• 17/05/2017 02:00

Rescatando la ciudad capital

La basura no es recogida ni depositada adecuadamente, poniendo en peligro la salud de muchos.

Vista de lejos, nuestra capital se yergue progresista con sus edificios imponentes que se alzan orgullosos hacia las alturas. Visitantes extranjeros que regresan a nuestro país luego de algún tiempo admiran el progreso logrado desde su última visita. La proliferación de edificios de gran altura es impresionante en nuestra capital; el perfil del Casco Antiguo, de los barrios de Bella Vista y La Exposición contrasta dramáticamente con el de Paitilla, Costa del Este y Santa María, por mencionar lo evidente.

Pero basta acercarnos y tratar de movilizarnos en sus calles y avenidas para ver de cerca una muy distinta realidad: esa imagen de progreso percibida desde la distancia, se convierte en una frustrante lista de problemas que han hecho de nuestra ciudad capital una urbe inhóspita, agresiva y deshumanizante. Moverse en ella es una permanente tortura.

Los problemas son muchos, evidentes, muy conocidos. Estrechas calles y avenidas convertidas en estacionamientos públicos, pavimentos deteriorados, aumento constante del parqué vehicular, manejo irresponsable, accidentes de tránsito que hacen más insufribles los ya insufribles tranques, inundaciones por falta de desagües adecuados, obstrucción de drenajes y desbordamiento de aguas servidas cada vez que la lluvia coincide con mareas altas.

El peatón ha sido abandonado a su suerte. Faltan aceras seguras, líneas de seguridad y semáforos que permitan al peatón cruzar las calles y avenidas sin arriesgar su vida y su integridad física, obligado a sortear el tráfico a su riesgo. En muchos barrios no existe alumbrado público de noche para prevenir asaltos. No ha habido parques recreativos y de esparcimiento donde padres e hijos puedan disfrutar en paz de momentos de calidad para fomentar la unidad familiar. La basura no es recogida ni depositada adecuadamente, poniendo en peligro la salud de muchos.

El transporte público todavía no es ‘seguro, cómodo y confiable', como se nos prometió en un principio y a la postre ha resultado una burla al pueblo, situación complicada por el transporte ‘alterno' o pirata. El transporte selectivo, con tarifas basadas en zonas que nadie entiende, no se queda atrás con su ‘no voy' y los minicolectivos de varios pasajeros, pero que ahora se quejan por la competencia ‘desleal' de Uber.

La solución a estos y muchos otros problemas compete a varias entidades públicas como la ATTP, el Ministerio de Obras Públicas, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, entre otros.

Pero vale la pena resaltar algunas acciones concretas que implementa la Alcaldía capitalina que permiten albergar cierto optimismo: estacionamientos soterrados en varios sectores y la intención de construir un edificio para estacionamientos en la avenida B; la construcción de parques recreativos como el Summit y otros en el norte de la ciudad; el embellecimiento de jardines en parques citadinos; el ordenamiento de la buhonería en Calidonia y Salsipuedes; la ampliación de aceras y paisajismo en varias avenidas, incluyendo el Terraplén; la clara identificación de la nomenclatura de calles y avenidas; las proyectadas ciclovías; el fomento de parques deportivos y el plan de guías de turismo para aprovechar el tiempo de escala de pasajeros internacionales, son algunas de las acciones tomadas y propuestas por la Alcaldía de Panamá.

Ante la falta de una política de desarrollo y ordenamiento racional, se ha hecho necesario un plan bien pensado y una buena dosis de valentía para realizar un proyecto que nos haría la vida diaria más llevadera a los capitalinos y a nuestros visitantes. Cierto que queda mucho por hacer, pero la Alcaldía capitalina está poniendo, por fin, manos a la obra para que, a mediano plazo, tengamos una capital bonita y acogedora, digna de vivirse en ella.

EXDIPUTADA

Lo Nuevo
comments powered by Disqus