• 06/10/2010 02:00

Crítica a la oratoria

Históricamente, la oratoria nació en Sicilia, principal isla italiana y la mayor del mar Mediterráneo, de allí tuvo su mayor desarrollo ...

Históricamente, la oratoria nació en Sicilia, principal isla italiana y la mayor del mar Mediterráneo, de allí tuvo su mayor desarrollo en Atenas, Grecia. La oratoria es una parte de la retórica. Se le considera como arte de la elocuencia o como el arte de hablar con elocuencia. La retórica se define como el arte de expresarse con propiedad y claridad o el arte de persuadir a la multitud con fines políticos.

Fueron los sofistas, primeros maestros extranjeros que llegaron a Grecia, que introdujeron el concepto y la práctica de la retórica. Enseñaban a los hijos de la alta aristocracia ateniense a persuadir y engañar a los demás. La línea de separación entre filosofía y retórica no era clara en estos preceptores, pasaban de la una a la otra. Lo que sí está claro es que los sofistas tenían una constante inclinación por la enseñanza de la oratoria, con la intención de intervenir en los asuntos de la ciudad.

Sócrates, Platón y Aristóteles, criticaron la forma en cómo los sofistas, para lograr sus fines de cobrar bien por sus enseñanzas, enseñaban a engañar a sus discípulos, desplomándose en el problema ético. De manera que el reproche de éstos sabios se centraba en que el ejercicio de la retórica debe contribuir a la verdad, por lo que moral y oratoria deben estar agarrados de la mano.

La Constitución panameña en su artículo 88 determina: ‘La educación debe atender el desarrollo armónico e integral del educando dentro de la convivencia social, en los aspectos físicos, intelectual, moral, estético y cívico y debe procurar su capacitación para el trabajo útil en interés propio y en beneficio colectivo’. El Artículo 89 dice: ‘Se reconoce que es finalidad de la educación panameña fomentar en el estudiante una conciencia nacional, basada en el conocimiento de la historia y los problemas de la patria’. Por otra parte, debemos generar una conciencia crítica, creadora y patriótica, tal como lo señala entre sus objetivos la Universidad de Panamá.

Por todo lo expuesto, opino que los concursos de oratoria deben ser reformados y permitir a los estudiantes expresarse libremente, no complaciendo a los patrocinadores, en donde se les tiran flores indicando que son de lo mejor, cuando en realidad tienen en su haber muchas cosas de las que se les puede criticar. Recordemos La Apología o Defensa de Sócrates en donde Lisias, el mejor logógrafo o retórico de la época, le ofrecía un discurso para liberarlo de las acusaciones de las cuales era objeto el gran sabio, éste se negó, porque ensalzaba a los jueces virtudes que no tenían e igualmente era carente de independencia.

*EDUCADOR.

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