Lloyd LaBeach, el primer medallista olímpico panameño

Actualizado
  • 05/08/2018 02:02
Creado
  • 05/08/2018 02:02
Este mes de agosto se cumple el 70 aniversario de la primera conquista olímpica panameña: las dos medallas de bronce obtenidas en los juegos de Londres de 1948, hoy relegadas al olvido

En 1948, el mundo se preparaba con entusiasmo para las Olimpiadas de Londres, Inglaterra. Eran los primeros juegos que se realizaban en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, y los primeros en doce años, pues las ediciones de 1940 y 1944 habían sido suspendidas por el conflicto bélico.

A falta de dinero para las instalaciones, las autoridades optaron por utilizar viejos estadios, por lo que fueron llamados ‘los Juegos de la Austeridad'.

Panamá, con un pequeñísimo historial olímpico - apenas había enviado un solo atleta, Adán Gordón, a las Olimpiadas de 1928 en Amsterdam-, se preparaba para participar nuevamente en las competencias.

El equipo estaría integrado por un solo atleta, pero los panameños esperaban que este se convirtiera en "la estrella de los juegos".

LLEGADA A LONDRES

En realidad, las expectativas  no eran exageradas. El único participante de Panamá en Londres sería el corredor Lloyd La Beach, quien para entonces era ya un destacado atleta universitario que se codeaba con los grandes del deporte de atletismo en Estados Unidos.

‘Me siento orgulloso de mis raíces panameñas y estoy dispuesto a hacer mi mejor esfuerzo para triunfar', comentó el deportista el 19 de julio de 1948, en el aeropuerto La Guardia, de Nueva York, camino a Londres.

Sus mejor posibilidad estaba en los 200 metros más que en los 100, dijo, admitiendo que la competencia ‘sería dura'.

UN ATLETA CONSUMADO

Las esperanzas que los panameños tenían con respecto a LaBeach venían alimentadas por los cables noticiosos provenientes de Estados Unidos, donde el atleta había vivido y destacado como corredor durante los últimos años.

En los primeros meses de 1948, mientras se preparaba para los juegos, el corredor había practicado repetidamente con otros de los grandes del momento: el estadounidense Mel Patton, el jamaiquino Herb McKenley, los australianos John Treloar y John Bartram. Eran todos grandes atletas que coqueteaban con los récords mundiales de los 100 y 200 metros planos. Cualquiera de ellos podía ganar en Londres.

En la prueba de los 100 metros planos, el favorito eran Patton, pero el 15 de mayo de 1948, cuando en una competencia en Fresno, Sur California, hizo la carrera en 9.3 segundos, superando el récord mundial de 9.4 s, el panameño estaba a solo unas pulgadas de distancia.

En el Istmo, se esperaba que en un golpe de suerte pudiera hacer esa diferencia que le permitiera a Lloyd LaBeach ganar la medalla de oro en los 100 y 200 metros planos.

NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS

En realidad LaBeach apenas si era panameño.

Había nacido en 1922 en la ciudad de Panamá, hijo de inmigrantes jamaiquinos que llegaron al istmo para trabajar en la construcción del canal. Sus primeros años transcurrieron en el barrio de Calidonia, en una comunidad poblada por familias afrocaribeñas. Eran tiempos difíciles. Al finalizar la construcción de la vía acuática estos fueron  expulsados de la Zona del Canal y dejados a su suerte, sin dominar el idioma local, en un país que los vilificaba y rechazaba.

El padre de LaBeach se involucró en el negocio de los taxis, en el que aparentemente le fue bien. Sin embargo, cansado del trato que recibía, decidió regresar con su familia a su isla de origen.

En Jamaica, el joven Lloyd empezó muy pronto a destacar como un gran atleta. Siendo estudiante del Kingston Tutorial College, fue elegido capitán del equipo de pista de esta escuela. Como representante de la isla en las competencias regionales, durante este tiempo logró romper varios récords.

En esa época fue descubierto por los reclutadores de talento estadounidenses que le ofrecieron una beca deportiva para la Universidad de Wisconsin.

SE TRASLADA A ESTADOS UNIDOS

LaBeach se matriculó en la escuela de Agricultura de Madison, la Universidad de Wisconsin, y arribó al campus para iniciar el curso escolar 1945-46. Allí lo esperaba el veterano entrenador Tom Jones, quien vaticinó que el joven ‘estaba destinado a convertirse en uno de los más grandes atletas de esa universidad y uno de los más destacados de todo el país'. El entrenador no se equivocaría.

En la primavera de 1946, en las competencias nacionales universitarias de Estados Unidos,  LaBeach le dio a su equipo  17 de los 18 3/4 puntos obtenidos lo que le permitió quedar en el quinto lugar.

