El creador de contenidos y escritor conversa con este medio sobre la lengua y la incorporación de nuevas palabras al español. Habla un poco de su vida,...
- 09/07/2010 02:00
‘El crepúsculo de los ídolos’
Bien pudiera hacernos pensar este título en algunos fenómenos mediáticos ligados al fútbol o al sistema capitalista de libre mercados, o a la crisis del sistema de cooperación multilateral y... tendrán razón.
Michel Onfray, joven filósofo de la ‘nueva ola’, es fundador de la Universidad Popular de Caen en Francia y autor de la obra que comentamos.
Abre la obra una larga cita de Nietzche ‘Más allá del bien y del mal, Ia. parte, &5’. La ‘ingenuidad de los filósofos en creer que sus intuiciones serán válidas para todo el mundo’ la mayoría, vengan de donde vengan, se vuelven defensores encarnizados de sus propios prejuicios, bautizados como verdades... Sintomatología del ‘mal freudiano’, genealogía, metodología, taumaturgología, ideología y finalmente las conclusiones.
¿Por qué el conocimiento importó más que la búsqueda de la cura de los pacientes? ¿Cómo un médico cae en la tentación de negar el peso de la anatomía (lo corporal) ante la fascinación de la psique (lo mental)? Y, cuando se le pregunta, ¿quién habla acostado en un diván (invento de Freud para su ciencia)?, ¿el lenguaje?, ¿el cuerpo?... las respuestas se darán como un movimiento pendular... al final talvez sea el cuerpo...
Como ‘lo peor es siempre lo más seguro’, resulta que ‘no todos los hombres son dignos de ser amados...’. Qué regalo tan increíble para las ideologías conservadoras y racistas. Las 6000 páginas que forman la historia completa de las obras de Freud, según Onfray, omiten una crítica al capitalismo o al facismo, peor aún, al nacional—socialismo.
Cabrá explicar entonces el enorme éxito, tanto mediático como teórico, de las tesis freudianas haciéndolas coincidir con el arranque de uno de los siglos más mortíferos en toda la historia de la Humanidad y, como una ‘planta venenosa’, hubo una adecuación entre el nihilismo freudiano, inspirador de artistas y de manifiestos literarios y políticos, con el nihilismo de la época. Habrá grados de diferencia entre ‘lo normal’ y ‘lo patológico’, entre ‘el verdugo’ y sus ‘víctimas’, entre el psiquiatra y su paciente, entre el psicoanalista y el suyo entre el médico infectólogo y el infectado. En ambos casos será necesario al menos una libra de bacterias en los intestinos para poder digerir los alimentos y... paso...
Hubo también un acompañamiento político del psicoanálisis para arrancarle la máscara a algunas ideologías, inclusive ‘religiosas’, pero al mismo tiempo, se le otorga un inmenso poder a los ‘egos’... librados a sus propios ‘fantasmas’...
Todo ello me hace pensar en ‘la primera’ y la ‘segunda muerte’... y sobre todo, de cómo sobrevivir a la segunda. A aquella ‘segunda velocidad’, que hay que sacar no sé de dónde, cuando ya van 30 kilómetros de una maratón para rematar los 12 que hacen falta o para meter un gol en los últimos segundos de un partido, cuando todo parece perdido... No lo pudo hacer Messi, pero sí Müller... no pudieron los paraguayos... pero sí Villa y no una si no en más de una ocasión...
Freud tanto como Platón son leyendas... igual Pablo en Los Hechos... Detrás de ellos queda un ejercicio de vida posible, un ‘¿quién soy?, o... ¿quién eres Señor?’, que sigue siendo válido por encima de sus cenizas...
*FILÓSOFA.