• 09/09/2019 02:00

Marchemos unidos, colonenses

Los reclamos del pueblo colonense por ser retribuidos equitativamente de acuerdo a lo que entrega al Estado panameño han sido históricos

Los reclamos del pueblo colonense por ser retribuidos equitativamente de acuerdo a lo que entrega al Estado panameño han sido históricos; sin embargo, con el paso del tiempo ningún Gobierno ha sido justo con esas reclamaciones.

Hoy, Colón entrega al fisco nacional el 15 % del PIB del país; sin embargo, es lo mínimo que recibe por su contribución al desarrollo nacional y esto no es de ahora. Hay que recordar las palabras del paladín colonense Roberto Mariano Bula ‘Tuco Bula' en su discurso el 27 de febrero del 1944, conmemorando el Centésimo Aniversario de Fundación de la ciudad de Colón.

‘Colón que contribuyó a la Independencia con el cordón de oro y el broche de diamante. En el memorable 5 de noviembre de 1903… Colón, que envía un cheque mensual de dos mil quinientos balboas para la lucha antimalárica, y todavía, los moradores de la costa no le han visto la silueta a un inspector sanitario. Colón, que en su erario provincial está gravado con el 20 % para el Ministerio de Educación, y todavía tiene que volverse una María Magdalena en llanto para que se le construya el edificio que la moderna pedagogía impone al Colegio Abel Bravo…

‘Señores: Estas verdades tienen que salir a la superficie de la conciencia pública, porque si a la generación del presente le falta el arrojo y la valentía para librar la lucha, por lo menos dejemos gallardamente ejemplo de la indignación, para que los que nos sucedan en el mañana tengan el timbre de orgullo de ser hijos de la provincia de Colón'. (Max Salabarría Patiño, La ciudad de Colón en Los Predios de la Historia).

Hoy, esas palabras resuena en mis oídos, como un reclamo histórico a la actitud cobarde de muchas de nuestras autoridades y de la población, que no han sabido recoger con gallardía ese ejemplo de indignación del que hacía gala Tuco Bula y que lo hiciera sentir con timbre de orgullo de ser colonense, hoy vivimos el letargo de una generación, la cual perdió el arrojo y la valentía que caracterizaron a pasadas generaciones que siempre dejaron oír su voz de descontento.

Hoy, además del olvido en que nos mantienen sometidos las autoridades, está el hecho de haber permitido que se nos destruyera la ciudad y que poco a poco la estén dejando sin sus habitantes comunes con una clara intención de los sectores económicamente poderosos de apoderarse de la misma con intenciones de usufructuarla para sus intereses personales.

Sin embargo, soy fiel creyente en que siempre existirán colonenses, sobre todo en su juventud, que no permitirán que se continúe con la discriminación a la que nos han sometido históricamente y que pronto, muy pronto, se levantarán indignados a reclamar lo que nos pertenece.

PERIODISTA COLONENSE.

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