• 25/01/2020 00:00

Empresarios y políticas neoliberales o ¿A cuál clase sirves?

Como un aporte que me han solicitado diversas personas, he procurado dar algunas luces desde esta columna durante el último mes, con herramientas que la ciencia social nos facilita para la comprensión de las conductas de las clases sociales en la sociedad actual en general y en la de nuestro terruño en particular.

Como un aporte que me han solicitado diversas personas, he procurado dar algunas luces desde esta columna durante el último mes, con herramientas que la ciencia social nos facilita para la comprensión de las conductas de las clases sociales en la sociedad actual en general y en la de nuestro terruño en particular. Hoy, seguimos haciendo referencia al tema de boga en estos días: La lucha social e ideológica que se atiza en forma creciente sobre el destino de las instituciones de gran significación en el país: la CSS y la ACP.

En efecto, en esta semana fue particularmente interesante el nombramiento del “Comité asesor externo ad honorem” por parte del director actual de la CSS. El mismo generó diversas ideas encontradas en círculos de activistas de la sociedad civil, percibiendo fatalidad en los resultados a partir de la composición del comité de marras.

Estos aducen que dicho comité lo integra un equipo de “neoliberales” que, aunque es cierto en la mayoría de los nominados, no determina per sé, que el resultado de sus propuestas sean del todo fatalistas o que haya uniformidad en las tesis que arriben frente a la superación de las crisis. Esto sería un prejuicio ideológico, más no un juicio científico social.

Como ejemplo de lo antes dicho, se plantea en la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) la necesidad de procurarse agua suficiente para el funcionamiento del Canal a corto y largo plazo. Sin embargo, cuando el licenciado Vásquez fue anunciado como el administrador actual, esos mismos actores sociales que asumen resultados catastróficos del comité de la CSS apostaron a que este tomaría las decisiones más neoliberales, más crudas, de las diversas alternativas en estudio. Empero, lo que está ocurriendo es que la administración actual está decantándose por las menos neoliberales, dentro del esquema liberal. Mismas que resultan las más razonables desde el punto de vista social, frente a las distintas opciones conocidas a la fecha.

En ese sentido, las probabilidades de que resulten propuestas “antisociales” de parte de este comité, se vislumbran como significativas, pero no necesariamente, tiene que ser así. A veces, una medida impulsada por la clase empresarial, puede favorecer a segmentos importantes de la población o a intereses ambientales en un momento dado. No obstante, esto no ocurre porque haya una mirada filantrópica hacia la población o ecologista hacia la cuestión ambiental por parte de esta clase social. Para nada, sino que al sacar cuentas de cuánto ganan en tales medidas, se deciden por una u otra opción que, repito, en ocasiones favorece una política económica o ambiental no necesariamente neoliberal o antipopular.

Si no, pregúntenle a uno de los cinco más ricos del mundo, Warren Buffet, por qué una de sus empresas Berkshire Hathaway recientemente invirtió cerca de 30 mil millones de dólares en turbinas eólicas e infraestructura, con lo que estaría llevando a convertir a Nebraska en la capital eólica del mundo; esto representa, una aportación importante a la lucha contra el calentamiento global, del que el gobierno Trump y los de la economía de guerra no son partidarios. ¿Conciencia ecológica de Buffet? ¿Responsabilidad social de este multi rico? Nada parecido. Él mismo afirmó en una entrevista al Financial Times que: “No lo haríamos si no hubiera crédito fiscal a la producción” (Traducción de Janeth del Real, 20/enero/2020).

Ahora bien, los del comité de asesores externos —como parece estar ocurriendo en la nueva administración de la ACP, a propósito de la necesidad de elevar la capacidad hídrica de sus operaciones— podrían salirse con una serie de medidas en el régimen de pensiones que no perjudiquen a la población asegurada más de lo que la administración René Luciani-Martín Torrijos perjudicó. No aumentando edad de retiro y no aumentando más el aporte de los trabajadores. A la vez, que el conjunto del empresariado —aunque no los empresarios de aseguradoras— no vea perjuicios en sus cajas registradoras. Esto, algunos de los que hacen parte de dicho comité son capaces de sugerirlo. En este sentido, el prejuicio ideológico de esperar mecánicamente medidas fatalistas se invalidaría. Y esto, sin dejar de servir a las clases empresariales en su conjunto.

Así, para interpretar conductas de clases sociales, en la ciencia social no importa saber a cuál clase perteneces, sino a cuál clase social sirves.

Sociólogo y docente de la UP
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