Una fundación con traumas

Con doble trauma, la ciudad de Colón celebra los 167 años de fundación. En primer lugar esta festividad, equivocada, por cierto desde lo histórico, encuentra una sociedad desajustada, desubicada y altamente afectada. Los niveles de descomposición son tales que pareciera difícil revertir lo que aparenta ser parte de la esencia del colonense.

La propia ciudad muestra los estragos de una acción gubernamental que se conoce como la ‘renovación', tal vez de la parte ‘material, pero jamás de la parte espiritual y cultural. El caos urbano ha sido profundizado, el desorden en todos los órdenes se hace presente y los comercios sucumben ante una cruel acción ‘renovadora' que busca hacerse del espacio colonense para la implementación de su proyecto económico. Nunca antes la ciudad había mostrado una cara tan mustia y nunca antes los niveles educativos, económicos y culturales habían tenido niveles tan bajo como los que expresa hoy la triste realidad de Colón. Lo malo gana cada vez más espacio. Para el colonense sensato han sido ‘167 años' de un mal acumulado que fue creciendo a través del tiempo con la aquiescencia de los Gobiernos de turno y tal vez con la complacencia del propio hombre de Colón que ha preferido contemplar más que accionar. Los tímidos actos de reivindicación han sido de corta duración.

El Gobierno y su propuesta presidencial, con sus cálculos políticos, incorporan a esa fórmula a una mujer colonense, tratando de garantizar el apoyo de esta sociedad, en la que dice, jamás Gobierno alguno había invertido en cantidad.

La mal tenida fecha de fundación de Colón, constituye otro trauma. Aceptada por buena, se viene, con el consentimiento de la Municipalidad colonense, celebrando desde 1928 la fecha 27 de febrero como oficial de fundación de la ciudad. Las investigaciones históricas dan fe de lo equivocado de la misma y optan, luego de un exhaustivo tratamiento de fuentes, por el 12 de octubre de 1850, cuando se fundó la ciudad. Esto se dio a través de una ordenanza de la Cámara Provincial de Panamá, expedida el 10 de octubre de 1850 y sancionada el 12 de octubre de 1850, únicamente autorizada para fundar y dar nombre a la ciudad.

Nótese que el ferrocarril que da origen a la ciudad de Colón se formalizó a través del Convenio Stephens - Paredes del 15 de abril de 1850. El 2 de mayo de ese mismo año comenzaron los trabajos de desmonte de la isla y para octubre de 1850 se ordena la fundación y se da el nombre de Colón a la localidad.

Al respecto dice Max Salabarría Patiño: ‘Cuando, por decisión de los directores de la Compañía del Ferrocarril, se llevó a cabo, el 27 de febrero de 1852, el acto del cual el señor Victoriano de Diego Paredes fue figura central, en el lugar en donde por autoridad competente había sido ordenada la fundación de Colón, esta se encontraba ya fundada como resultado de un proceso iniciado dos años atrás'. Y citando a Armando Reclús, con relación a acontecimientos acaecidos al finalizar el año 1850: ‘En la isla de Manzanillo se levantaron algunas casas, con las que no fue necesario ir a borde para pasar la noche y Colón fue fundada'.

DOCENTE UNIVERSITARIO.