Después de 100 años, la obra completa de Justo Arosemena

Actualizado
  • 07/10/2018 02:00
Creado
  • 07/10/2018 02:00
El comité organizador del segundo bicentenario de Justo Arosemena concluye su trabajo con la presentación de una colección de siete tomos que contiene la obra selecta del pensador más importante del siglo XIX

Con un retraso de cien años, llega ¡por fin! la primera colección impresa de la la obra de Justo Arosemena, el panameño más relevante del siglo XIX, e, irónicamente, gran desconocido para las grandes mayorías de panameños.

La edición de la Obra Selecta de Justo Arosemena era una deuda pendiente desde 1918, año en que , a través de la ley 12 del 14 de noviembre, el presidente Belisario Porras se comprometió a pagar la compilación e impresión de la obra de Arosemena, lo que nunca se hizo.

Porras se inspiró en los múltiples eventos en su honor que se efectuaron en el año 1916, con motivo de la conmemoración del primer centenario de su nacimiento. Entonces, se promulgaron leyes y decretos con objeto de erigirle retratos al óleo, bustos, estatuas y se organizó un concurso para premiar la mejor biografía, que ganó Octavio Méndez Pereira.

Hoy, el mérito por la labor cumplida corresponde al Comité Organizador de la Conmemoración del Bicentenario del Nacimiento de Don Justo Arosemena, integrado por Carlos Bolívar Pedreschi (presidente), José Alberto Álvarez, Fernando Aparicio, Alfredo Castillero Calvo, Hernando Franco Muñoz, Marco Gandásegui, Jorge Giannareas, Ana Matilde Gómez, Aura Guerra de Villalaz, Carlos Guevara Mann, Harley James Mitchell, María Luisa Navarro, Luis Eduardo Quirós, Olimpo Sáenz y Ana Victoria Sánchez.

Durante los dos últimos años, este grupo de reconocidos intelectuales panameños organizó varios encuentros, concursos, actos y exposiciones dirigidas a dar a conocer el pensamiento y aportes de Justo Arosemena.

Su labor finalizó recientemente con la publicación de la colección, además de la página web (www.justoarosemena.gob.pa).

‘Con orgullo y satisfacción podemos decir que hemos cumplido con la misión que se nos encomendó. Nuestro objetivo era ofrecer, en un solo cuerpo documental, no solo las obras de Justo Arosemena, sino también las fuentes y referencias básicas que pudieran necesitar sus estudiosos de hoy y de mañana para seguir conociendo la figura de nuestro preclaro prohombre, sus profundos pensamientos y sus brillantes ejecutorias como político, publicista, diplomático, constitucionalista y legislador' , destacó el historiador Alfredo Castillero, editor y principal responsable de la Obra Selecta .

La recopilación de la obra constituyó una tarea titánica dada la dispersión de los escritos de Justo Arosemena en diarios de Lima, Santiago de Chile y Bogotá, incluso bajo seudónimos.

El presidente de la República, Juan Carlos Varela, otorgó los fondos para su impresión, señaló el abogado Fabio Castillo, desde la Oficina de la Presidencia.

La colección está bellamente encuadernada y tiene seis volúmenes (en siete tomos). El primer volumen comprende los estudios introductorios de Argelia Tello Burgos, Ricaurte Soler, Nils Castro, Fernando Aparicio, Miguel González Marco y Carlos Bolívar Pedreschi.

‘Cada uno de estos reputados especialistas analiza la obra de Justo Arosemena desde la perspectiva de su propia especialidad o enfoque ideológico, pero con originalidad y rigor científico, que contextualizan su obra y ejecutorias en el medio intelectual y político de la época que le tocó vivir', señaló Castillero.

Los volúmenes II, III y IV incluyen algunas de sus más importantes obras: Apuntamientos para la introducción a las ciencias morales y políticas (Nueva York, 1840); Examen sobre franca comunicación entre los dos océanos (Bogotá, 1846); Principios de moral política, redactados en un catecismo y varios artículos sueltos (Bogotá, 1849); El Estado Federal de Panamá (Bogotá, 1855); Discursos, ensayos, estudios y testamento de Justo Arosemena (1855-1894); Estudios constitucionales sobre los gobiernos de América Latina (1878).

Los volúmenes V y VI contienen las biografías clásicas preparadas por Octavio Méndez Pereira (ganadora del concurso estatal convocado en 1916 y publicada originalmente en 1919) y la de José D. Moscote y Enrique Arce Vida ejemplar de Justo Arosemena (1956), que estaba pensada para participar en este concurso pero no llegó a tiempo.

Esta primera edición impresa en Colombia en papel de hilo tuvo un tiraje de 2,000 ejemplares, y está siendo distribuida en las bibliotecas de la Universidad de Panamá, Centros Regionales Universitarios y la Red de Bibliotecas Públicas de los Municipios, por conducto de la Biblioteca Nacional.

De acuerdo con Fabio Castillo, próximamente la colección se hará llegar a los colegios públicos y privados de todo el país, fundamentalmente a los estudiantes de secundaria.