Ese año, la memoria de la universidad le rendiría homenaje, llamándolo el ‘sensacional corredor jamaiquino y saltador, tal vez la más grande estrella de pista que haya estado en esta universidad'. Le decían el ‘Flash jamaicano'.

Pero las cosas tampoco eran fáciles para los afrodescendientes en Estados Unidos, ni siquiera para sus más destacados atletas. Después de acabar la temporada escolar, LaBeach experimentó la peculiar naturaleza de las relaciones raciales en Estados Unidos.

En julio de 1947, se alistaba para participar en el Campeonato Anual Nacional de Atletas Amateurs, que tendría lugar en San Antonio, Texas. Debido a la estricta división racial que prevalecía en el estado de Texas, los líderes afrodescendientes habían decidido boicotear las pruebas, no obstante el panameño decidió competir.

LaBeach logró terminar en segundo lugar en la carrera de 200 metros, lo que inspiró al comentarista deportivo Dan Burley a predecir que, para los sureños blancos, la experiencia de ver a un atleta negro ganar una competencia contra ‘la flor y nata de la masculinidad de los territorios de Jim Crow' sería una lección para muchos.

El ‘Flash Jamaicano' regresó a sus estudios para la temporada de 1946-47, pero el tiempo ocupado en las prácticas le impidió dedicarse hizo mella; fracasó en los éxamenes y fue declarado ‘no elegible académicamente' para la beca. Así, se vio obligado a dejar la Universidad de Wisconsin y se trasladó a California. Allí ingresó en clases de extensión de la Universidad de UCLA, donde entrenaba bajo el legendario coach Elvin Drake.

EN CALIFORNIA

En los Juegos Olímpicos de Londres, la presencia de LaBeach no pasó desapercibida para la prensa internacional y varias publicaciones como la revista Time hicieron referencias al "equipo de Panamá, de un solo integrante".

Pese a tener que competir en varias pruebas sin ayuda de nadie, el atleta logró clasificarse para las finales de las competencias 100 y 200 metros planos, con magníficos tiempos. Sin embargo, "al momento de la verdad" falló por un punto. El norteamericano Harrison Dillard, conquistador del clásico evento, logró igualar el récord mundial de 10.3s impuesto en las Olimpiadas de los Angeles, en 1932, y Norwood Ewell, también de Estados Unidos, alcanzó el segundo lugar, con 10.4s. LaBeach completó la distancia en 10.5s

La medalla de oro de los 200 metros planos la ganó su archirival Melvin Patton, con 21.1s, seguido de Norwood Ewell, quien hizo el mismo tiempo. LaBeach tuvo un tiempo de 21.2s

Eran los tiempos previos a la televisión, por lo que ningún panameño pudo observar la enseña patria ondear en los mástiles del estadio de Wembley, ante las atónitas miradas de una multitud de fanáticos británicos y de otros países del mundo que se dieron para presenciar la prueba.

REGRESO A LONDRES

La historia de LaBeach no termina con las Olimpiadas, aunque su destino no estaba en Panamá, sino en Estados Unidos donde se le habían abierto las puertas.

Después de los juegos ingresó en la Universidad de Loyola, en Los Angeles, donde estudió mercadeo y administración de empresas. Como atleta profesional, continuó compitiendo hasta entrada la década de los 50.

En 1951 recibió la ciudadanía americana. Para entonces había escalado posiciones como administrativo de una compañía lechera. En 1965, a los 43 años de edad, fue nombrado gerente general de Foremost Dairies (Nigeria) una subsidiaria de Foremost Dairies, Inc., de San Francisco. Posteriormente fue trasladado a la ciudad de Lagos donde manejó una de las más grandes empresas lecheras de este país. En 1999 murió de un ataque al corazón en la ciudad de Nueva York.

Sus restos fueron enterrados en el Santuario Nacional en la ciudad de Panamá y en 2008 fue elegido póstumamente para el "hall of fame" de la Federación Atlética de América Central y el Caribe.

En especial, el triunfo de LaBeach de 1948 supuso una enorme satisfacción para las miles de familias de origen afrocaribeño del país, quienes se llenaron de orgullo al ver a un "chombo" como ellos dejar su marca en los Juegos Olímpicos y en el mundo.

Las dos medallas obtenidas por él en los Juegos de Londres fueron las únicas ganadas por un panameño durante 60 años, hasta 2008 cuando Irving Saladino, atleta también de ascendencia afro, obtuviera la medalla de oro en Beijing.

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‘Eran los tiempos previos a la televisión, por lo que ningún panameño pudo observar la enseña patria ondear en los mástiles del estadio de Wembley'.

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