El partido Panameñista va a la deriva, Chevalier

Actualizado
  • 10/05/2017 02:02
Creado
  • 10/05/2017 02:02
Tras analizar el caminar del colectivo, sostiene que se requiere una re- ingeniería de su visión y objetivos, para saber qué hacer

‘Los que están dirigiendo el gobierno se han olvidado de que tienen un partido político. Anda mal internamente. No saben cuándo se reúne, y todo anda a la deriva', expresó desilusionado el veterano dirigente panameñista Juan Bautista Chevalier.

Según su percepción, los que gobiernan desconocen las relaciones exteriores y un partido político no se puede dar el lujo de perder competitividad a nivel internacional ni soslayar los efectos de la globalización.

Para Chevalier, quien mantiene los principios de la vieja guardia panameñista, es necesario ejecutar una reingeniería de la visión de su partido; que se reúnan los viejos miembros con los nuevos e intercambien experiencias y visión, para saber hacia dónde va y cuáles son los objetivos a alcanzar.

Sus comentarios surgen con motivo de cumplirse 66 años del derrocamiento del tres veces presidente Arnulfo Arias Madrid, por el coronel José Antonio Remón Cantera, entonces comandante de la Policía Nacional, en la época en que el instituto armado ponía y quitaba presidentes.

En aquella ocasión, el golpe de Estado fue cruento, con saldo de 11 muertos y un centenar de heridos, lo que forzó la salida del mandatario y el lanzamiento de su profética frase: ‘¡Volveremos!'.

Según Chevalier, quien ejerció como ministro de la Presidencia en el gobierno de Guillermo Endara, el carisma y los principios del caudillo Arias Madrid siguen firmes y fuertes. Y aseguró que quienes están a cargo del gobierno se agarran de los pantalones y piernas del doctor Arias, pues de panameñistas no tienen nada, aunque digan ser arnulfistas.

GOLPE DE 1951

Hace 66 años, el jefe de la Policía derrocó al presidente Arias Madrid

El cruento golpe dejó 11 muertos y un centenar de heridos entre los atrincherados seguidores del mandatario.

Al abandonar la Presidencia, afirmó: ‘Ustedes, copartidarios, cumplieron con su deber. Yo como mandatario, cumplí con el mío' y señalando a los policías: ‘¡Estos son los traidores! ¡Volveremos!'

Ellos desconocen la doctrina y principios del ser panameñista, que es la defensa de la patria y de sus habitantes. Por eso, concluye que son pocos los verdaderos panameñistas que quedan.

También se quejó de la juventud del partido, muy distinta a la que él perteneció después del golpe del 10 de mayo de 1951, y que describe como una juventud decidida, voluntariosa, en defensa de su partido y con orgullo, la reserva moral del la patria.

Es necesaria una revolución moral de la sociedad, antes que una constituyente para formar un nuevo hombre panameño.

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