UN DESCONOCIDO LLAMADO JUSTO AROSEMENA

Con esta colección y la actividad realizada durante los dos últimos años, se deja la semilla para que las presentes y futuras generaciones estudien y absorban la verdadera dimensión de quien, de acuerdo con el profesor Nils Castro, ‘trabajó permanentemente para que su país se moviera a una nueva etapa histórica'.

En su escrito ‘Justo Arosemena: anti yanqui y latinoamericanista', (publicado originalmente en el libro Justo Arosemena: Patria y Federación , e incluido en el volumen I de la Colección de Obra Selecta), Castro lamenta que la figura del prócer no se haya tratado como merece en ‘la historiografía burguesa panameña y en las aulas escolares del país'.

‘El Arosemena oficial que nos presentan pertenece al mundo de los muertos ilustres. Se le atribuyen méritos éticos (fue honesto, pundonoroso, caballero) y el honor de haber ocupado cargos importantes (por trabajador, inteligente, culto)'.

Pero, para Castro, esa capacidad de ‘ocupar puestos' y ‘trepar' en una sociedad dada no es el verdadero mérito de este ‘ensayista concienzudo, publicista bien informado, buen polemista, y político moderado', que dejó ‘una herencia doctrinaria que todavía brega por nuestros intereses nacionales y latinoamericanos' y ‘todavía nos vale para ser lo que somos'.

LOS TIEMPOS DE JUSTO AROSEMENA

Justo Arosemena nació en 1816 y murió en 1896. Su educación, viajes, lecturas, cargos y complejo intelecto le permitieron entender como nadie las profundas debilidades de la sociedad panameña y latinoamericana en momentos en que naciones europeas y Estados Unidos aumentaban de forma dramática sus estructuras productivas y riquezas como resultado de la industrialización.

Era la era de Adam Smith y del liberalismo capitalista, de la Doctrina Monroe (América para los Americanos), del Destino Manifiesto, que daba a los estadounidenses el convencimiento de ser ‘un pueblo escogido por Dios para extender la libertad y la democracia y ayudar a las razas inferiores'.

Era también la era del expansionismo norteamericano: Oregon (1819), Texas (1845); California, Nuevo México, Arizona, Utah, y Nevada (1848); Alaska (1867; de las invasiones filibusteras a Centroamérica (1840 a 1860), que en 1855 lograron apoderarse de Nicaragua.

Mientras tanto, la Gran Colombia, otrora creada por Bolívar tras la independencia de Ecuador, Colombia y Venezuela, se disolvía por las diferencias políticas y tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.

PANAMÁ

Castro describe el Panamá de la época de Justo Arosemena como una sociedad todavía impregnada por la tónica de la era colonial, cuyas actividades políticas y comerciales se movían a través del ‘soborno, la asonada, la retórica demagógica huérfana de principios doctrinarios y científicos, el oportunismo, la indefinición e inconsecuencias políticas, el desacato a la joven legalidad republicana'.

Panamá, dice Castro, era ‘un mundo turbulento ... desgobernado por los caudillos heredados de las guerras de independencia', un lugar donde campeaban ‘los vicios de la politiquería y en la que burocracia y comercio se entrelazaban'.

Era también una sociedad en la que todavía existía la esclavitud y se mantenían vigentes los resabios de las castas de la era del dominio hispano, en la cual la minoría criolla gozaba de todos los derechos y privilegios, mientras que los sectores sociales subordinados estaban sujetos a trabajos serviles que impedían o dificultaban su ascenso social (James Aparicio, Justo Arosemena y el Estado Federal , 1855-1863, volumen I).

Era una época de atraso económico y un permanente deficit fiscal.

Fue en ese ambiente en que se dio la ‘fiebre del oro', la construcción del ferrocarril de Panamá, y la llegada de los viajeros yanquis, que aprovechaban el descontento de las masas y falta de autoridad de las instituciones para ‘pescar en río revuelto', y ‘provocar con su bravuconería, constantes reyertas, desembarcos de la marina yanqui, saqueos, interrupciones de tránsito y de los negocios' (Castro).

La obra entera de Justo Arosemena refleja su búsqueda permanente de respuestas a ese complejo mundo de su época, y el aporte de soluciones bien fundamentadas basadas en el estudio histórico, geográfico, legal, económico y ético.

Justo Arosemena admiraba a Estados Unidos, apreciaba su espíritu de empresa e invención, su iniciativa industrial, su articulación del sistema federal, al que veía como un modelo para las naciones latinoamericanas.

No obstante, le alarmaban las ansias expansionistas, la ética pervertida de su sociedad.

Su máximo logro fue impulsar en la cámara de Representantens de Bogotá la argumentación y defensa del Estado Fedral, después de cinco años de actividad periodística, política y parlamentaria tanto en el istmo como en el Altiplano.

Su ensayo ‘El Estado federal', presentado ante el Congreso para sustentar su proyecto de ley que otorgaba al istmo de Panamá el carácter excepcional de Estado Federal, que permitía la Constitución de 1853, esboza los principales argumentos que en aquel momento sirvieron para fundamentar este proyecto de ley que luego fueron utilizados para sustentar la validez del Estado nacional panameño.

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