La noche de ‘Papuli'

Actualizado
  • 07/02/2018 01:00
Creado
  • 07/02/2018 01:00
El homenaje de la Academia Panameña de Psicología a Pablo Antonio Thalassinos fue un encuentro de anécdotas, sentimientos y una reunión de amigos. La otra cara del exministro de Educación

La noche del lunes fue especial para el psicólogo. El hombre fue homenajeado como el maestro de maestros. Y es que quizás los panameños ignoran la trayectoria de esta figura. Porque la faceta que más se conoce de Pablo Antonio Thalassinos es la pública, la de exministro de Educación, la de exembajador o exgerente de la Zona Libre de Colón.

El encuentro fue en el Salón Colón del Sheraton. Una ceremonia muy íntima, llena de amigos, exalumnos y sobre todo de familiares y en la que también participó Nicolás Agoris, padre de la iglesia ortodoxa griega.

La Academia Panameña de Psicología decidió homenajear a este hombre de 72 años, al que tienen en el umbral más alto de la profesión, por haber introducido en Panamá sus novedosos estudios en las ciencias del comportamiento.

El presidente de la Academia, Humberto González De León, no dudó en resaltar los aportes de Thalassinos, los que lo hacen merecedor de este reconocimiento y de la medalla al mérito, que de ahora en adelante se llamará Pablo Thalassinos.

González se volcó en elogios sobre su mentor, porque casi todos en la Academia fueron sus alumnos. Recordó cuando Thalassinos llegó recién graduado de Oklahoma e introdujo en Panamá las nuevas corrientes psicoterapéuticas, la fenomenología de Carl Rogers, el condicionamiento operante de Skinner o de teóricos importantes como Bandura, Ulrich, Ferster, Perrot o Wolpe.

Recordó que ‘el profe' de Oklahoma invitaba a sus alumnos a leer, introducirse en estas nuevas corrientes. Incluso, les prestaba su abundante bibliografía, ‘lo malo era que los libros solo estaban en inglés' y aquellos estudiantes salidos del Instituto Nacional lo más que sabían decir era ‘yankee go home'...

El exministro sonreía, estaba henchido de orgullo escuchando los halagos, aunque todos habían observado que llegó al evento apoyado en un bastón...

La agenda continuó y de pronto los nietos de Thalassinos aparecieron tras el micrófono. Fueron palabras de agradecimiento a su ‘Papuli', el abuelo que es más que eso. El hombre que les contaba en la playa cómo conquistó a su esposa, con quien lleva 48 años casado y que desde el día uno sabía que era la indicada. El público estalló en aplausos por la sinceridad de los nietos. ¡Y muchos sintieron envidia, pero de la buena!

Pablo Antonio tomó la palabra... Habló desde donde permanecía sentado. Improvisó, porque quería que sus palabras salieran del corazón. ‘Ayer me pasó algo', comenzó hablando, y los presentes, expectantes por esa voz suave, quizás imaginaron algo grave, más cuando todos observaron el bastón... ‘La gente me preguntó qué había sido', prosiguió. ‘Les respondí que había llegado la hermana de mi esposa y entre ambas me tiraron escalera abajo...'. Las carcajadas estallaron. Fue la forma como Pablo Antonio atrapó a su público y para cuando habló de sus nietos, la voz se le quebró. Siguió recordando su amor por Irene Tiniacos, quien le dio dos hijas que a su vez le han dado cinco nietos y un bisnieto. La que ha estado con él en todo momento. ‘Hoy quiero decirte lo importante que has sido en mi vida... Y si alguna vez te fallé, te pido perdón...', afirmó. Hizo una pausa, se le volvió a quebrar la voz y cuando recuperó el aliento, agregó: ‘...Te pido perdón y te prometo que no volverá a ocurrir', dijo obligando las carcajadas del público.

Habló de Saky Limberópulos, quien llegó a su casa prestado por Jorge Limberópulos hace 24 años y todavía ‘no se lo he devuelto'. ‘...Es el hijo que nunca tuve', hoy su yerno. Y también tuvo palabras para Quintín, el muchacho que llegó a su hogar y que se convirtió en su chofer, escolta, seguridad y quien lo cuida. ‘Es como un hijo para mí', dijo y atrás, en el público, se escuchó la riposta de su cuñado Aleco Tiniacos, quien advirtió: ‘Saky, ese es el verdadero heredero...', ocurrencia que celebró la audiencia...

La noche del homenaje a Thalassinos fue más que eso. Fue una oda a la familia, al amor, al triunfo de un hombre que lleva como segundo nombre el nombre de su padre Antonio, aquel griego que vino a Panamá en 1930 y que allá en el cielo debe estar orgulloso de su hijo, como lo estaban sus nietos en la noche de ‘Papuli'.

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