• 04/05/2020 00:00

Miedo a la muerte por el COVID-19

Para mí que este pánico mundial ha sido superinflado. El peligro por nuestras vidas a causa del COVID-19 es grande, es cierto, pero el tiro publicitario al respecto es demasiado grande para un ñeque.

Para mí que este pánico mundial ha sido superinflado. El peligro por nuestras vidas a causa del COVID-19 es grande, es cierto, pero el tiro publicitario al respecto es demasiado grande para un ñeque. Veamos, aquí en Panamá, para no irme tan lejos, se cumplen por ocho años seguidos el promedio anual de 407 muertos por accidentes de tránsito, o sea, arriba de 33 mil difuntos de diferentes edades, más un número superior de lisiados y parientes desamparados, lo que es peor que morir atropellado o en un vuelco. Contéstenme, si el sarampión mató a 250 millones, la peste blanca 100 millones y el sida 25 millones, por qué no he encontrado “alharacas” en el internet ante espantosas pandemias, así como tampoco escándalos, asombros ni desgarros de camisas y sotanas por los más de 203 mil finados en el mundo por el H1N1. “Algo huele mal en Dinamarca”, entonces, y no les diré, porque lo ignoro.

¿Consideran ustedes que miles de años después de descubrir el fuego, inventar la rueda, el cero, la democracia, Aristóteles inventado la política, contar con la electricidad y con avances tecnológicos y científicos, pasando por llegar a la Luna, no haya un frasco con desinflamatorios y otros recursos para que los contagiados pasen agachados en 14 días?

Miren, muchachos nuevos, a veces me digo que no voy a leer más ni a investigar absolutamente nada, porque resulto cada vez más ignorante, pero el pánico lo han utilizado históricamente en la política, la publicidad, las guerras y en el manejo de incautos. Como dije, algo está sucediendo, pero no me imagino qué es, pero sí que no han podido quitarles el mal olor a los peces. Uds. no habían nacido (1938), pero muchos recuerdan el “corre que me cago” mundial que se formó cuando el locutor Orson Welles de los EE. UU. dijo en su programa radial que pronto habría una guerra entre dos mundos, “The War of the words”. La gente se volvió loca, vendía hasta lo que no era de ella, se casaba sin estar enamorada y los más, se suicidaban lanzándose de azoteas y puentes.

Yo seguiré encerrado, siguiendo las indicaciones del Gobierno. Pero aseguro que la Soledad que pintó Gabriel García Márquez se ha devaluado, esta que estamos viviendo sí es una soledad de verdad, aliviada un poquito por los nuevos teléfonos y el internet que avisoró Dick Tracy en las cómicas y paquines de 1960.

Economista y escritor.
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