interpretó una noche de 1938 en el Madison Square Garden, no fue hasta el 20 de abril de 1939 cuando Billie Holiday grabó la pieza. Melódicamente no es una canción común; doce versos que denunciaban los linchamientos de personas negras se convirtieron en una de las canciones más famosas del jazz.: De los árboles del Sur cuelga una fruta extraña/ Sangre en las hojas, y sangre en la raíz/ Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña/ Extraña fruta cuelga de los álamos/ Pastoral escena del galante Sur/ Los ojos desorbitados y la boca retorcida/ Aroma de magnolias, dulce y fresco/ Y el repentino olor a carne quemada/ Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos/ Para que reciba la lluvia y el viento/ Para que madure al sol y se caiga de los árboles/ Esta es una extraña y amarga cosecha.

EL BLUES DE BILLIE

El Cafe Society, ‘el lugar equivocado para gente equivocada' como decía su lema, era por entonces un club frecuentado por intelectuales progresistas, estudiantes, sindicalistas, intelectuales y amantes del jazz, uno de los primeros lugares fuera de Harlem, donde se atendía a blancos y a negros. Fue allí donde Billie cantó para contar. Se cuenta que aquella primera vez que Holiday interpretó Strange Fruit en el ‘Cafe Society', nadie aplaudió; segundos antes de terminar la canción, cuando la cantante pronunciaba las últimas desgarradoras palabras, las luces del club neoyorkino, lleno a capacidad, se apagaron y cuando volvieron a encenderse, ella había desaparecido, sobrecogida por su estremecedora interpretación. Era una pieza breve, solo tres minutos que cambiaron para siempre la historia de la música comprometida. Era la primavera de 1939, Billie Holiday tenía solo 23 años, y su versión de ‘Strange Fruit' marcó un antes y un después en la cultura popular norteamericana.

La canción fue una de las obras de arte que predicó con más fuerza en contra de los linchamientos en los estados del sur de los EE.UU., y uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles estadounidense. La expresión ‘strange fruit' se estableció como símbolo de los linchamientos. Para la época, una encuesta señalaba que seis de cada diez sureños blancos aprobaban los linchamientos. Dos años antes su padre había muerto porque ningún hospital aceptaba tratarlo. Más tarde reconocería en su autobiografía que ‘La canción le recordaba la forma en que murió su padre, afectado de neumonía en Dallas, yendo de un hospital a otro, y siendo rechazado cada vez de forma discriminatoria', por lo que ella siempre diría: ‘No lo mató la neumonía, lo mató Dallas'. Ella misma dijo en su autobiografía ‘Lady sings the blues': ‘Puedes ir vestida de raso, con gardenias en el pelo y no ver una sola caña de azúcar en varios kilómetros a la redonda y, aun así, seguir trabajando en una plantación'.

Todo lo que para Holiday era ser una persona afroamericana lo volcaba en esa canción, al grado que con el paso de los años, sus interpretaciones de Strange Fruit fueron más intensas. Es más, ‘durante alguna etapa de su carrera… llegó a quitar la canción de su repertorio. Pero siempre volvía a ella. Hubo incluso algunos promotores que le exigieron que no la cantara, sin duda por el impacto emocional que producía en ella y en la audiencia (los camareros dejaban de servir copas por respeto y escuchaban al fondo de la sala), pero ella empezó a incluir una cláusula en los contratos reservándose el derecho a interpretar el tema.' Las cantantes que hasta ese momento habían cantado el poema lo habían hecho bien como canto de batalla o recitadas con un patetismo a menudo exagerado'. ‘Billie Holiday, en cambio, la transformó en un discurso inmediato y de mucha fuerza: ‘en muchas versiones se tiene la emoción de una excelente representación de una excelente canción; cuando Billie cantaba se tenía la emoción directamente de los pies del árbol'.

Esta interpretación llegaba tanto a los grandes auditorios como a los pequeños y más allá de los círculos afines. En consecuencia ayudó a concienciar a grandes masas de población de los horrores de las relaciones entre blancos y negros. Strange Fruit era la canción con la que cerraba su actuación Holiday. Se apagaban todas las luces excepto por un foco dirigido a la cantante, que iniciaba la actuación con los ojos cerrados. Inmediatamente tras finalizar la actuación desaparecía del escenario. Después llegaba la calma sin música para dejar claro que la actuación había acabado. Holiday sólo cantaba la canción en los bises de clausura: de la misma forma que se la cantaba a un público con el que simpatizaba, como para provocar a otro público cuyas ideas rechazaba. Escribió en su autobiografía ‘Esta canción consigue que la gente que está en orden se separe de los cretinos y los idiotas'. En los estados del sur, donde de por sí actuaba poco, cantó la canción aún más raramente, pues sabía que causaba irritación. En Mobile, Alabama fue perseguida hasta salir del estadio sólo porque intentó cantar la canción'.

Tiempo después, en 1999, la revista ‘Time' eligió la canción ‘Strange Fruit' interpretada por Billie Holiday como la mejor canción del siglo XX.

VIGENCIA Y COMPROMISO

Como sostiene Angela Davis en ‘Blues Legacies and Black Feminism', casi siempre la imagen que se ha dado a conocer sobre Billie Holiday enfatiza sobre todo la información biográfica sobre su vida personal, subestimando su papel como productora cultural, lo que es, después de todo, la razón de su imperecedera importancia.' Davis observa que Holiday era capaz de dotar de profundidad e ironía a las canciones sentimentales que le endosaban, desviándolas muchas veces de las intenciones originales del autor. Esto en una época en que las personas afroamericanas recibían el peor material musical, representaba un acto de creatividad y audacia, ‘[una] genialidad fue dar una forma estética a sus experiencias vitales que las convertía en ventanas a través de las que otras mujeres podían examinar críticamente sus propias vidas'. Su Autobiografía muestra una imagen bien distinta: ella se retrata como una mujer digna hecha a sí misma, que consiguió salir adelante en las circunstancias más terribles: ‘Cuando mamá y yo nos reunimos (…) en Harlem, la Depresión ya había empezado. Al menos eso oímos decir. Para nosotras una Depresión no era nada nuevo: siempre la habíamos tenido'.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

Davis afirma acertadamente que ‘El solo hecho de cantar ‘Strange Fruit', ‘demuestra un tremendo coraje por parte de Holiday. Al hacerla suya y convertirla en un elemento central de su repertorio, a pesar de las resistencias de su discográfica, de las suspicacias de las audiencias, del boicot de muchas radios, Holiday hizo su particular posicionamiento político'. Y añade: ‘su interpretación de Strange Fruit cambió casi a solas la política de la cultura popular americana, puso los elementos de protesta y resistencia de nuevo en el centro de la cultura musical negra contemporánea.' De aquí su valor y trascendencia.

Y es que ‘El artista representa necesariamente, de una manera realista, ‘lo que hay', en determinado momento de personal, de no-conformista... Por este motivo,…., el político no estará jamás satisfecho del artista, ni llegará a estarlo nunca.' (Gramsci)

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